✴.·'¯'·.·★-𝓜𝓲 𝓬𝓾𝓵𝓹𝓪-★·.·'¯'·.✴

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-Te veo serio Horacio ¿Que pasa?- preguntó el rubio mientras picaba un poco más de las patatas que estaban comiendo en el apartamento.

Horacio levantó la vista hacia su hermano despertando un poco de su trance nuevamente procesando que era lo que que estaba pensando en primer lugar. Era normal ya para él estar así, desde que Volkov había despertado del coma había tenido la cabeza en todos lados y solo usaba su trabajo para poder distraerse.

Soltó un suspiro pasando su mano por su cabello cogiendo una de las patatas que tenían servidas echándosela a la boca masticando lentamente, observaba a un punto fijo sin saber que contestarle a Gustabo y sin querer de nuevo se había metido en su mundo.

-Pero bueno, vamos a ver ¿Me vas a contestar o seguirás modo el mar es infinito?- preguntó con molestia en lo que continuaba comiendo.

-Ya va, que estoy pensando...-

-¿Pero que tanto vas a pensar? Llevas en silencio desde que llegaste tío- recriminó más mosqueado que antes haciendo que Horacio soltara otro suspiro que denotaba cansancio, no tenía realmente la cabeza para contestarle a Gustabo porque ni él sabía que pasaba aunque... tenía una ligera idea.

-Vale vale, que pesado eres joder- dijo Horacio acomodándose en el sillón -Ando un poco perdido es todo. Volkov regresó a comisaría y...-

-¿Me estás jodiendo? Pensé que regresaría más tarde ¿No sé supone que estaba en rehabilitación y todas esas mierdas?-

-Lo está- dijo una voz conocida para ambos la cual había acabado de llegar al piso -Aún tiene que recuperar algunas de sus habilidades como policía, solo está en comisaría tomando denuncias y revisando papeleo. El del trabajo sucio ahora mismo es el comisario Greco-

Ambos abrieron los ojos al haber visto que el super intendente había regresado del trabajo y de la sorpresa los hermanos intercambiaron miradas sin comprender nada. Se les había hecho raro que regresara de la nada y en un momento tan oportuno como ese.

-¿No estabas tú en el trabajo?- preguntó Gustabo ajustando sus gafas.

-Si, estoy en el trabajo. Solamente he vuelto un momento y ya después me devuelvo a comisaría- contestó Conway en lo que dejaba algunas cosas en su habitación y se regresaba a la sala de estar -¿De que estabais hablando?-

Horacio guardó silencio intentando pasar del tema, tampoco es que quisiera hablar del comisario nuevamente. Había hecho tantas veces un lío en su mente que simplemente no quería ni escuchar su nombre, no era porque tuviera resentimiento pero... no, debía admitirlo, estaba molesto con él. 

Por más que Volkov se hubiera disculpado con él algo le picaba por dentro y es que no había dicho todo lo que le molestaba, era una mala costumbre suya que estaba trabajando en cambiar y sabía que estaba mal. No podía tener rencores con él... ya habían llegado a un acuerdo.

"Entonces quedaremos en eso, en que ambos tuvimos la culpa y ya hemos hecho las pases"

Claro que si ¿Qué son acaso? ¿Críos?, en el momento por ilusión había aceptado aquello pero... la promesa del mayor le perseguía cada vez que lo veía en el trabajo.

"Prometo que de ahora en adelante, ahora que tengo una nueva oportunidad, mejoraré mi comportamiento para que nuestra relación de... trabajo... sea más amena para ambos y de paso algún día tomarnos ese Vodka que le debo ¿Le parece bien?"

No le había contestado esa oferta, solamente se había echado encima la culpa igualmente y sabía bien porque lo había hecho. Lo había hecho porque no quería que el comisario ruso se sintiera culpable, él y su típica manía de bajarle dos tonos a las cosas para darle en el gusto a los demás. Le enfermaba.

-¡Aló! ¡Tierra llamando a Horacio!- exclamó Gustabo casi que en la oreja de Horacio haciendo que se sobresaltase, cierto, estaban hablando con Conway y lo había olvidado.

