Capítulo 3: nuevas relaciones y confesiones

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Hermione se sorprendió gratamente al comprobar que el curso académico se le estaba dando de maravilla. No le mandaban mucha tarea y cuando tenía la hacía rápidamente. Además, sus exámenes le parecían fáciles, lo que le dejaba mucho tiempo libre para leer y, cuando le venía la inspiración, componer. También (aunque no lo quería admitir) se sorprendía muchas veces pensando en Fred: en su sonrisa, su pelo, sus pecas, su nariz, sus ojos... esos ojos angelicales... Cada vez que se acordaba de cómo la miraba con aquellos ojos, su corazón empezaba a latir a mil por hora.

A Hermione nunca le había gustado ningún chico, ya que ninguno había sido amable con ella jamás, excepto en preescolar, cuando todavía no tienes prejuicios y lo único importante es jugar, sin importar con quién. Hermione no sabía si le gustaba aquella sensación. Había momentos en los que se sentía extremadamente feliz, invencible, como si pudiera con todo. Pero otras veces se sentía vulnerable, es decir, le estaba entregando su corazón, ya inseguro de por sí, a una persona que podría hacer lo que quisiera con él. Pero no, Fred no le haría daño nunca, al menos no intencionadamente, era demasiado bueno como para eso. Aparte, a él también parecía gustarle ella, ¿por qué si no iba a hablar tanto con una chica dos años menor que él? No es como si lo hiciera con otras chicas, más bien al contrario: Fred y George nunca se juntaban con nadie más pequeño que ellos, ni siquiera con sus hermanos Ron y Ginny.

Después de pensar un rato, la cabeza de Hermione se saturó y decidió salir a dar un paseo al parque de su barrio para olvidarse de Fred, de componer música, de sus estudios... Agarró sus auriculares y los conectó a su móvil para poder escuchar música. Era otoño (su estación favorita) y el suelo estaba lleno de hojas secas, sobre las que le encantaba andar, ya que le recordaba a su infancia, cuando sus padres no estaban tan ocupados y podían pasear los tres juntos mientras comían helado (en verano) o castañas (en invierno). Estaba concentrada mirando las hojas mientras andaba cuando levantó la vista para asegurarse de no chocar con nada, y vio a alguien sentado en un banco a varios metros. El chico no la había visto, porque estaba mirando hacia el suelo, con los codos en sus piernas y las manos tapando su rostro, como en posición de derrota; pero ella reconocería ese pelo en cualquier lugar. El corazón se le aceleró mientras paraba la música y se acercaba al banco.

—Hola.

Fred levantó la mirada, sorprendido.

—Hola, Hermione. ¿Qué haces aquí?

—Vivo en este barrio, estaba dando un paseo.

—¿Tú sola?

—Bueno, necesitaba desconectar de todo durante un rato.

—Ya somos dos.

—¿Tú también estás aquí para desconectar? —A Hermione le extrañó porque sabía que Fred no vivía en Londres, sino en un pueblo a las afueras.

Fred rio amargamente.

—Ojalá. George ha empezado a salir con Angelina. La conoces, ¿verdad? —Hermione asintió —. Pues están en la etapa de luna de miel en la que se tienen que ver todos los días, y le dice a mis padres que nos quedamos jugando al fútbol, porque si les dijera la verdad mi madre se pondría muy pesada.

—¿Por qué no te vas con alguno de tus amigos?

—No sé, no estoy de humor. Probablemente terminaría pagando mi mal humor con ellos.

—¿Y cómo es que no lo estás pagando conmigo?

Fred abrió los ojos en sorpresa.

—Pues... ¿Sabes qué? No lo sé. Simplemente no quería hacerlo, no me ha salido. —Se encogió de hombros, aunque Hermione notó que solo estaba fingiendo su indiferencia.

Angel Eyes AU (Fremione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora