—¿Por qué yo? Estaba muy orgullosa de ti. Qué linda es nuestra Siel y también qué tierna es.
¿Era una hermana orgullosa de mí, un ángel o simplemente una estúpida idiota? En sentido común, podría estar celosa, pero mi hermana solo me sonrió y me acarició la cabeza.
—No soy tierna. No soy linda tampoco.
—No, está bien porque Siel es la chica más linda y tierna del mundo.
¿Qué debería hacer con esta hermana que era feliz cuando incluso estaba empujando con sus propias manos su futuro esposo hacia mis brazos?
Me dolía la cabeza. Simplemente lo odiaba, la bandera de la muerte no era más ni menos que la intención de tratar de superarla.
Pero en el momento en que la palabra matrimonio salió de la boca de Alex, casi olvidé que aún tenía diez años.
—Menos mal que padre se encargó de eso. De lo contrario, habría sido un gran problema para mí.
Fue mi padre, el duque de Valentine, quien me salvó de mis pensamientos.
No pude responder lo que dijo ya que me dejó con la boca abierta, y padre lo cortó y arregló su propuesta.
-Gracias por la palabra, pero mi hija solo tiene diez años. Entiendo el corazón de Su Alteza, pero reconsidere una vez más.
No era solo una tarea graciosa, y había mucho que hablar.
Si papá decidiera ayudar, Alex pronto se convertiría en el futuro Emperador. Si me casara con él, naturalmente me convertiría en emperatriz.
Honestamente, no era inusual que alguien mirara a nuestra familia.
—Es ridículo. No puede suceder nada como esto.
—¿Por qué piensas eso?
—¡Porque así será!
Porque él era Alex. Esa era solo una historia teórica, y si la historia continuaba siendo así, la bandera de la mujer malvada de la que quería salir, revivirá.
Me convertiría en la perra astuta que interceptó al príncipe que tenía que estar con mi hermana y fue contrabandeado, y mi hermana, que luego descubrió la situación, me odió, bla, bla, bla, bla, causal, pase lo que pase. Si eso fuera así...
Por supuesto, solo quería abstenerme de desaparecer en el rocío de una mañana.
No podía decir era solo porque él era Alex, y no se me ocurría alguna buena excusa.
De hecho, era difícil rechazar esta propuesta porque era algo comprensible en la visión de todo el mundo.
Mirando los estándares, ambos érabamos muy guapos, y políticamente, los intereses del uno y el otro estaban equilibrados, por lo que era perfectamente bueno.
Además, mi madre no estaba realmente en una buena relación con la reina. Debido a mi eso, mi matrimonio con Alex haría un gran beneficio.
En lugar de la razón, la reina Lotte que hirió al hijo del Emperador, se negó a asistir al palacio imperial con todas las excusas.
Ya que era así la cosa, y cómo estaba mi madre ahora con la reina, mi padre no tenía motivos para desconfiar en Alex y dudar en formar una alianza con él.
—Siel. Ahí estás.
—Mamá.
El incidente afectó mucho a mi familia. Era porque regresé con una marca de mano en la mejilla y estaba muy roja.
