Cap 3:El saber es poder

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—y bien, ¿no piensas contestar me?– Antoni enarca una ceja y habla con ese irritable tono sofisticado que lo define.

No sabia que decir estaba en shock, ¿Que hace aquí?, ¿Y en estos momentos?

—Yo...yo...– no sabia que decir

—¡habla ya!— me tratara como si fuera el fuera superior o algo así.

—No tengo tiempo para esto Antoni, necesito ayu...– le sigo algo molesto.

Me levanto para explicarle mi situación y el mas grande del grupo me empuja de nuevo hacia el suelo.

—¡auch! ¡¿Que te pasa?!— no estaba de humor para sus burlas ahora.

—Te preguntare otra vez ... ¿A donde vas?– Antoni con una cara muy seria vuelve a preguntar.

¿Porque tanto interés en saber a donde voy?, No entendía que pasaba, esta situación era tanto para mi que hizo que perdiera la razón y actuara de forma impulsiva.

—¡¡No te importa!!— respondo con un golpe a su rostro.

Todos suspiran con miedo como si acabará de ofender al Papa o alguien así de importante. Se soba la mejilla una vez pero lenta como si realmente no esperaba esa reacción de mi, luego marca una sonrisa malévola en su horrible cara mientras sigue sobandose.

—jeje...¿no te dijeron que no debes contestarle a tus mayores?— al oírlo decir esto se podía sentir todo el odio que le provoque hacia mi.

—¡agarrenlo!— me señala.

Dos de los chicos del grupo me agarraron de los brazos y me recostaron en el piso, el polvoriento y rasposo piso.

—¡ya basta! ¡Por favor!— suplico en vano.

—debiste pensar eso antes de golpearme...¡den le!– esto último lo dice alzando la voz dirigiendose a los chicos.

Los dos chicos que restaban (excepto Antoni) van a donde yo estoy tirado y los otros dos que me sostenían se levantan y rápidamente entre los cuatro empiezan a patear me.

Sentía todos los golpes en mi cuerpo, en mi espalda, mi estomago, mis piernas...sentía todas esas punsaciones en todo mi cuerpo y es muy doloroso tanto así que no aguanto y ahí frente a todos empiezo a llorar.

—¿Que pasa? ¿No te gustan los golpes?— finge preocupación —Eso es lo que merece un sucio Fury como tu.—

Pienso... ¿¿de que diablos estas hablando??. Lo pienso pero no dejo de llorar.

En ese momento el perrito que anteriormente se me había acercado empezó a dar pequeños ladridos al ver la escena de los golpes.

—¡Callate! estúpido perro— le grita al cachorro.

Paran con los golpes para ver a Antoni, yo todo agotado, golpeado y con un poco de sangre en mi frente.

Antoni se acerca a el perrito y lo toma desde el cuero de su lomo.

—Que criatura tan sucia eres— expresa con desagrado. —podrías dejar de..— lo dice mientras le toca la nariz con sus dedos como si fuera un bebé, a lo que el perrito responde con un mordisco.

—¡AUCH! Maldita criatura asquerosa— la arroja al suelo recién recibe la mordida. —Ya veras tú— lo dice un tono amenazante.

Me preocupe y le dije —No le hagas daño, por favor...no le hagas daño— le suplico con total sinceridad.

—¡Jajajajah!— se burla de mi —Así que te importa esta...cosa, bien pues le daré un trato muy especial.—

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