Diez Razones | TaeGyu

² Forma de ser

El sol estaba comenzado a esconderse más y más, la noche estaba a punto de llegar.

—No hay nadie como tú ¿Sabes porqué?

Taehyun negó con su cabeza.

—Nadie tiene tu sentido del humor, tan negro y despreciable, pero me encanta. Me gusta eso en ti, no tienes miedo a expresar las cosas como son.

Kang prefirió esconder sus manos en su sudadera, Beomgyu estaba llegando a tocar su talón de Aquiles.

—Te amo porque eres como eres, sin miedo al estereotipo de los demás. Amo que siempre intentes sacar en cualquier conversación lo mucho que me amas, también amo tu espontaneidad y que siempre tienes algo que contestarle a los demás.

—Eso no tiene sentido.

—Pero son los porque te amo, si te demuestro que te amo tanto, no tendrías porque intentar irte. Y ahí está lo que dije, no le tienes miedo a decir las cosas tal y como son. Amo que siempre dices la verdad ante mi, que no te escondes.

Taehyun apretó sus labios, debía dejar de llorar y lamentarse al menos por unos minutos.

—Cuando empecé a averiguar más sobre ti, me encantó tu forma de ser tan extraña, puedes ser de lo más agresivo, pero a la vez la persona más tierna en este mundo y es por eso que tengo miedo a dejarte, creo que hay mucha gente deseando encontrarse con alguien como lo eres tú.

Beomgyu suspiro, cada vez que esa idea aparecía en sus pensamientos, sentía la necesidad de pegarse a Taehyun y nunca separarse.

—Nunca dejes de ser quien eres, él Taehyun que yo conozco no sufre en vano.

Taehyun derramó mínimas lágrimas, pues sus sentimientos estaban a flor de piel. Muchos acontecimientos pasados inundaban su mente, quería borrarlos por completo, era demasiado tarde para arrepentirse.

—Honey, no llores por alguien que no vale la pena.

Taehyun se dejó caer a la banca en la que antes reposaba, lloró aún más de lo que hace unos momentos.

El lugar donde estaban, abierto y fresco, comenzó a ser similar a una habitación cerrada y oscura, Taehyun sentía estar atrapado dentro de sus recuerdos.

Beomgyu se puso en cuclillas frente a él para susurrar:

—Si algún día el horrible mundo se pone en tu contra, sólo por ser quien eres, ahí estaré yo para defender al amor de mi vida.