Cap 5: Frustos del esfuerzos

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Me levante temprano y me fui con mi abuelo al mismo parque e hicimos la misma rutina de ayer, me esforze mas que ayer, aun con las lágrimas ligadas con sudor nege el lujo de darme por vencido, paraba por el hecho de que me desmayaba o realmente mi cuerpo se agotaba. Mi abuelo vio mi esfuerzo y con sonrisas me ponía ejercicios cada vez mas fuertes.

Día a día mi fuerza aumentaba poco a poco, iba de 10 a 15 de 15 a 20 repeticiones y seguí hasta que me perdía de la cuenta y no me importaba, yo seguía haciendo sin contar hasta que mis brazos o piernas no pudieran más. Días mas adelante Mi abuelo orgulloso empezó a enseñarme el arte de la espada. Con varas de bambú con la longitud perfecta de una espada, entre sonidos de madera chocando yo siempre perdía cayendo al suelo, perdiendo la espada hasta golpes fuertes que me dejaban inconsciente:

-Consentrate- siempre me lo decía cada que perdía aveces hasta gritado.

Todos los días era la misma rutina, entrenar diariamente cada semana mas fuerte que la anterior, el dolor en todo mi cuerpo era ya costumbre para mi que ni me afectaba... En esencia aprendí no solo soportarlo sino a vivir con el. En las tardes leía muchos libros, temía que mucho ejercicio me hiciera mucho músculo y nada de cerebro.

Por lo mucho que faltaba a clases mi abuelo decidió retirarme de mi colegio y educarme en casa, me daba libros para leer y cuando los terminaba el me daba otros diferentes, hasta empecé a devolvérselos con mas rapidez, un día se cansó me dijo:

-Mejor sigueme- mientras movió levemente la cabeza en señal de que lo acompañará

Lo seguí al patio y se dirigió hacía donde habían unas cajas de madera las apartó y había una escotilla la cual levanto y había unas escaleras que se perdían en la oscuridad en aquel sitio el entro y me indicó que entre con el, no veía nada para cuando escucho un chasquido de sus dedos y de repente unas antorchas se encienden casi de inmediato. Mi cara de sorpresa al ver que esa oscuridad había desaparecido y en su lugar ahora había una gigantesca biblioteca subterránea:

-Gozalo- me dijo mientras me dio una palmada en el hombro. -Solo no te acerques a mi sección privada de lectura ¿ok?...esta prohibida - dicho esto se fue de ese lugar.

No perdí mas tiempo y empecé a leer como un demente, salvo la sección prohibida claro. Ese día no dormí de tanto leer aprendí muchas cosas, plantas que no conocía, criaturas, Ecosistemas, hasta culturas no podía creerlo.

Ya tenia mi rutina diaria hecha, en la mañana ejercicio arduamente, y por las tardes lecturas. Todos los días sin saltarme ni uno solo. Cuando menos me doy cuenta 6 años pasan volando.

Tenia la edad de 15 años una estatura de 1.70cm ya no era gordo al contrario, ahora idolatraba yo mismo mi abdomen tonificado; mi cuerpo entero estaba tonificado (No exagerado pero si lo suficiente para ser un flaco con fuerza), mi piel estaba un poco mas bronceada como un broce algo claro, mi cabello estaba de un color negro chamuscado y largo, me lo peinaba para atrás y casi me sobrepasaba el cuello.

Recuerdo que era una tarde en donde practicaba con bambú a como ser un espadachín cuando:

-¿Tus cosas hijo?

-Están en el auto abuelo.

-De acuerdo... hijo... es la hora.

-lo se abuelo...lo se.

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