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ODIABA COMO SU HOGAR ahora era cualquier cosa menos algo cálido y familiar así que iba a ver a Laurie y a Jacob al hospital muy seguido. Cada vez que ella decía que no entendía que le había sucedido el día del accidente el le respondía que solo había sido eso: un accidente, pero últimamente era mas para convencerse a él mismo de aquello.
Jacob estaba grave y aun no había despertado pero los doctores decían que iba a mejorar poco a poco.
Y lo peor de todo... Ya ni si quiera tenía sueños buenos.
Ya estaba cansado de su rutina. Ir al hospital, llegar a casa, comer solo, tener pesadillas, levantarse a media noche y quedarse observando la habitación vacía de su hijo hasta estar lo suficientemente cansado para dormir profundamente.
Era un viernes, el sol ya se había ocultado hace un par de horas y era un noche cálida, muy envolvente y engañosa.
Pero algo le decía a Andrew que esa no seria una noche cualquiera en su vida. Decidió romper su rutina.
Antes de salir de su casa se atrevió a quitarse la barba que tenía hace varios días por completo. Se sorprendió al ver al espejo un hombre rejuvenecido.
Condujo por lugares en los que nunca había estado hasta que su garganta le pidió algo de tomar y estaciono cerca de un bar.
La verdad es que no era un hombre de bares pero necesitaba distraerse y se había sentido tan solo esos días que si le traían a su peor enemigo para pasar el rato, no se negaría.
━━¿Qué te sirvo, amigo? ━━le preguntó el barman en cuanto tomo asiento en la barra.
━━Cosmo.
Después de mezclar todo, le entregó su bebida y Andrew la tomo de un sorbo, luego respiro profundo sintiendo la calma.
También le dio una mirada mas atenta al sitio. Tenía luces neon en rojo en algunas partes. Cualquiera pensaría que era un lugar exótico y encantador pero él estaba muy distraído como para atribuirle cualidades al bar.
━━¿Mal día? ━━una voz aterciopelada llamo su atención.
Andrew levanto la vista en cuanto la escucho y cuando su mirada recorrió su rostro, desde sus labios extremadamente rosados, su nariz fina a sus ojos profundamente azules descubrió que aquello de quedarse atónito de esa forma no le había pasado ni si quiera con su esposa. Aquella mujer era excesivamente hermosa, pero lo que mas le sorprendía era que se trataba de la persona que aparecía en sus sueños. Venus. No lo entendía. ¿Cómo podía ser posible?
Parpadeo varias veces con el ceño fruncido pero luego pensó que su mente le estaba jugando una mala pasada, o quizás el alcohol le había hecho efecto mas rápido de lo debido. Bajo la mirada a su bebida nuevamente. Creyó que ya era tiempo de volver a casa así que empezó a sacar dinero de su billetera.
