Capítulo 4: una película y una cita

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—¡Hermione! —alguien gritó.

La mencionada se giró y vio a su amiga Ginny, quien corría a toda prisa en su dirección, atravesando el pasillo del instituto.

—Hola, Ginny. ¿Qué tal estás? —le preguntó cuando la pelirroja ya estaba a su lado.

—Feliz —dijo casi sin aire—. ¿Quieres saber por qué? —seguía jadeando, con las manos en las rodillas, intentando recuperar el aire.

—Dime —rio.

—Como hoy es viernes, mi padre nos va a llevar a mis hermanos y a mí al cine, y me ha dicho que puedo llevar a una amiga si quiero. Así que, ¿te apetece?

—Sí, me encantaría. Muchas gracias por invitarme.

—Anda ya, tonta, no me des las gracias.

La mañana pasó rápidamente y al terminar la jornada escolar se encontró con Ginny en la puerta.

—Hola, Herms. ¿Te apetece hacer algo mientras mis hermanos y Harry están en su entrenamiento de fútbol?

—¿Quieres venir a mi casa a merendar?

—¡Sí! Me encanta tu casa. Es tan moderna...

—A mí me gusta más la tuya, es tan acogedora...

—Lo dices por decir, pero sabes que tu casa es mucho más bonita que la mía.

—Ginny, no te miento si te digo que cambiaría mi casa por la tuya sin pensarlo. Ahora, deja de menospreciarla y vamos ya.

Cuando llegaron a su casa, Ginny se percató de un piano precioso que había en el salón.

—¡Hala! Eso no estaba la última vez que vine. ¿Toca alguien el piano?

—Sí, bueno, mi madre sabe un poco y yo también toco y compongo a veces. Tengo otro en mi habitación, pero mis padres me regalaron este por Navidad para poder tocarles (y aunque no me lo digan, creo que también lo compraron como decoración).

—Guau, no sabía que tocases. Tienes que tocarme algo que hayas compuesto, ahora mismo.

—En realidad no le suelo enseñar a nadie lo que compongo.

Hermione no pudo evitar pensar en aquel día en el instituto, con Fred.

—Pero yo no soy nadie. Venga, por favoooooor —le suplicó poniendo ojitos de cachorrito.

—Bueno, está bien.

Hermione empezó a tocar la melodía que tocó aquel día que Fred la pilló. Llevaba desde entonces perfeccionándola e intentando escribir una letra para ella, pero lo único en lo que podía pensar era en los ojos de ángel que tenía Fred y cómo la miraba, aunque no quería escribir sobre eso, le parecía patético y cursi. Pero por mucho que lo intentaba, no conseguía que otra letra le convenciese.

Cuando terminó de tocar, Ginny aplaudió.

—Eso ha sido simplemente asombroso. ¿Tiene letra la canción?

—Eh, no, no se me viene nada a la cabeza —dijo sonrojada.

—Pues yo no diría lo mismo, deberías haberte visto mientras tocabas. Nadie tiene tanta pasión sin pensar en nada.

Antes de que Hermione pudiera responder, el móvil de Ginny sonó.

—¿Diga? Ah, hola, papi... Sí, estoy con Hermione, en su casa... Ajá... Vale... Entendido, ya vamos. Hasta luego. —Cuando colgó, se dirigió de nuevo a su amiga—. Era mi padre, dice que vayamos a la puerta del colegio, que nos va a recoger allí.

Angel Eyes AU (Fremione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora