don't bother him
Celebrar el aniversario de la facultad estaba bien, organizar una fiesta para conmemorar la escuela le agradaba, entregar reconocimientos por desempeño destacado en el consejo estudiantil le parecía aburrido y juntar todo ello con la premiación de los juegos interescuelas, comprensible para querer ahorrar dinero.
Sin embargo, celebrarlo en halloween ya era avaricia. A la decana y director les importó muy poco el compromiso de un montón de jóvenes estudiantes que planearon un disfraz de Halloween para una noche, más que su propio futuro académico y laboral. Kai pensaba que no tenía sentido hacerlo. Entre una fiesta de descontrol total y una ceremonia protocolar, era obvio donde iba a estar la mayor cantidad de asistentes.
Hasta que, inteligentemente, el concejo estudiantil supo atraer la atención de los estudiantes. Organizaron la fiesta el mismo día y en un local muy cerca al aula magna de la universidad para que a todo el mundo se le facilite asistir.
Para Kai era una trampa muy tentadora y no tenía pensado asistir cuando podía quedarse en pijama un par de horas más ya que al estar inscrito como participante de las competencias, no fue considerado dentro del número artístico. Sin embargo, fue tomado por sorpresa por Taehyun cuando este le envió un mensaje preguntando si quería un aventón en auto, con el compromiso de ser el amigo que conducía luego de la fiesta.
A este punto incluso él mismo se pregunta cómo es que llegó a hacerse así de cercano al bonito rubio. Y solo puede pensar en una respuesta: perseverancia.
Comenzó cuando coincidieron en el gimnasio y fue humillado patéticamente, pero recompensado con su número de teléfono más tarde.
Luego de ese primer encuentro, renunció a participar en los juegos importandole muy poco las quejas de Soobin y dedicando su tiempo a acompañar a Taehyun en sus enfrentamientos. Para Kai, el pequeño rubio era ya el ganador y necesitaba un coach a su lado para cubrir todas sus necesidades. Beomgyu al ser de otra escuela no pudo estar con él así que aprovechó el tiempo únicamente de ambos para forjar una amistad.Vaya que funcionó.
Taehyun resultó, obviamente, campeón y la revelación del campus.
Un montón de gente comenzó a acercarse a él, pero Taehyun únicamente le hacía caso a Kai.
Embelesado por el recuerdo del pequeño aferrado a su brazo en medio de la multitud eufórica que lo felicitaba, Kai creyó sentirse realizado. Sin embargo no estaba preparado para lo que vendría.
Solo una semana pasó de ese suceso y ahora se encontraba inquieto, esperando fuera de su casa a que Taehyun pasara por él, en terno y con el cabello peinado hacia atrás, Kai esperaba cual damisela que aguarda por su carruaje dorado para llegar al baile donde conocería al amor de su vida. La diferencia era que el príncipe azul y amor de su vida llegó conduciendo una camioneta negra con vidrios polarizados y Metálica sonando en los parlantes.
—Hola Hyuka
Y Kai desfallecio.
—Hey, Tierra llamando a Kai. Oye, despierta, vamos a llegar tarde.
—Se congeló de tanto esperar, te dije que debíamos salir más temprano.
—Bueno, es una pena, vámonos Tae, alguien vendrá a llevárselo.
Las dos voces ajenas a la de su lindo príncipe lo sacaron de su shock. No se había fijado que en el asiento trasero de la camioneta una cabellera pelirroja y una rubia parecían pelear.
—H-Hola Tae, lo siento quedé...impresionado.
La risita entre dientes del más bajito hizo revolotear su corazón volviendo a fijarse en el aura angelical que incluso en traje, Taehyun se cargaba.
—Sí, es un hermoso ejemplar, pero vamos sube que debes estar congelandote.
Kai sintió la necesidad de aclarar que se refería al aspecto del conductor y no al automóvil que también estaba bonito. Pero se mordió la lengua y apresuró a abordar el asiento del copiloto.
Abrochandose el cinturón giró la cabeza para saludar a los otros dos tripulantes, quedando pasmado al darse cuenta que no eran nada más y nada menos que Choi Yeonjun y el muchacho pelirrojo que lo asesinó con la mirada en su primer intento de acercamiento a Taehyun.—Hola Huening
—Qué tal Yeonjun y...
—Jungwon.
El enano pelirrojo parecía enserio querer ahorcarlo por razones desconocidas, con su respuesta cortante y lengua filosa ya ni le daban ganas de ser amable, pero bien dijo su madre, lo cortés no quita lo valiente, así que con una sonrisa forzada se presentó. O al menos lo intentó.
—Un gusto Jungwon. Soy Huen...—Huening Kai, sí, te conozco. Eres un verdadero dolor en el culo.
Diablos. Kai ni siquiera lo topaba y el enano ya le atribuía sus problemas con la gente. Pero como parecía alguien cercano a Taehyun, su pequeño angelito, no iba a ponerse a discutir, por lo que simplemente volvió a sonreír y se acomodó en su asiento.
—Jungwon es hermano de Beomgyu y Yeonjun es el verdadero dolor en el culo —se explicó Taehyun una vez tuvo la atención de Kai en él —pero como va a pagar el servicio de taxi, no me quejo.
Kai volvió a ver al rubio, rival eterno de Soobin, que estaba entretenido en su celular ignorando su conversación. No sabía que Taehyun y Yeonjun se hablaran siquiera luego del altercado entre ellos dos. Al parecer Yeonjun era masoquista. Pero ahí estaba él, para impedir que Choi se pasara de listo con su Tae.
Ignorando la punzante mirada de Jungwon sobre él, Kai podría clasificar el viaje como uno ameno. No entendía por qué el enano pelirrojo parecía celar tanto a Taehyun si eran primos. Todo turbio con ese chico. Ni siquiera entendía qué hacía ahí, no tenía nada que ver con su facultad o año.
Como sea, Kai solo tenía en mente disfrutar de la fiesta con Taehyun, aplaudiría con ganas cuando lo llamaran a recibir su reconocimiento y sería el primero en felicitarlo. Luego irían a la dichosa fiesta y se iba a asegurar de no dejar a su angelito solo, lo cuidaría de los depredadores y del exceso de alcohol. Lo dejaría en su casa sano y salvo, sería una buena primera impresión con sus padres, verían que es capaz de cuidar a su tesoro y tendría su bendición en poco tiempo.
Todo estaba fríamente calculado.
Sin embargo, no contó en absoluto con la intervención de su mejor amigo.
Inmediatamente después de que bajaron del auto en el estacionamiento de la universidad y Yeonjun se acercó a pagar su deuda con el más pequeño, apareció un furibundo Soobin en terno que lo señalaba con el dedo acusador.
—Traidor. —fue lo primero que le susurró en tono venenoso. Kai supuso que verlo bajar del mismo auto con Yeonjun había sido malinterpretado, pero eso no significaba que podía llamarlo traidor sin motivos.
Es más, si dejaba que su amigo se fijara bien, notaría a Taehyun y así sería simple unir cables para llegar a una conclusión. Todo era por el pequeño rubio, a Kai le importaba poco o nada Yeonjun mientras no se metiera en su camino.
No obstante, razonar con Soobin en ese estado no era prudente, así que lo dejó ser porque se le pasaría rápido una vez le explicara el contexto.Nunca contó con la intervención de Yeonjun y su lengua filosa para exacerbar los ánimos. Ya comenzaban a arruinarle los planes, aún peor, Taehyun parecía estar estresandose con la presencia de esos dos y porque Jungwon no salía del auto.
Inadmisible.
Así comenzó una discusión infinita que únicamente fue detenida cuando el pelirrojo enano primo de Taehyun, intervino llamando a Soobin.
¿Desde cuándo se conocían? No importaba, porque en el preciso momento en el que iba a intervenir para que no molestaran más a su ángel, el mocoso se puso en medio de los dos eternos rivales y comenzó a coquetear descaradamente con Soobin.
Taehyun parecía entender el extraño comportamiento de Jungwon lo que solo lo exaspero más al punto de tirar de su mano para entrar al local y dejar al trío problemático arreglando sus asuntos.
Kai estaba impactado. Soobin y sus problemas con su harem podían irse al diablo, porque (¡oh, santo cielo!) Kang Taehyun entrelazó sus dedos y lo llevó de la mano, algo que solo en sus sueños sucedía.
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🍓 ⋆ 𝐻𝒶𝓃𝒹𝓁𝑒 𝓌𝒾𝓉𝒽 𝒸𝒶𝓇𝑒 (𝒯𝓎𝓊𝓃𝓃𝒾𝓃𝑔) ⋆ 🍓
RomantizmTaehyun llegó en una cajita que decía "TRATAR CON CUIDADO" y Kai se lo tomó muy enserio, a pesar de que el chico bonito y dulce del que estaba enamorado decía querer arrancarle las manos a menudo. -Vuelve a hacer eso y te arrancaré las manos, Huenin...