Capítulo 2: ¿No sabes de ella?

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Dylan Scott.

—Nos conoceremos pronto.— es lo último que dice la chica de cabello largo castaño. ¿Quién eres?

Me despierto con la respiración acelerada. No tengo la menor idea de qué soñé o por qué lo soñé pero siento que ya la había visto.

Nos conoceremos pronto.

Dijo antes de despertar pero ¿a qué se refiere?

—¡Dylan! Ya baja, se te va a hacer tarde para la escuela.— me grita mi madre que lo más seguro es que está en la cocina haciéndonos el desayuno a mis hermanos y a mí.

—¡Voy!— grito y me levanto de la cama. Checo mi celular y veo que es un poco tarde.

Oh cierto, la presentación. Mi nombre es Dylan Scott, vivo en el sur del país, para ser exactos California. Voy a la escuela preparatoria y tengo diecisiete años, vivo con mis padres quienes son unos abogados exitosos en el estado y con mis hermanos.

—Ya apúrate que se nos hace tarde.— me grita mi hermano.

Alex Scott es mi hermano mayor, va en la universidad de Los Ángeles, sólo que esta vez decidió dormir en casa, es un año mayor que yo y él está decidido a estudiar leyes como mis padres. Por mi lado... prefiero estudiar otra cosa como medicina.

Me dirijo al baño y me lavo la cara, voy corriendo a mi vestidor y tomo una playera negra, una sudadera ligera color azul marino, unos jeans y mis tennis blancos. Me peino como es de costumbre, tomo mi mochila y bajo corriendo.

—Oye, cuidado por dónde caminas.— me reclama mi hermanito menor, Axel, es el más pequeño de los tres, apenas tiene seis años y sí, mi familia está integrada por mis padres, después Alex, después yo, Axel y mi perro Doky.

—Perdón.— contesto insignificante y sigo bajando.

—Hoy los llevará su padre, hoy tengo que entregar unos papeles temprano y sólo les pude hacer el desayuno.— nos informa mi madre y tomo mi jugo de naranja.

—Tienen diez minutos.— nos dice mi papá así que decido llevarme una manzana en la mochila y a los hotcakes que nos hizo mi madre les di un mordisco para llevarlos en un recipiente y comer en la escuela.

—Dylan, ven por favor.— me dice mi madre, camino hacia donde está ella.

—¿Qué sucede?— le pregunto con voz neutral.

—Hoy no creo poder llegar a recogerte ni a Axel, ¿puedes pasar por él? Por favor.– me pregunta mi mamá y me suelta una linda sonrisa.

Asiento con la cabeza y le devuelvo la sonrisa. —Sólo no olvides que sale a las dos de la tarde hoy.— sabe mi mamá que tengo memoria de Dory así que me rio con lo último que dijo.

—Tranquila, me acordaré.— o eso espero. Bueno, no creo ser capaz de olvidar a mi hermano.

Me despido de mi mamá de beso y me voy con mis hermanos y mi padre a la camioneta. Alex siempre va enfrente así que me voy en la parte de atrás con Axel.

Me pongo a ver la ventana pensando en esa chica ¿quién eres? Me pregunto en silencio pero cuando logro acordarme del lugar, del momento, me doy cuenta de que es aquí en California, de hecho es la playa de Santa Monica.

—¿Dónde estás?— susurro.

—¿A quién le dices?— me pregunta mi hermanito y me sonrojo un poco porque me escuchó.

—Ando cantando.— le respondo y sigo viendo la ventana.

—¿Qué cantas?— me vuelve a preguntar.

¿Dónde estás?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora