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La madrugada para el rizado no fue la mejor que digamos, duró vomitando hasta que amaneció, más el dolor insoportable en su pierna izquierda que lo despertaba cada 8 o 9 minutos de haberse acostado. Las ojeras se notaban, su cabello alborotado, sus labios agrietados, y más pálido que una hoja de papel.

No quería desayunar, no tenía hambre, pero su madre lo obligó a comer con la excusa que era por su salud. Tomó sus pastillas, y vitaminas que le habían recetado y subió a su cuarto a leer un poco su libro favorito

Mientras lee, espera a Eddie que está vez viene acompañado, con Stan. Los perdedores acordaron en que cada uno, acompañaría al de lentes a sus citas médicas, así no se sentiría solo.

Bajo a tomar un poco de agua, dejando el libro en la mesa del comedor, mientras que agarraba un vaso tocaron el timbre, dejó el vaso donde estaba y fue a abrir la puerta, donde claramente los que habían tocado era Eddie y Stan

—oh, pero miren, al fin vienen a visitar a este pobre viejo enfermo - imitó con voz de viejo

— no seas estúpido rich - exclamó Stan con una sonrisa, mientras entraban

Eddie le dio un beso corto, mientras Stan estaba distraído, para luego adentrarse a la casa del pelinegro

— wow, que deprimente ¿Encerio lees un libro sobre una chica con cáncer? - Stan ojeaba las páginas del libro, hasta que Richie se lo arrebato de las manos

—callate, no es deprimente. Lo compre mucho antes de saber del puto cáncer - susurro lo último - un dolor imperial, es super bueno, a pesar de que el final no queda en nada, y no se sabe que pasa

— ¿Encerio no termina en nada? - pregunta el castaño

— solo, termina en que la chica muere, pero siempre e tenido la curiosidad de saber que pasa con su madre y el jardinero, o su hamster.

— ¿y porque no averiguas si hay una segunda parte del libro? - hablo por fin el rubio

— y lo hice, pero no hay nada, es el único libro del escritor, después de eso desapareció y no escribió más, conseguí su dirección, vive en Ámsterdam, y le envié una carta pero nunca la respondió - dijo, con tristeza el de lentes

Todo quedó en silencio por un largo rato hasta que el judío decide hablar

—¿y que tal vas? Con lo del cáncer

— eh, bien, creo. Dure toda la madrugada vomitando, y con un poco de dolor en mi pierna, supongo que es uno de los efectos de la quimioterapia

— y ¿ya te tomaste tus pastillas? ¿No es la hora ya de uno de tus medicamentos rich? - pregunto, preocupado el castaño.

— no Eddie, todavía no es la hora, ya me tome dos esta mañana - contestó Richie

— ¿seguro Bocazas?, creo que si te tocan ahorita - dijo Stan

— que si, ¡¡Joder!! ¿Podrían dejar de tratarme como un puto loco? Mi mamá dijo que mi próxima pastilla era a las cuatro de la tarde ¿bien? -  irritado de la situación, el pelinegro tomó su libro y subió a su cuarto, seguido del castaño y el rizado

— vamos rich, solo nos estábamos preocupando por ti es todo, no es para que te pongas así - exclamó el mas bajo

— Eddie tiene razón rich, no queríamos que te sintieras así

— así como ¿Debil? Oh para nada hicieron que me sintiera así - respondió con sarcasmo el pelinegro

— no seas idiota, sabes que no eres débil. Imbecil, fastidioso y Bocazas si podrás ser, pero débil no - dijo Stan

— rich - llamó el castaño - ya son las cuatro voy a traer la pastilla, ¿cuál es?

— ni te molestes eddie yo mismo la busco, si quieren pueden irse, total ¿quien se la quiere pasar con un enfermo como yo? - se levantó de la cama y abrió uno de los cajones para luego sacar un pote de pastillas, abrirlo y sacar una

Los chicos solo se quedaron callados.

Guardo nuevamente el pote, y bajo a buscar agua para tomar la pastilla, tomó un lápiz y marcó en una lista que ya había tomado la pastilla. Subió y ahí estaban los chicos con las mismas expresiones que antes, sin decir una sola palabra, se levantaron y se encaminaron a la entrada de la casa, Eddie antes de bajar al primer piso, le dijo te amo a Richie, cosa que no respondio y bajo en completo silencio.


✰𝚂𝚝𝚊𝚛✰ -𝐑𝐞𝐝𝐝𝐢𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora