Capitulo 2

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Pase por el bosque el cual estaba justo enfrente de mi casa, era una pequeña cabaña a lo lejos de la población, suficientemente lejos, como para que nadie pudiera escuchar nuestros gritos de sufrimiento.
El bosque era completamente hermoso, recuerdo que aquí era donde mi abuelo me enseñaba a manejar el arco, el siempre decía que tenía un don, un don que solo se ve una ves en la vida, pero desde su muerte ya no eh querido practicar, pues el recuerdo me lastima mucho. Cuando mi abuelo murió, fue también cuando mi padre tomó el control de la casa, mi abuelo siempre lo detenía y siempre nos protegía, lo cual le impedía a mi padre tratarnos como nos trata ahora, de verdad lo extraño, ojalá nunca se hubiera muerto.

Llegue a la puerta principal de la casa, y con una calma impresionante, saque las llaves de mi bolsillo, y entré.
Estaban peleando de nuevo, podía identificar los ojos de mi padre, llenos de agresividad, de odio, ojos violentos.
Tratando de seguir con la calma que había tenido al entrar en la casa, me fui a mi habitación, y me puse a leer un libro, intentando olvidar todos los gritos de abajo. Cada vez era más difícil ignorarlos, desearía tener uno de esos reproductores de música, seguramente uno sería más efectivo que un simple libro. El problema es que no podemos pagar por uno, mi padre estaba gastando todo el dinero en alcohol y puede que en drogas, no le importaba dejarnos en la ruina, el solo seguía alimentando a lo que lo mataba, es increíble como funcionan las adicciones.
Seguí leyendo mi libro, me había olvidado de todo, quería tener otra de esas visiones, una en donde todo era más claro, en donde podía ver a esa mujer toda vestida de blanco, o a ese chico en un misterioso bosque sonriéndome, solo quería eso, pero también quería saber lo que me decían, en la última visión, no podía entender nada, y también esa explosión que se encontraba, justo antes de que todo se volviera negro, era ese acaso ¿mi muerte? Me eh tratado de convencer de que son fantasías que viven en mi imaginación, como los sueños que les pasa a todo mundo, conmigo es igual, solamente que yo las veo de otra manera. Pero no importa cuanto intente convencerme, en el fondo sé que son reales, y por alguna razón, quiero que así sean, cualquier vida me parece mejor que la que tengo en este momento.

¡Boom! Un gran golpe sonó, gritos muy altos, mi padre había golpeado a mi madre. Mi respiración comenzó a acelerarse, tenía mucho miedo, aunque esto siempre pasaba una y otra vez seguía temiendo, era una tortura que me hacían escuchar una y otra y otra vez.
Gritos que cada vez seguían aumentando, golpes y golpes, uno tras otro, muy fuertes, la pelea definitivamente se había intensificado.

La pelea se calmó después de unas horas, creí que todo había terminado, así que me calme, y proseguí con mi libro, tal vez mi padre al fin había recobrado la razón, puede que todo volvería a ser más calmado.
Me asomé un poco a la sala principal, y vi que mi padre estaba hablando con completa calma, y mi madre solo lo escuchaba. Volví adentro de mi habitación y daba brincos de felicidad en la cama.

Dormí un poco, seguía muy cansada, solo no podía dormir por los gritos que antes se escuchaban, ahora todo estaba tranquilo, en silencio, mis papas susurrando.
Hasta que un grito de mi padre me despertó, no pude escuchar lo que mi padre dijo, entré en pánico otra vez, casi junto al grito, de escuchó otro, pero este no era de mi padre, y tampoco emitía una palabra, era un grito ahogado, que era de mi madre. No aguanté más fui con toda velocidad a la sala, y fue cuando me encontré con una de las escenas más aterradoras de mi vida. Mi padre sosteniendo un cuchillo cubierto de sangre... Y en el piso, mi madre, sin un rastro de vida. Había pasado, el día más temido había
llegado, pero no era solo eso, este día añadía algo más, mi padre no solo quería muerta a mi madre, también me quería a mi. Mi plan fue correr y correr y jamás volver, pero no podía hacer ningún movimiento, por el dolor que sentía por dentro, el cual me tenía paralizada, me sentía sin escapatoria, sin esperanza.

Identidad desconocidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora