un mundo nuevo bajo mi almohada

La Piedra Blanca

Mientras caminaban por la orilla de la playa tomados de la mano, Derek notó que no le quedaría mucho tiempo para despertar.

Trató con todas sus ganas de disfrutar esos últimos instantes, junto a ella, de sentirla cerca, porque sabía que al despertar todo volvería a la normalidad y nada de eso habría pasado realmente.

–¿Cómo puedo hacer que vengas aquí, siendo tú y no mi imaginación?

–Pará lograr eso, necesitaría tener conmigo el objeto más valioso para mí en estos momentos, al igual que tú, y así podríamos estar conscientemente juntos.

–Tengo mis dudas si buscarte es algo que debería hacer en el vida real o si solamente en mis sueños, porque... Creo que jamás me tomarías en cuenta.

–La verdad eso es algo a lo que no sabría responder.

Besó la mejilla de Elly con cierto sentimiento de melancolía, y al bajar la mirada notó algo entre ellos, era una piedra blanca, brillaba con la luz del sol y parecía no pertenecer a la playa.
Elly se agachó para recogerla, la apretó en su mano, y miró a Derek fijamente a los ojos.

–Si este fuera un objeto que pudiera guardar para volver a encontrarte en la realidad ¿Que tanto lo desearías?– Dijo la niña con voz tierna.

Derek no alcanzo a contestar su pregunta cuando comenzó a escuchar de fondo el ruido de la alarma viniendo con ecos desde el cielo.

Derek abrió sus ojos con impacto.

–Las 6:30!

Todo el mundo comenzó a encerrarse dentro de un tornado, el muchacho sabía que no quería perder ese instante, el deseaba con todo su ser que ella pudiera ser real, y no queria perderla.

Todo se volvía borroso, su mundo se desmorona a rápidamente, asique tomó las manos de la muchacha fuertemente, apretó la pequeña piedra blanca entre ellas y la miró con pena de frente, –Por favor, no la sueltes.

Y despertó.