Cuando la onda expansiva me alcanzó pasó algo inesperado...
Me desperté de golpe, me había quedado dormido en la clase de física, el profesor me echó y me dijo que si me volvía a quedar dormido otra vez me tendría que expulsar de su asignatura. Por una parte me alivié bastante, ya que no estaba muerto, pero por otra parte lo había pasado muy mal, porque todos mis compañeros se estaban riendo de mi, me recordó a mi infancia, cuando me hacían bulling, y eso me dolió más que la propia muerte.Cuando por fin se terminaron las clases y me pude ir a casa, tenía el hambre suficiente para comerme una vaca, además, quería salir de allí cuanto antes, mejor.
Como es habitual, después de comer me fui a trabajar. Nada más abrir el restaurante empezó a venir muchísima gente. El día no empezó bien y para rematarlo, terminó mal, os explico como fue:
el gerente de la empresa se jubilaba, así que para celebrarlo decidió ofrecer regalos en sus establecimientos al hacer un pedido. Es por eso que vino tantísima gente. Al fin y al cabo era su último día así que tampoco estaba tan mal, pero no fue como a mi me hubiera gustado. Nada más empezar metí la pata, se me cayó una bandeja de los pedidos al suelo, así que tuve que limpiarlo, llevar otra y encima aguantar una buena bronca de mi jefe, que no era para nada agradable. Ese día estaba muy cansado, no me preguntéis porqué, ni yo mismo lo sé, pero casi me quedo dormido, y eso tampoco le gustó a mi jefe sobretodo ese día que había tanta gente, así que me cayó otra bronca. Cuando por fin parecía que iba a acabar y ya salía del trabajo, me dijo que quería hablar conmigo el próximo día, eso hizo que me cambiara radicalmente mi expresión facial porque sabía que algo bueno no era.
Después de esto llegué a casa sin complicaciones, me fui a mi pequeña cama, estaba muerto, no tardé ni treinta segundos en dormirme.El próximo día hice lo que hago cada día, mi rutina.
En la Universidad no me dormí, el examen de ese día lo aprobé con muy buena nota, estaba yendo todo de fábula, y eso no era normal, algo malo me tenía que pasar. Fue a las 15:20h cuando llegó ese momento.
A las 15:20h vino mi jefe a buscarme para hablar, yo ya sabía más o menos lo que me iba a decir así que fui algo más tranquilo, pero no fue como me imaginaba. ¿Queréis saber lo que me dijo?
Me dijo que si se repetía, me tendría que echar del trabajo, yo le intenté razonar el porque me había pasado eso pero no le interesaba en absoluto. Cuando terminó, me levanté y volví al trabajo.Mientras limpiaba la cafetera llegó una mujer, bastante atractiva la verdad, y la fui a atender. Tenía una expresión agradable, como me imaginaba, era muy amable. Me pidió una hamburguesa con patatas medianas y para beber una Coca-Cola light. Una vez terminé de apuntar su pedido me preguntó si era normal que estuviese tan desierto, yo le respondí que no y me fui a preparar su comida.
Cuando se lo entregué, me empezó a hablar y conversamos mientras se comía esa hamburguesa. Me gustó que me hablara, aunque me puse alo nervioso, ya que no estaba acostumbrado a relacionarme con la gente, de hecho, era la primera persona con la que mantenía una larga conversación después de mucho tiempo. Yo también me animé a preguntarle cosas, y no os vais a creer como termina, me pidió mi número para quedar otro día.Tiempo después quedé con ella en un restaurante en el que no había estado nunca, llegué media hora antes así que me tocó esperar, fue la media hora más larga de mi vida. Mientras esperaba aproveché para pensar qué decirle o de qué podríamos hablar, así al prepararme algo no estaría tan nervioso. Llegó 10 minutos antes de la hora prevista, aun así entramos al restaurante.
Justo al sentarnos me dió las gracias por aceptar esa cena. Tardaron unos 20 minutos en traernos lo que habíamos pedido, así que para matar el tiempo aprovechamos para hablar de nosotros. La mayoría del tiempo solo habló ella, ya que mi vida es demasiado monótona como para que dure toda una cena. Fue en ese momento en el que me di cuenta de que mi vida comparada con la de ella era una mierda pero por el simple hecho de estar con ella ya era suficiente.Fui yo quien dió el paso, y le pregunté si quería salir conmigo. Su reacción fue un tanto inesperada, paró de comer y se levantó. Por un momento pensé que a lo mejor había ido demasiado rápido, pero no fue así, se me acercó y me besó, cuando separó sus labios con los mios, me dijo que sí con su dulce voz. Nunca olvidaré ese momento. No sé cómo explicaros la sensación de sentirse querido, pero os puedo garantizar que es lo más satisfactorio que se puede sentir, estaba en las nubes, era feliz.
Ese día me fui a dormir con una sonrisa tonta.Semanas después aún al despertarme tenía esa bonita sensación en el cuerpo, pero como era de esperar llegó el día se arruinó todo. Os explicaré más a fondo lo que me pasó ese día en el trabajo. Cuando llegué, me puse a atender clientes, hasta allí todo bien, hasta que cogí una bandeja para llevarla a su correspondiente cliente, de camino un niño se me cruzó de golpe, y toda la comida se le cayó a una pobre mujer que estaba sentada. Esta fue la metedura de pata definitiva, ¿ya os podéis imaginar lo que me esperaba, verdad? Bien, pues después de disculparme muchísimas veces, limpiarlo todo y traer otra bandeja con el mismo pedido, el jefe me echó una mirada y con un gesto rápido me pidió que fuese a su pequeño despacho. Antes de que me pudiese sentar, me dijo que me quitara el devantal o lo que fuese que llevara y que ya me podía ir a mi casa. Me fui en silencio. No me había dado tiempo a decir una sola palabra, en cierta manera fue mejor así, no fuese que aún se enfadase más.
Llegué a casa hundido, como es normal, y Sara, mi novia, me saludó, estaba tan enfadado que no le presté atención a lo que me dijo y no le respondí. Le extrañó así que preguntó que era lo que me pasaba, y yo todo furioso, sin sacarme de la cabeza las palabras de ese desgraciado le respondí de muy mala manera y le dije algo que a ella no le gustó en absoluto. Y ella, que no le gustaba para nada que le hablase mal y menos en ese tono, también se enfadó, es más, se enfado tanto, que cogió las 4 cosas que tenía en mi piso y se marchó sin decir nada. Después de ese portazo, todo era silencio. Ya se notaba como la soledad me volvía a envolver de nuevo. Y supé que eso que le dije nunca me lo perdonaría, me arrepentía mucho, pero ya no había vuelta atrás.
Tiempo después, sin dinero y sin pareja, me echarón del piso y de la Universidad, ya que no podía permitírmelo económicamente. Estaba en la calle, solo y pobre, fue como volver al principio, cuando mis padres me echaron de casa. Esa situacióm me podía, estaba solo, ya no tenía nada. De golpe, entre mis cosas vi un libro que se había dejado Sara hacía un tiempo, después de un rato mirando el libro, noté como una lágrima se deslizaba por mi mejilla mientras todos los recuerdos con Sara pasaban por mi cabeza como una película.
Esa situación era demasiado para mi, ya no lo podía aguantar más. Cogí las llaves de mi antiguo piso, entré y empezé a subir as estaleras, hasta que me situé en frente de la puerta que daba a la terraza. La abrí, y la atravesé. Fui caminando hasta llegar al borde, me situaba entra la terraza y la nada. Aun sostenía el libro en la mano. Cerré los ojos. Respiré hondo. Y me dispuse a inclinarme hacia delante, podía sentir el viento como acariciaba violentamente mi cuerpo inmóvil.En el instante en que mi cuerpo tocó el suelo, pasó algo que nadie podía imaginar ...
Volvía a estar en la clase de física.
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Mi extraña vida
Fiksi IlmiahTuve una infancia muy mala, sufrí mucho, pero todo mejoró cuando entré en la universidad, era el mejor pero sucedían cosas realmente extrañas. Así fue como me adentré en una aventura para saber que se escondía detrás de todo eso. Nadie se podía imag...