✰𝚂𝚝𝚊𝚛✰ -𝐑𝐞𝐝𝐝𝐢𝐞

04

-depresión-

Richie al despertar lo primero que vio fue una luz blanca, que lo aturdio un poco, se sentó en la camilla algo perdido ya que no recuerda como terminó en el hospital, y ¡PUM! Todo vino a su mente como una estrella fugaz que apenas la puedes ver pasar

Recuerda sólo cuando Eddie se le acercó a preguntarle si estaba bien de ahí no recordaba nada el azabache

Al lado de su camilla estaba su madre, dormida en un sofá con un café en su mano que estaba a punto de caerse, de no ser por el grito de Richie

— ¡Señoritaaaa Tozier Buenos díassss! - grito, imitando la voz de un mayordomo en esta ocasión

La señora Tozier pego un brinco del susto, maldiciendo para luego mirar a su no tan pequeño hijo sonriendole

— ¡Mierda Richard! Sabes que no me gustan que me des esos sustos - dijo mientras se levantaba para luego abrazarlo

Richie soltó una leve carcajada, acompañada de la risa de Maggie Tozier

— ¿como te sientes hijo? Espera no me digas, tengo que ir a llamar al doctor, que por cierto tiene un parecido a la señora K ¿puedes creerlo? - dijo mientras salía riendose

El no es el único Bocazas de la familia, por lo que se ve

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Al parecer todo estaba, como cuando no se había desmayado o eso creía el, su madre tenía una mirada de preocupación en el, y un poco de ¿lastima?, lo tenía muy confundido.

La pelirroja no sabía cómo decirle a su hijo que tenía cáncer, se veía tan alegre tan Richie, que no quería arruinar eso, pero tenía que hacerlo

— Rich, tengo que decirte algo - exclamó

—dime que no estas embarazada, no quiero tener que cuidar a otro Bocazas - dijo burlon

—no es eso idiota - sonrió - ayer, cuando llegaste por haberte desmayado, te hicieron unos exámenes para saber si estabas bien... - su sonrisa desapareció, y se empezó a notar las lágrimas que amenazaban con salir

— y... ¿Entonces?- el azabache seguía sonriendo

— Richie, tienes cáncer - soltó sin mas

El pelinegro borro su sonrisa, solo se quedó en silencio mientras veía a su mamá llorar, bajo la mirada jugando con sus manos, sintiendo como todo se derrumbaba, pensando en que nunca podrá cumplir sus sueños, no podria pasar el resto de su vida con su querido Eds, y dejaría a su mamá sola, como lo hizo su padre al abandonarlos cuando tenía 11 años

Solo podía maldecir al cáncer, por haber llegado a arruinar y derrumbar todo

— cáncer, Wow, cuando creí que la vida no me podía hacer más mierda - trato de sonreír pero solo salió una mueca

Su madre no emitió una sola palabra, solo se escuchaba los sollozos de la mujer en la habitación. Sin más salió del cuarto derramando más y más lágrimas por cada pisada que daba

...

Los perdedores nuevamente se encontraban en la sala de espera donde estaban tratando de convencer a una de las enfermeras que los dejara pasar a todos a la habitación del rizado

— por décima vez chicos, no puedo hacerlo, me podrían despedir - dijo amablemente la enfermera

— por favor, solo serán unos minutos ¿si? - dijo mike, que se entero de todo en la mañana

—bueno esta bien, si con eso me dejan trabajar - todos los chicos sonrieron como agradecimiento a la enfermera. La chica les dio el número de la habitación y en que piso se encontraba.

Los seis chicos subieron las escaleras, hasta llegar al piso tres donde empezaron a buscar la habitación del Bocazas hasta que la encontraron

Tocaron la puerta, y solo escucharon de respuesta un "pase"
El primero de los seis chicos en entrar a dicha habitación fue Eddie que estaba preocupado y emocionado por volver a ver a su rizado. Todos entraron con una sonrisa, pero se esfumó al ver al pelinegro de una forma deprimente, acostado de lado tratando de limpiar el resto de lágrimas que quedaban en su mejillas.

— hola chicos - sonrió de una manera forzada

Eddie se acercó a él ante la mirada del pelinegro, y se abalanzó a abrazarlo mientras le decía cosas en el oido  como un "me preocupaste demasiado" "saldremos de esto juntos ya lo veras" "no tengas miedo rich"

Palabras que solo hicieron que el chico se quebrara antes sus amigos, llorando sin pena alguna. Los demás chicos no dijeron nada solo se acercaron y formaron un abrazo grupal, consolando al de lentes.