Capítulo 6: una cita y un beso

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Era viernes, y Hermione se encontraba frente al espejo de su habitación. Había decidido ponerse un vestido blanco, unas sandalias granate y un bolso a juego con los zapatos. En un intento de domar su pelo, normalmente denso y encrespado, había optado por hacerse un semirrecogido, con un lacito blanco. Durante la semana se había planteado en varias ocasiones si comprarse algo de maquillaje para poder usarlo, quizás era un buen momento para aprender a maquillarse como el resto de chicas de su edad, pero terminó decidiendo que era un poco precipitado y simplemente le robó algo de máscara de pestañas y brillo de labios a su madre. Echándose un último vistazo en el espejo, pensó que ya no había vuelta atrás y, apagando la luz de su habitación, se marchó en dirección al parque donde habían acordado encontrarse.

La chica llegó diez minutos antes de la hora acordada, y se sentó en el mismo banco donde le vio aquel día hacía un par de meses. Mientras esperaba, comenzó a pensar en aquella melodía a la que todavía no le había encontrado una letra. La melodía estaba casi terminada, pues había pasado horas perfeccionándola, y por más que buscaba inspiración para la letra, simplemente no conseguía encontrarla, lo que le ponía de mal humor.

—¿Por qué tienes esa cara? ¿Ni siquiera he llegado y ya he hecho algo mal?

Hermione se sobresaltó. Estaba tan consumida en sus pensamientos que no se había dado cuenta de que su cita había llegado. Le miró e instantáneamente se sonrojó. Realmente no lucía muy diferente al resto de días: llevaba una camiseta blanca, unos pantalones vaqueros anchos y una chaqueta de cuero, pero al mismo tiempo podía ver que había hecho un esfuerzo, pues la camiseta no estaba tan desgastada como las que siempre solía llevar, y se había puesto colonia, algo que no solía hacer.

—Lo siento—dijo mientras se levantaba del banco—. Estaba pensando en mis cosas, nada que ver contigo.

Pero Fred no la estaba escuchando, simplemente la estaba mirando con los ojos muy abiertos y levemente sonrojado.

—Guau, estás guapísima, Hermione.

—Gracias—sonrió mientras bajaba la mirada para contemplar su propio conjunto—. Tú tampoco te ves mal.

—¿Bromeas? Si hubiera sabido que te ibas a arreglar tanto, me hubiera esforzado algo más.

—No necesitas esforzarte. Yo sí.

—Hermione, si te vieras con mis ojos, te darías cuenta de lo equivocada que estás. Pero bueno, quizás deberíamos seguir con la conversación mientras andamos, ¿no crees?

—Ah, sí, claro.

¿Qué le pasaba? ¿Por qué no podía dejar de sonrojarse todo el rato? Seguro que Fred pensaba que le pasaba algo, pero ¡no podía evitarlo! El chico siempre tenía la manera de hacer que se ruborizarse con sus comentarios.

—Bueno, Hermione, me gustaría que me contaras cosas sobre ti. Nos conocemos desde hace unos meses pero en realidad no sé nada de tu vida antes de que vinieras al instituto. ¿Vivías en otro lugar?

—En realidad no. Siempre he vivido en mi casa actual, pero he estado durante dos años estudiando en un internado en Escocia.

—¿Escocia? ¡Qué guay! Yo nunca he estado allí, pero me encantaría visitarla. ¿Por qué dejaste el internado? Si se puede saber, claro.

—Nunca me sentí muy cómoda allí, para ser sincera. No tenía muchos amigos y echaba mucho de menos a mi familia. La verdad es que yo nunca quise ir, pero mis padres dijeron que era uno de los mejores colegios del país y que allí me sentiría más motivada intelectualmente. Estuve un año entero rogándoles que me dejaran volver y estudiar aquí, cerca de casa. En este insti tampoco es que tenga muchos amigos, pero al menos la gente es mucho más amable en general. Como Harry y Ron, o como tú...

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⏰ Última actualización: Jun 20 ⏰

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