Capítulo 48

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***

No esperaba que Stan viniera, pero tampoco esperaba que Alex viniera.

Estaba en problemas con un invitado no invitado al azar. En particular, pude ver que Theo era sensible porque tenía miedo de que nos metiéramos en problemas debido a Stan.

—¿Qué te trae por aquí?

—Lo estaba observando para que no hiciera nada inútil. 

Tenía razón en mi expectativa de que Alex fuera sensible al respecto. No podía perder el asiento del príncipe heredero.

Mientras mis hermanos discutían contramedidas contra Stan, estaba dispuesta a llevar a Alex por la villa.

—Esta es nuestra habitación.

—¿Estáis durmiendo todos juntos?

En la cama que estuvimos peleando, todavía había rastros de una pelea de almohadas.

Alex, que era solitario en el palacio, no debía de estar familiarizado con esto. Levanté los dedos de una mano, extendí la mano y le di unas palmaditas en la cabeza.

—¿Te gustaría dormir conmigo? 

—¿Eh? No, no es así. 

Él todavía era un niño. Cuando dije que lo dejaría dormir conmigo, Alex se puso rojo y agitó las manos.

Aunque era frío frente a los demás, la timidez frente a mí era bastante linda.

—Gracias por la oferta igualmente.

—Sería divertido pasar el rato en la noche, pero es una lástima. Soy una maestra de las peleas de almohadas. 

—La próxima vez, asegúrate de mostrarlo.

Si es la próxima vez, ¿quería decir que peleáramos después de entrar al palacio? Por cierto, no sabía que estaba tan interesado en Stan.

—Maryl, prepara la cena de Su Alteza y los demás que le han acompañado. 

—Sí, señorita.

Mi hermana estaba ocupada con el tratamiento del Gran Duque Winterbaum, así que fingí ser nuestra madre y actué como una anfitriona con gracia.

Me ocupé de todo para que no faltara nada, y sobre todo, preparé la cama de Alex como la máxima prioridad. Después de ordenar la preparación del baño, Alex preguntó implícitamente.

—¿Terminaste ya de comer?

—¡Yo ya estoy lista para dormir, achí!

Hacía bastante frío por la noche en verano, pero caminé en pijama y estornudé. Alex le dijo a la doncella que estaba detrás de mí que se apurara y trajera el chal.

—No puedes resfriarte durante tus vacaciones. 

—¿Está preocupado por mí?

—Porque eres una amiga.

Oh, era solo porque somos amigos. Era muy dulce con sus amigos. Alex me entregó un chal y me lo puso alrededor del hombro. El acogedor chal olía a refrescante lavanda de Alex.

—Siel. ¿Te resfriaste?

El radar humano Izak vino directo a mí cuando escuchó el estornudo.

Hermano Theo se encargaría del resto y el niño bueno se iría a la cama. Levanté un poco la punta de la falda del pijama y me incliné con gracia.

El Men Se Me Propuso Donde viven las historias. Descúbrelo ahora