Capítulo 43

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Mientras se convirtiera en la farmacéutica del príncipe, Clara ya no necesitaba ser estigmatizada como el problema de la familia.

Ahora Izak estaba lleno de expectativas de que se quedara con él todos los días, y Lewis, quien había estado deambulando fuera de la casa y mostrando su temperamento, había sido atrapado por mi madre y ahora estaba firmemente apegado a la casa.

—Su Alteza Alex también se ve feliz. 

El día que se confirmó mi entrada, Alex sonrió brillantemente con una sonrisa cordial en mucho tiempo. Siempre era frío y sin expresión, el emperador solo se rió y la gente a su alrededor se sonrojaron.

—Sería bueno si pudiera sonreír un poco más a menudo.

Una sonrisa tan hermosa debería beneficiarle un poco para público. Después de escuchar lo que dije, Theo sacudió la cabeza encogiéndose de hombros.

—Alex era originalmente un hombre frío. 

Lo sé, cuando lo conocí, me estaba mirando con cara de desaprobación.

Aún así, parecía que la impresión era bastante suave ahora, pero Theo continuó, dándome palmaditas en la cabeza.

—Era un hombre reacio, así que no había nadie a su alrededor. Pero en estos días, realmente ha cambiado. 

—¿Cuando volvió de la guerra?

—Creo que es una razón diferente a esa. 

Eso fue todo lo que Theo dijo, y empezó a atar una cinta firmemente a mi cabeza. Era un hermano tan delicado.

—Aquí estás, Siel. 

—¡Hermana!

Clara se detuvo delante de la habitación de Theo para encontrarme. Mi hermana también estaba ocupada preparándose para salir de su amada casa y entrar al palacio.

—No hay forma de que nuestra Siel haga algo que me haga daño. 

¿Cómo podría odiar a mi hermana ya que me daba tanta confianza? Clara jugueteó con el cabello que el hermano de Theo había trenzado.

—¿De qué se están divirtiendo tanto mientras hablaban?

—Uh, eso es. 

Decidí no hablar de política con Clara.  Ella no podía mentir, en su cara ya se veía que era una mala mentirosa.

—Theo y yo estábamos hablando sobre el matrimonio.

Estaba hablando de lo que sucedería si me casara con Stan. Pero terminé hablando sobre una pequeña parte de nuestra conversación, Clara no entendió lo que quería decir.

—Hermano Theo, ¿te vas a casar?

—¡No no!

Nuestro avergonzado hermano Theo. Su cara se puso roja como un pulpo y no sabía qué hacer. El sentido del ingenio de Clara había mejorado y ahora me podía dar cuenta de que estaba bromeando.

—Siel, no deberías burlarte de Theo. 

—Lo siento, Theo.

Como señal de disculpa, me acerqué a Theo y lo besé en la mejilla. Si pongo las bases así, será fácil para Theo en darle un beso en la mejilla a Clara o al revés cuando estén agradecidos.

Ay, mi gran ingenio. Clara estaba sonriendo, así que Theo de alguna manera no me empujó hacia abajo cuando le di uj beso en la mejilla.

—¡Siel! ¡Estabas aquí!

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