ƚαƙҽ ƈαɾҽ σϝ ԋιɱ
Kai Kamal Huening, estudiante de tercer año de artes, alto, guapo y simpático, de facciones exóticas y sonrisa encantadora.
Aunque a esas alturas de su vida era más conocido como el rompecorazones más joven de la facultad. Siendo superado, a su criterio, únicamente por su mejor amigo que siendo consciente de su posición era tan audaz como para regañarlo cada vez que un nuevo rumor corría durante los descansos.
—Eres un idiota, Kai
—No es mi culpa, yo de verdad lo intento, pero al final no me llaman la atención, no puedo engañarles diciéndoles que sí cuando ni un beso hace que sienta algo.
Kai valoraba el intento sobre los resultados, por eso no se apenaba en decir que intentó algo con algunas de las personas que se le acercaban, pero no terminaban por despertar esa dichosa chispa en él. Al final siempre terminaba como el malo de la historia. Era bastante injusto, a decir verdad.
—Un poco de tacto no te vendría mal.
Kai simplemente se encogía de hombros cada vez que se veía envuelto en la misma conversación con su amigo. No era cruel como creían, también se interesaba por cuidar de quienes le interesaban y no con cualquier persona que se le cruzara por delante. A diferencia suya, Soobin era alguien bastante galante, que con las más bonitas palabras y de la manera más dulce posible rechazaba hasta las propuestas más indecentes, aunque con eso solo conseguía enamorar aún más a las personas. Kai pensaba que no servía ser así, porque veía a su amigo siendo perseguido por las mismas personas, aunque también eso se debía a que era un maldito aprovechador y le causaba risa. A Soobin le gustaba llamar la atención, ser tratado como un rey y ser alagado, todo para alimentar su ya muy grande ego.
Kai sólo era sincero y directo y aún así recibía atención, ¿Quién entiende a las personas? Decían que las trataba mal y seguía siendo perseguido por más.
—Algún día vas a enamorarte y vas a sufrir.
Secretamente, Kai rezaba por enamorarse algún día, sentir esas mariposas y sonreír como estúpido, ser correspondido y pasear de la mano con esa personita especial.
—¿Enserio crees en el karma?
Pero claro que aunque quisiera vivir un romance, no deseaba pasar por la etapa de desinterés y rechazo, era más bonito cuando ambos se correspondian y eran felices desde el principio, tal cual cuento de hadas.
—El karma es una perra, amigo.
Y vaya que lo era.
Kai conoció su perdición una mañana de primavera, el primer día de su tercer año en la carrera, mientras esperaba a que el egocéntrico de su amigo terminara de dar la bienvenida a los nuevos ingresantes (a.k.a. nuevas víctimas de sus encantos) en el enorme auditorio de la facultad.
Recostado contra uno de los árboles del área verde, vio a lo lejos la pequeña figura de un chico caminando desorientado, mirando de de un lado a otro. ¿Sería de nuevo ingreso? Probablemente y su mente solo pudo pensar en que debía acercarse tan solo por curiosidad, después de todo él también estuvo en la misma situación antes.
Al acercarse se sintió casi iluminado por la belleza exótica de muchacho, y solo estaba a unos metros, viéndolo de lado.
—Menuda mierda, deberían señalizar mejor los pasillos o dar mejores indicaciones —lo escuchó murmurar mientras veía con el ceño fruncido un papel en sus manos.
—Ciertamente, esta vieja escuela necesita unos cambios, comenzando por la secretaria que ni siquiera sabe dónde está parada —se acercó Kai con una sonrisa amable —¿Eres de nuevo ingreso?
—Intercambio. Este es mi tercer año.
—Interesante, compañero, eso hará más fácil mi misión de guiarte.
El chico bonito se giró por fin, dándole la cara y si alguien no llegaba en ese momento, Kai estaba seguro que le iba a dar un paro cardiaco. Cabellos rubios grácilmente peinados que cubrían un poco dos grandes ojos color chocolate, nariz respingada y perfectamente adecuada a sus bonitos labios; un crop top de cuello alto que dejaba a la vista el plano y marcado vientre, sobre este una camisa a cuadros oversize y para finalizar, un pantalón jean negro que moldeaba a la perfección las esbeltas piernas que terminaban en un par de zapatillas con plataforma.
Cuando pudo por fin respirar correctamente y el oxígeno llegó a su cerebro, le sonrió y extendió su mano con el fin oculto de tocar algo de su suave piel.
—Huening Kai, para servirte.
—Kang Taehyun.
Incluso su nombre sonó como música para sus oídos en esa voz ligeramente gruesa con un bonito acento extranjero.
Para cuando la mano pequeña tomó la suya, se sintió en el cielo, un tacto que le envío corrientes eléctricas y amenazaba con acabar con él en ese instante.Ni siquiera cuando el tacto se rompió y su vista se vio interrumpida por un pedazo de papel que el más pequeño le extendió, el revoltijo en su estómago se detuvo.
No entendía lo que le sucedía, pero sabía que la fascinación iba más allá, cuando algo en su interior le dijo que debía mantenerse cerca, que cualquiera podría aprovecharse del pequeño y bonito chico, conocía un montón de ellos y debía cuidarlo.
Soobin, por ejemplo, el pelinegro que con su grave voz, sonrisa dulce y mirada cálida hacía sonrojar hasta al más heterosexual.
Claro que no sabía si el pequeño rubio era heterosexual, pero el sonrojo que cubrió sus orejas cuando Soobin se acercó repentinamente y clavó su atención en él ofreciéndole su ayuda, ya era mala señal, una que puso en alerta a Kai y le obligó a pararse en medio y con una risa nerviosa, alejar a su entrometido amigo.
Desde ese día se planteó como misión principal cuidar y vigilar a Taehyun, aún si este no le hablaba y solo a veces lo saludaba cuando compartían clases.
Por primera vez en su vida sintió la necesidad de ser cuidadoso y atento con alguien a quien consideraba tan frágil como el cristal. A sus ojos Taehyun era la definición perfecta de etéreo e inalcanzable, la belleza personificada. Poseedor de un corazón tan valioso que ningún ser humano sería digno de siquiera intentar conquistarlo.¿Exagerado?
Para nada, cualquiera que viera a Taehyun pensaría lo mismo y ese era el problema.
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Holaaa, vuelvo con algo cortito, simple para despejar mi mente y poder salir de mis bloqueos que me impiden continuar mis otras historias, ajio. Espero que sea de su agrado.
Nos leemos pronto, gracias ✨❤️✨
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🍓 ⋆ 𝐻𝒶𝓃𝒹𝓁𝑒 𝓌𝒾𝓉𝒽 𝒸𝒶𝓇𝑒 (𝒯𝓎𝓊𝓃𝓃𝒾𝓃𝑔) ⋆ 🍓
RomanceTaehyun llegó en una cajita que decía "TRATAR CON CUIDADO" y Kai se lo tomó muy enserio, a pesar de que el chico bonito y dulce del que estaba enamorado decía querer arrancarle las manos a menudo. -Vuelve a hacer eso y te arrancaré las manos, Huenin...