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Narra Mafuyu Sato

De pronto, la puerta se abrió un poco más de lo que estaba, mi corazón latía rápido en parte por los nervios y miedo que me causaba la idea de que Yuki nos viera, y en parte porque estaba muy cerca de Ritsuka.

Un alivio recorrió mi ser cuando ví que quien había abierto levemente la puerta había sido Hiiragi, el cual al vernos cerró la puerta, por lo tanto, Yuki no nos vió. Después oí su voz dialogando nerviosamente con la de Yuki, aparentemente, el teñido distraía al rubio para darnos tiempo a Ritsuka y a mí de acomodarnos.

Me levanté rápidamente y ayudé a Ritsuka a levantarse, entonces tomé su mano para guiarlo hacia mi habitación. En mi habitación, hay una ventana por la cual Ritsuka podía salir sin ser visto por Yuki o alguno de mis amigos de la infancia.

Al entrar a mi habitación, Ritsuka se sonrojó bastante sin parar de mirar cada detalle de mi habitación mientras comentaba sobre cada cosa que veía, no le dí tanta atención porque me dediqué a abrir esa ventana que suelo mantener cerrada.

—Perdón por esto—me disculpé avergonzado por tener que hacerlo salir por la ventana—, no quiero que Yuki malinterprete la situación y...

—Tranquilo—respondió sonriendo cálidamente mientras acariciaba mi mejilla, esta vez me sonrojé yo, nunca me había fijado tanto en su sonrisa. Ritsuka salió tranquilamente por la ventana y se fue. Suspiré mientras lo veía alejarse.

Cuando me di vuelta dispuesto a salir de mi habitación, ví a Hiiragi con el ceño fruncido parado cerca de la puerta. Más que molesto, Hiiragi parecía estar algo preocupado.

Todo lo que acababa de pasar solo fue porque no quería que el rubio se enojara, Hiiragi me dijo que tuviera cuidado en ciertas ocasiones y pensé que esta ocasión venía incluida. El rubio pensaría demasiado las cosas y quién sabe que podría pasar.

—¡No vuelvas a hacer eso!—exclamó el teñido tratando de sonar molesto, aunque realmente no lo está, nunca se puede enojar en serio conmigo.

—Perdón...

—Te conozco... sé que no hiciste nada malo—dijo sentándose en mi cama con los brazos cruzados, por instinto me senté a su lado—. Pero cualquiera, incluyendo a Yuki, pensaría que tuviste sexo con él por lo menos. Pude distraer a Yuki para que no los viera, pero en serio que tuve miedo.

—¿Miedo de que?—cuestioné. Luego recordé una sospecha que venía teniendo desde hace días—. ¿Le tienes miedo a Yuki?.

—Tengo miedo de lo que es capaz de hacer—respondió Hiiragi mientras tocaba nerviosamente la herida de una cortada en su brazo, su movimiento captó mi atención.

—Nunca me dijiste como te hiciste eso—recordé detallando su herida—. ¿Quién te lo hizo eso?.

Hiiragi pareció ponerse algo nervioso y asustado, lo noté rápidamente, incluso me llegó a poner un poco nervioso a mí.

—Lo siento, no puedo decirte, no quiero preocuparte—respondió Hiiragi mientras ocultaba su cara con sus manos. Pensé que iba a llorar por lo que me acerqué más a él—. Te prometo que algún día lo sabrás con lujo de detalle, pero ahora no quiero decírtelo...

—Hiiragi, confío en ti, pero debes decírmelo en algún punto—le dije mientras rodeaba sus hombros con mi brazo para hacerlo entrar más en confianza y tranquilizarlo—, ¿qué hizo Yuki?.

—Mafuyu... por favor, de verdad no me insistas—pidió el teñido sin verme. Que me diga eso solo logra me preocuparme más y me hace querer seguir preguntándole. Hiiragi tiende a guardarse ciertas cosas, me he dado cuenta de ello.

Bandas (Given)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora