Capitulo 1

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- Señorita, por favor pase al pizarrón y conteste la ecuación.
Ordenó la maestra de matemáticas apuntando en dirección hacia mi.
Me quede callada, no podía pensar en nada claro, imágenes seguían pasando por mi mente, como un rayo de luz pasando recuerdos, aunque yo no reconozco nada de ellos, no estaba yo en mi sexto cumpleaños, o cuando recibí mi propia bicicleta de navidad. Nada familiar. Todavía no las veía con total claridad, solo deseaba que se aclararan, estaba ansiosa por saber que eran. Ya eh ido a psicólogos por estas imágenes, pero hasta ahora ninguno ah podido descifrar lo que significan, lo único que tengo que hacer es esperar, y ojalá, con el tiempo, logre verlas, o por lo menos sacarlas de mi mente para siempre.

Pero eso no es lo único que me quita el sueño. Mi padre está volviendo a tomar, lo cual significa una tremenda catástrofe, cuando el llega borracho es muy agresivo, conmigo y con mi madre, se que ella ya no lo ama, pero por alguna razón, no quiere divorciarse supongo que es por mí. Yo tampoco lo amo de la misma manera, ya no es el mismo padre que solía jugar con su pequeña en el parque todo el día, o el que le curaba sus males si acaso los tenía, ya no más, aunque yo ya eh crecido, y reconozco que a mi edad uno no hace esas cosas con su padre, pero desearía tener a alguien en quien confiar, un padre de verdad. Mi madre y yo no tenemos escapatoria se que nos lastimaría si intentáramos escapar, ya que nosotras somos únicamente dos mujeres, y el es muy poderoso y agresivo. Tan solo quisiera que todo este lío terminara que podamos volver a ser felices de nuevo, aunque sea solo con mi madre sería perfecto...

- ¡Póngame atención! Obedezca y complete la ecuación, o se ira a la dirección.
La maestra interrumpió mis pensamientos, igual me parece bien, no quiero pensar en todo eso de todas formas. Me pare de mi asiento y proseguí a resolver la ecuación, pero en el momento en el que voltee a ver el problema, me asalto el hecho de que no había puesto ninguna atención a la explicación. ¿Que se supone que haré ahora? Me quede parada, sin hacer ningún movimiento, y sin decir una palabra, solo veía los números y parecían garabatos, seguí sin hacer nada, de una o de otra manera quedaría en ridículo con la clase. Respire, está bien, ¿Quien no se ha equivocado alguna ves? En especial con matemáticas, me calme pero entonces la maestra dijo...
- Si no resuelves correctamente este ejercicio, le bajaré 3 puntos, y eso no solo aplica para ella. Añadió refiriéndose al resto de la clase.
Empece a escuchar quejas por todo el salón de clase, yo seguía callada y sin saber que hacer, ahora si estaba muerta, si sacaba otra mala calificación probablemente reprobaré, pasaron unos segundos para que la maestra pudiera calmar al salón, y poder dirigir toda su atención hacia mi.
Pero justo antes de que la maestra dijera una palabra, se me ocurrió el plan perfecto así que dije...
- Maestra me duele mucho el estomago, de verdad que no aguanto más, por favor déjeme ir con la enfermera, dije representando en la cara mucho sufrimiento.
- De Acuerdo, ve te salvaste solo por esta ves, ve rápido antes de que cambie de parecer. Dijo con desagrado.
No lo podía creer me había salvado, que suerte la mía.

Me fui rápidamente del salón, me senté en una banqueta, me comí una barra energética que encontré en mi bolso, lo devoré completo, había olvidado el hambre que tenía por no haber desayunado esta mañana, cuando terminar de atragantarme con la barra energética, me atacó un sueño increíble, así que cerré lentamente mis ojos y me quede en un sueño profundo. Tuve otra visión, esta la vi mucho más clara, era yo, parecía ¿El futuro? Escuche una voz que me hablaba, intentaba decirme algo, pero no la entendía.
De repente todo se volvió oscuro, no entendía nada, cuando de la nada, otra escena, un chico viéndome, sonriéndome, pero yo parecía enojada, tampoco entendí lo que el me decía, pero su voz era tan suave y dulce que me daba confianza, y por alguna razón me hacía sonrojar.
¡Boom! Una explosión, y todo se volvió negro, esperaba ver otra visión, pero en cambio el ruido del timbre me invadió, era hora de ir a casa, lo cual me daba un terror horrible, mi padre no había llegado a casa anoche, era obvio lo que estaba haciendo.
- Desearía poder escapar de ese lugar, pero no podría dejar a mi madre, de todas formas, no tendría sentido, mi padre nos atraparía, y nos iría aún peor. Pensé.
Así que solo esperando lo mejor me encamine a casa, donde el peligro habitaba.

Identidad desconocidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora