- "¿Hyungwon ... Qué vas a hacer?"
Decía Wonho preocupado detrás de él.
Voy a proteger lo que quiero. No voy a permitir que dañen a Yoo Kihyun.
- " Ey, detente ¿Sabes lo que vas a hacer?"
Lo sabía, quizá no era correcto. Pero él es un demonio ¿Porqué tendría que importarme lo que le pasasen a esos sucios mortales?
- " Tampoco me importan, pero- "
No podía seguir escuchando, quería actuar, callar a aquella multitud sedienta de la sangre de un violinista inocente.
Sí, había hecho un pacto con el diablo pero no dañaba a otro, entonces ...- "¿Qué les concierne que Yoo Kihyun haya hecho un pacto?"
Habló esta vez, ya no era un humano ordinario como se había hecho pasar, ante los ojos de toda esa multitud estaba Chae Hyungwon, el primer príncipe del Inframundo, con los ojos grises brillantes y enojados.
- "Humanos cobardes."
La gente paró de gritar, hasta un niño sería capaz de leer el aura que emanaba el príncipe demonio.
Hyungwon levantó su mano con intención de atacar, pero antes de hacerlo Wonho logró detenerlo.- "No me importan los humanos, pero ¿Quién crees que vendrá a por ti si matas a un grupo tan grande de ellos? "
¿Dios? ¿Acaso bajaría solo por matar a unos cuantos de sus humanos?
- "Él no bajará, pero sabes que tampoco ignorará el genocidio, detén esto Hyungwon."
El calor de los brazos de Wonho, su voz que gesticulaba cada palabra con confianza y seguridad. Soltó un suspiro dando a entender que estaba irritado, pero que acataría a la petición de Wonho. En cambio sus ojos grises brillantes nunca se apagaron, solo su tonta ira fue apaciguada, quería hacer algo y debía, nadie iba a cambiarle de opinión. Entonces la halló, una columna abandonada a medio construir se alzaba justo a lado de los manifestantes.
Sonrío con verdadera diversión.
-" Está bien, no les haré daño"
Y fue así que aún en los brazos de Wonho sin hacer movimiento alguno, ordenó con su vista a la columna derrumbarse, y es lo que sucedió.
Una cosa era segura él no le temía a Dios.
La respuesta fue inmediata, la gente gritando y corriendo desordenada como ratas en una pequeña jaula y después lo que se esperaba. Toda la muchedumbre acobardada gritándole pestes detrás del clero, utilizándolos como escudos humanos que tirarían de carnada para escapar ellos primero. Lo dicho, humanos cobardes que velan por su interés propio.
-"Tiene que exorcizarlo y a toda la casa con él."
- "Hay que quemarlo también."
- "Es un demonio, el hermano del señor de la casa Im es un demonio."
Por supuesto que lo era, ahora mismo le ofendía en sobremanera ser catalogado como uno de especie humana.
Tanta era su diversión que casi se sobresaltó al sentir un apretón leve en el brazo de parte de Wonho. Enojo no era, porque no había matado nadie, entonces lo estaba protegiendo o eso trataba, el arcángel prácticamente estaba sobre él.
- "Son solo humanos."
Pronunció, sabiendo que Wonho le entendería.
- "Así sean moscas."
Fue la casi inaudible respuesta de su arcángel.
- "¿Qué está pasando aquí?" - Y ese era Changkyun y por supuesto a su lado no podía faltar Jooheon.