I M A G I N A

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—Noona ¡Me gusta!—  Manifestaba fervientemente un joven Jeon Jungkook con los ojos cerrados, a la chica delante de él.

La muchacha estaba tiesa. Su mirada constante hacia sus costados mostraba incomodidad. Podría haber deseado morir sino fuera porque su hermana hizo acto de presencia desde la nada, allí es cuando quiso fallecer de verdad.

—¡Ay Jungkook! ¡No molestes con tus estupideces!— Dijo con mirada furiosa hacia su hermano. Cambió la fuerza de su mirada para dirigirse a su amiga. —Lo siento Haneul, tendrá sus años pero es un niño, no sabe qué es gustar de alguien.

Y se dirigieron fuera del living. El chico se limpió sus pequeñas lágrimas de vergüenza, y segundos después de que las muchachas se fueran, corrió hacia su habitación, deseando no cruzarse con las chicas.

Se sentía un idiota. ¿Qué lo había llevado a querer confesarse? Si, claro, su amigo Taehyung. Ese muchacho no contaba con experiencia de rechazos, debido por su egemónica apariencia y personalidad cálida. Además de mantener una relación amorosa hacía más de dos años. Como su método kamikaze funcionó con su novia, sería un orador de aquella fórmula por el resto de sus días, recomendándosela a todo aquel que pidiera su ayuda. Pero Taehyung se olvidó que no todos son como él, y que esa forma de confesión no sería útil para un tímido como Jungkook.

El platónico que alimentó por Haneul, venía existiendo hacía un año atrás. Él estando en primero y ella, en tercero. Era compañera y mejor amiga de su hermana mayor. La vio contadas veces en los pasillos del colegio, y como por arte de magia, luego de caer enamorado por su apariencia, Haneul comenzó a visitar su casa.

Claramente él pensaba que no podría juzgar la calidad de una persona por su apariencia, tenía que conocer su personalidad y, pesimista o no, Jungkook no creía tener la suerte de encontrar a alguien de su gusto y buena persona. Pero qué equivocado estaba.

Era educada y encantadora. Tenía risa fácil, además de buen oído. Su primer encuentro con Jungkook fue cuando él precisó ayuda con sus ejercicios matemáticos, y ella se ofreció a ayudarlo sin necesidad de pedírselo. Obvio que Jungkook no se lo pidió y se mantuvo como una roca todo el momento de la explicación. Pero aquella actitud había confirmado sus sentimientos.

Sin embargo, tiempo había pasado y él no se confesaba. No porque lo viera como obligación , pero Jungkook tenía esas intenciones, y por más que se esforzara, nunca logró juntar valor suficiente. Por ello, pidió la ayuda de su mejor amigo, pero pensó que tal vez, no había salido tan bien.

Mandó un mensaje largo por su celular a Taehyung, maldiciendo cada segundo de vida que pasó junto a él. Su odio era profundo, sentía que su vida se había acabado, hasta que su puerta sonó.

—Jungkook— entró su hermana sin esperar a la invitación de Jungkook. Con voz desganada y algo frustrada. —Haneul quiere hablar contigo por lo que le dijiste antes. No te confíes, cara de pan.

Dijo y se fué. A su vez, entró la antes mencionada lentamente. No parecía confiada, y por lo respetuosa que se había mostrado antes, seguro estaba esperando que Jungkook le indicara dónde sentarse.

Debido a que estaba acostado en su cama, la muchacha se sentó en la esquina de esta, ligeramente alejada de él.

—Jungkook-ah, perdón que no te respondí antes.— y a pesar de que quería comenzar a desenamorarse, su actitud tan calidad y respetuosa lo iluminaba cada vez más. —Yo, me sentía incómoda porque no había hablado con tu hermana todavía. Siento que no nos conocemos tanto.

Trató de pararla antes de sufrir un rechazo encantador, pero sus palabras no salían.

—Pero, también me gustas. Eso creo. Podemos empezar a conocernos, si eso deseas.

—Noona...

La chica sonrió. En su interior le hacía ilusión que Jungkook le dijera así. Seguramente vivirían una relación próspera en el futuro.

Jungkook things.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora