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-señores ya aquí no se puede hacer más, es hora de terminar ya con los voluntariados, Todos pueden volver a sus hogares

-señor Sarutobi soy de Hiroshima ustedes me podrían ayudar

-oh... Sakura tú y los de los lugares de la trajedia esperenme un poco más

Era tarde, las 5 y algo más, estos meses de los trajedia me habían hecho mirar la forma más retorcida y malvada del ser humano, solo había pasado 11 meses más aún así las víctimas aún aumentan, cada día mueren más personas, los médicos ya no saben que más hacer, nos hemos resignado que más podemos hacer, lloramos a nuestras víctimas y solo podemos seguir los que aún quedamos vivos, el señor Sarutobi salió

-entra Haruno

-señor

-no es mucho lo que puedo hacer por ti, lo que nos dejó la guerra es algo terrible, naciones enteras nos detestan, estamos solos, solo puedo darte algo de dinero que enviaron a las víctimas de la guerra y dejarte ir, no puedo hacer más

Las cosas no eran nada buenas, el señor Sarutobi me entrego un poco de dinero, con eso solo me alcanzaria para  pagar un lugar donde dormír, me iba a ir a mi carpa para luego mañana irme a buscar suerte pero el señor Sarutobi volvió a llamarme

-Sakura tengo un amigo Nagoya, es muy viejo y con la guerra su hija se lo llevará a Tokio así que el lugar donde vive quedará solo, es un viejo templo y necesitara que alguien lo cuide, el me envió una carta que tal si tú te vas aya

-de verdad!! Claro que si

La suerte empezaba a cambiar, no me importaba cuidar incluso un panteón, solo necesitaba un lugar para comenzar de nuevo

-por cierto, deje algo de comida para el joven soldado, lo irás a visitar verdad

-si, incluso le pediré que venga conmigo

-eres una buena chica, te deseo suerte

-gracias

Me entrego el papelito con el lugar a el que debía ir, yo fui por la comida y subí a la carpa más alejada y la que nadie visitaba

-hola Shisui

-otravez tu, no te rindes verdad

-no, ven te traje algo de comer

El se había aislado, era grosero y nada amable, los demás habían decidido dejarlo a su suerte, al principio me echaba y me insultaba, ahora se había a acostumbrado más a mi, aunque aún me trataba bastante cortante, más yo sabía que era más grande el dolor que el sentía y a eso se debía su comportamiento, le di el plato de comida, apesar de estar ciego poco a poco se acostumbraba a los objetos, y su entorno, comió sin decir nada

-me dejas limpiar tus ojos

-eres muy incistente

-gracias me dejas?

-bien

Sus ojos no estaban nada bien, habían sido dañados por los cristales, lo que alguna vez fueron ojos negros hoy eran ojos inyectados en sangre y opacos

-shisui me iré mañana

Lo sentí tensarce, era la única persona que lo había ayudado sin importar su comportamiento, se que en el fondo había logrado obtener su confianza

-que te vaya bien

-no te importa

-ya me acostumbre a la soledad

-no digas tonterías, cuando tu piel se ah puesto pálida y te has tensado, quiero que me acompañes

-estas loca que harías tú con un ciego, no me vez ya soy un inútil

-no digas estupideces,
Me dijiste que tienes familia, podemos buscar a los sobrevivientes, además no me importa que seas ciego, estoy también sola, si no fuera por ti quien sabe ya talves me habria suicidado, eres una persona que es muy fuerte, quiero ayudarte, y a la vez ayudarme a mi, cuidare un templo, pero... No quiero estar sola

El se quedó callado, de un momento a otro suspiro

-solo hasta que encuentre a mis hermanos, te acompañaré después de todo no tengo a donde ir

-gracias, prometo ser tu pilar hasta que encuentres a tu familia

-no soy una mascota, ahora vete ya no me molestes

-ajjj eres un... Hasta mañana, te vendré a buscar para irnos

-como sea...

Lágrimas de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora