Sus piernas estaban inmóviles hasta el punto de fallarles y dejarle caer al suelo, sus ojos ardían tratando de contener las lágrimas que estaba seguro saldrían pese a su resistencia, el nudo en su garganta lo ahogaba pidiendo silenciosamente poder salir y gritar.
Fue como si le arrancaran el alma del pecho de un solo golpe.
- " No puede ser cierto, no puede ... esto no es real."
Murmuraba para sí mismo mientras sus ojos desorientados paseaban presurosos todo el lugar que lo rodeaba, totalmente destruido. Wonho mordía su labio haciéndolo sangrar, mientras veía lágrimas correr por sus ojos cerrados. Minhyuk y Kihyun lloraban desconsolados hasta el punto de temblar.
El arcángel enemigo ya se había levantado y ahora venía a por él. Eso era lo que menos le importaba ahora.
¿Dónde estaba Hyungwon? ¿Dónde estaba ese tonto rey demonio?
Se abrazó a sí mismo dándose cuenta que también había empezado a temblar, no era cierto, simplemente no podía, Lee Jooheon, su esposo, su alma gemela, su amor, no podía estar muerto.
Una lágrima cayó , rápidamente se la limpió. No, si lloraba significaba que aceptaba la muerte de Joo.
Y él no lo creía, su esposo no lo dejaría solo.
Es cierto , no podía. Dejó de abrazarse y vio en dirección a su esposo sonriendo.
Ese tonto de Jooheon ¿qué acaso no veía que estaba sufriendo con su tonta broma? ¿qué esperaba para venir a abrazarlo?
- " Ey Lee Jooheon deja de jugar y levántate, me estás asustando." - Le dijo al fin. Si Jooheon lo escuchaba de seguro vendría e él.
Estaba seguro, siempre regresaría a su lado, después de todo le prometió estar juntos por siempre.
- " ¿Qué acaso estás ciego? Tu humano acaba de morir, eso le pasa por meterse en algo que no le importa, obtuvo las consecuencias por meterse con un demonio."
El arcángel ya estaba en frente suyo, con una lanza igual que la que atravesó a Jooheon. Sintió como una punta filosa era incrustada en su espalda, ardía, lo que indicaba que la lanza estaba bendita. No le importó cuando la lanza de su espalda atravesó también su abdomen, ni cuando vio su propia sangre salir a grandes chorros.Quería sentir lo que sintió Jooheon.
- "No te preocupes muy pronto se encontrarán."
- "Estoy cansado de oírte ladrar." - Changkyun se levantó al fin.
Y como si se tratara de una espina, se sacó la lanza incrustada. El arcángel retrocedió por instinto pero ya era tarde. Changkyun levantó sus manos y diez lanzas le rodeaban listas para despegar a dónde él lo indicase.
- "Espera, solo trato de cumplir órdenes, no tengo nada en contra de ti." - Changkyun movió sus manos, las lanzas apuntaron al arcángel, quien al instante se arrodilló. - "Trabajaré para ti, puedo ser más de ayuda que Wonho, Dios ya no confía en él, en cambio yo- "
- " No me gusta tener perros tan bulliciosos de sirvientes." - Dejó su mano caer y todas las lanzas atravesaron el cuerpo del arcángel.
Sin importarle si estaba muerto o no caminó en busca de su esposo, quien aún seguía con los ojos cerrados ¿acaso no había dormido bien anoche?
- " Ey Joo ya me encargué, eres muy flojo, vamos levántate al menos."
Se arrodilló acariciando el pulcro rostro de su esposo. - "Tan lindo."
Estaba tan ensimismado que ni se percató de la mirada de pena y tristeza que le daban los otros.
- " Esto me recuerda a la primera vez que nos conocimos. " - Soltó una risita quebrada. - "Tú estabas igual de dormido, solo que en ese entonces tu piel tenía un poco más de color."
Acarició los rubios cabellos, mientras en su garganta volvía a formarse ese molesto nudo y una lágrima caía.
Sucedió hace cinco años.
Changkyun paseaba por los bosques, totalmente aburrido y pensativo.
Desde el principio de los tiempos había estado codeándose con los humanos, fiestas , sexo, alcohol, en total libertinaje como le diría Hyunwoo. A él no le interesaba el dinero, podía robárselo fácilmente a las mujeres que se le acercaban o simplemente pedírselo.
Comenzaba a aburrirle el sexo normal, quizo buscar algo más arriesgado, lo que le llevó a acostarse con las esposas de los reyes y hasta con algún otro príncipe curioso. La vida humana para él era como miel en hojuelas.
O eso hasta algunos años, era tan aburrido ser inmortal que ya ni el sexo le satisfacía, el alcohol ya no le emborrachaba y las fiestas no le divertían. La vida humana era ahora tan pesada.
Aprovechando su estadía en el bosque gritó todo lo que le vino en gana.
La única opción que le quedaba no le gustaba en lo absoluto. Era tiempo de volver al infierno y ejercer como príncipe.
Este sería su último paseo en la tierra, pronto estaría rodeado de demonios de baja categoría, y de humanos gritones pidiendo piedad. Y lo peor tendría a Hyungwon y Hyunwoo encima de él todo el tiempo pidiendo explicaciones de dónde había estado todo estos milenios. Sería muy tedioso.
Y como si fuera poco no se dio cuenta de una rama y cayó de cara contra la hierba. - " Estoy harto de todo."
Cuando trató de levantarse vio a un joven acostado justo en la rama que lo había hecho tropezar. Changkyun se paró rápidamente al ver la luz que irradiaba el muchacho. No podía ser humano, era un jodido ángel.
Sin miedo y con curiosidad se acercó hasta verle el rostro, sus labios eran muy bonitos, sus pestañas rizadas y su nariz , pronto sintió la necesidad de tocarlo, quería saber como se sentía al tacto ese cabello rubio.
- " ¿Es usted un acosador?"
Changkyun retiró su mano rápidamente al oír hablar al bello joven. Este se incorporó ahora sentándose y mirando inquisitivo al extraño que intentó tocarlo. Levantó una ceja al ver que su pregunta no era respondida. " ¿Y bien?"
- " No lo soy , solo quería verificar que no estuviera muerto."
El rubio no pudo evitar reírse ante la tonta excusa y Changkyun , él se sintió avergonzado por primera vez en su larga vida.