|-"𝐓𝐚𝐥 𝐜𝐨𝐦𝐨 𝐞𝐫𝐞𝐬"-| Fanfic | Spain/Infames RP | Volkacio AU |

✴.·'¯'·.·★ -𝓒𝓾𝓪𝓷𝓭𝓸 𝓮𝓶𝓹𝓮𝔃𝓪𝓻𝓮 𝓪 𝓿𝓲𝓿𝓲𝓻-★·.·'¯'·.✴

Otro día más tachado en su calendario despertándose temprano como de costumbre. 

Volkov luego de la terrible experiencia que había vivido se le encargó que se dedicara a descansar en su hogar en lo que se rehabilitaba. Al inicio la idea no sonaba tan mal aunque por dentro al ruso le molestara un poco no estar en servicio, sin embargo con el pasar de los días este empezó a darse cuenta que para nada sería algo que disfrutaría.

Todo parecía ir tan bien... ¿Como es que había terminando tan hasta los huevos de su propio apartamento? No lo sabía y solo tenía la noción de que más que nada era porque quería volver a su trabajo, vaya... era lo malo de que su vida girara ligeramente en torno a eso ¿no?

Algunas veces tenía visitas de Conway y Michelle sin embargo una vez se iban nuevamente estaba en la soledad de su hogar, la soledad nunca había sido un problema para él después de todo se había acostumbrado a ella pero ahora que tenía la manía de pasar tiempo con otros y de paso buscar algo que hacer le abrumaba tanto silencio a su alrededor. Solo tenía en mente que le gustaría hacer muchas cosas pendientes, le ponía nervioso pensar en como estaría todo el mundo en comisaría sin él y es que no podía evitarlo, tantas preocupaciones, tantas ideas y tanta ansiedad lo tenían al borde.

Cuando Gustabo se enteró que Volkov andaba con los nervios a flor de piel no se le ocurrió mejor idea que mandarle a través de Conway un regalo, el ruso recordaba lo nervioso que había estado con tal solo saber que Gustabo le había mandado algo pero en el momento en que abrió la bendita bolsa en donde estaba dichoso recado sintió como Gustabo se reía en su cara; le había regalado un libro para pintar mándalas. No tenía ni la menor idea igualmente como mierda se había encariñado tanto con el libro, luego de un par de días de tenerlo se había dedicado a colorearlo como un campeón y debía admitir que se sentía hasta orgulloso de lo que había logrado.

Y así se había pasado el resto de sus días, se levantaba, limpiaba, ordenaba un poco más el piso, cocinaba, leía, jugaba, coloreaba e incluso intentaba hacer ejercicio para recuperar la práctica y así todo el día hasta que el ciclo al día siguiente se volvía a repetir. Al finalizar los días como siempre tendía a acostarse en su cama pensando en todo lo que había hecho incluso si le parecía mínimo y entre sus pensamientos solía aparecer de vez en cuando aquel chico de cresta que le estaba revolviendo la cabeza desde ese encuentro en el hospital.

Tal vez nunca llegara a decirlo en voz alta pero cada vez que tocaban a su puerta tenía cierta ilusión de quien le fuera a visitar fuera Horacio y no sus superiores, en su mente aparecía una inquietud que le molestaba constantemente y aquella era "¿Me estará evitando...?", era algo que le mantenía un poco despierto y es que estaba muy confundido ¿Y como no estarle? Horacio le había dejado en claro que estaba feliz de verle bien entonces... ¿Porque no le iba a visistar?. Así empezaba Volkov a delirar acerca del menor inconscientemente, observando su teléfono bastante tenso esperando que de milagro le escribiera "Bah... seguro estará ocupado" pensaba para si mismo sonriendo lastimeramente intentando conciliar el sueño pero nada relacionado al chico podría dejarle dormir en paz.

En una de esas noches de inquietud el ruso observaba atentamente el cielo estrellado que parecía desvanecerse por las luces de la ciudad de Los Santos, chasqueando su lengua y revolviendo su cabello pensó que era una tontería estar tan ansioso por una señal de aquel muchacho al cual había "rechazado" en aquel entonces. Sabía bien que el hecho de que estuviera feliz por haberle visto despierto podía significar cualquier cosa, vaya si es que apostaba que seguramente ya le había superado y...

-¿Porque cojones me estoy preocupando por eso...?- se preguntó a si mismo el comisario para luego reír nervioso negando con la cabeza y pasando su mano por su rostro -Madre de Dios... estoy fatal tío- carcajeó un poco más para soltar un suspiro algo triste.