-Ah si, perdón ¿Qué había dicho?-

-Pregunté sobre que estabais hablando-

-Ah eso...- Horacio agachó la cabeza para rascar la parte trasera de su oreja y cuando iba a hablar fue interrumpido por el rubio.

-Desde que llegó ha estado extraño entonces yo le pregunté que qué le pasaba  y me mencionó algo de Volkov, sobre que había regresado a trabajar pero antes de que pudiera seguir llegaste tú-

-En realidad me has interrumpido y luego llegó papá-

-Lo mismo vaya-

Horacio frunció el seño un poco indignado con Gustabo sin embargo su atención se dirigió al super intendente que ya se estaba alistando para regresar a comisaría.

-¿Volkov, eh? Parece que la historia se repite siempre- Horacio intentó hablar de nuevo pero no pudo -Ya te he dicho que el comisario Volkov va a estar bien, no le he permitido trabajar estando en pleno campo así que su seguridad y su salud está asegurada. Además ya resolvieron las cosas, no te hagas la cabeza anda-

El menor asintió ante las palabras de Conway, lo había captado mal, no estaba preocupado de que algo le pudiera pasar a Volkov era que simplemente... estaba molesto con él porque el ruso esperaba que la dinámica entre ambos fuera la misma que tenían cuando Horacio aún era muy crío en su forma de pensar y vivir cuando eso ya no iba a pasar. Él había cambiado para bien o para mal había dejado de ser el niño que se ilusionaba con lo mínimo, en esos meses en lo que Volkov estuvo en coma la había pasado fatal, no era capaz de encontrar rumbo en su vida e incluso había cogido miedo a ser parte de la policía sin embargo otro comisario el cual parecía siempre haber estado tras la sombra del ruso le abrió ante sus ojos un nuevo mundo.

Greco era... todo lo que estaba aspirando a ser, siempre lo había sido pero nunca lo había visto. Se había embolado tanto con la idea del comisario Volkov que nunca se había puesto a pensar acerca de que podía haber más allá. Estaba bien ser parte de lo que eran más reconocidos, adoraba a Conway como a un padre, a Michelle como un posible madre y Volkov era el hombre que le gustaba pero su lugar luego de todo el incidente se dio cuenta que le pertenecía a lugares más pequeños como era la comisaría del CNP.

Greco le había enseñado muchas cosas cuando le había estado ayudando con las denuncias, de alguna forma mientras Volkov no había estado se había vuelto su mano derecha y un tipo de símbolo de hermano mayor luchón al cual quería alcanzar, deseaba con todas sus fuerzas ser el tipo de héroe que el comisario era. Greco era ese tipo de héroe el cual no se llegaba a llamar a si mismo de tal manera, con tan solo verle uno sabía de quien se trataba y era capaz de denominarlo por sus acciones como ese héroe que disfrutaba salvar la vida de las personas por amor a su trabajo. Horacio se preguntaba como es que gente tan fría destacaba más que él que parecía tener los brazos abiertos para ayudar, no es que estuviera en contra de a quienes tenía como personas cercanas solamente... pensaba que alguien tan brillante como el comisario Rodríguez debía tener más reconocimiento.

La idea de ser un policía el cual detestase su trabajo o que se hubiera visto obligado a ejercerlo era una idea muy esparcida en sus superiores y por más imponente que fueran no le gustaba pensar en si mismo como alguien que viviera la vida estando amargado mientras cargaba sus traumas.  Aún debía avanzar, pero si estaba ese constante conflicto de que la vida era una mierda y somos víctimas de esta sociedad entonces no podría levantarse, era por eso que había empezado a colocar a Greco como fuente de inspiración para seguir corriendo y corriendo incluso si se caía una y otra vez en medio de la carrera.

Debido a eso cuando Volkov regresó... ya no podía seguir viéndole como antes, era extraño siquiera pensar que antes lo veía tan arriba cuando siempre había estado igual o quizá más roto que su propio padre. Le quería, claro que le quería y se preocupaba por él pero el sentimiento de realización de que no era perfecto era tan confuso que simplemente le hacía sentir rabia con respecto a todo lo que había ocurrido entre ambos.

Meses incluso antes del accidente sintiéndose culpable, sintiendo que no podía ser él mismo estando alrededor del comisario, de buscarlo con la mirada esperando que le viese de vuelta y cuando intentaba alejarse de nuevo de él le comenzaba a vigilar esperando que lo notase. No era tonto, se había dado cuento de la tensión entre ambos y quería romperla, tomar algún cuchillo y cortarla para finalmente alcanzarle, pero cada vez que lo intentaba el temor, la aparente cobardía del ruso se hacía presento y nuevamente vuelta a empezar.

Era tan agotador, intentaba expresarle su cariño y su apoyo pero no era suficiente, parecía que nunca sería suficiente para el ruso todo lo que Horacio hacía incluso si su cariño por él era el más sincero. Le había entregado su corazón siendo un niño y...

No, un momento no era así.

-Gustabo, voy a ir a la playa un momento. Vuelvo más tarde- dijo Horacio levantándose del sofá dejando a su amigo sin palabras, no le había dado el momento de hablar puesto a que ya se había ido de allí cerrando la puerta con fuerza tras de sí.

Gustabo había intentado pararle pero en menos de un pestañeo Horacio ya no estaba allí dejándole en soledad en aquel apartamento, se quedó viendo la puerta con preocupación y fue allí que envió un mensaje a su padre.

"Necesito que me ayudes en algo, debemos hablar con Horacio. No está bien."

"De acuerdo, lo haremos cuando regrese a casa"

"Gracias yayo"

.
.
.

Horacio corría por el lugar lleno de rabia maldiciendo y lanzando la arena a todas partes, primero con sus pies y luego con las manos para finalmente solamente seguir haciendo alboroto en aquel lugar. Su corazón estaba gritando de impotencia, algo se había revelado frente a él y era mucho peor de lo que pensaba.

De repente esos sentimientos de dolor eran nada más que rabia y más rabia, no era justo para nadie pero sobre todo no era justo para él tener que someterse al mismo ciclo de siempre. Odiaba que Volkov le estuviera sonriendo tanto en comisaría, odiaba eso porque sabía que él lo hacía con el propósito de acercársele más ¡Pero no tenía sentido en absoluto!

-¿¡Porque cojones tienes que estar jugando tanto conmigo!?- preguntó a la nada observando luego hacia el mar el cual parecía un poco turbulento.

Se acercó de a poco hacia la orillas de mar dejando que este mojara sus pies, observó el sitio con pena y así solamente se sentó de cuclillas pasando su mano por el agua en silencio. Por más que estuviera enfadado tampoco era justo que lo llevara de tal manera... tenía que estar en paz consigo mismo y lo mejor para ello sería seguramente alejarse del comisario de una vez.

No era algo que no estuviera haciendo, apenas se hablaban y eso era un paso para que por fin le dejase en paz pero cada vez que se sonreían el uno al otro hacía que nuevamente Horacio fuera su perro faldero lo cual ya era el colmo para él.

Debía aceptar en parte que siempre debería convivir con él, a no ser que se saliera de la policía pero hacer algo así sería infantil de su parte. No dejaría su trabajo por un tema personal, eso iría en contra de sus principios por lo que seguía dudando de que podría hacer eso hasta que llegó a una conclusión.

Ya no sería el juguete de otros, crearía sus propias reglas con los demás y viviría su vida como se le antojase. Siendo alguien en búsqueda de la libertad debía ya dejar de reprimirse y dejar las cosas claras como siempre había tenido que ser.

Por supuesto que no era así, todo ese tema de que le había entregado su corazón a Volkov era una jodida falacia para ilusionarse en un aire romántico cuando era más crío. Había creído que había sido así, que le había entregado todo de si a este pero simplemente no era verdad. Si quería volver a retomar su confianza y de paso que nadie le volviera a pisotear en su vida entonces debía darse cuenta de lo evidente.

Nunca había sido su culpa, no era su culpa que Volkov hubiera sido distante, no había sido su culpa que él hubiera sido tan cobarde, no era su culpa que hubiera sido frío, tampoco sería su culpa que se hayan alejado directamente ya que había sido él quien colocó la primera pared entre ambos. Encima sabía que que había salido con esa chica del EMS, se le hacía todo tan... tan contradictorio.

No era su culpa y ya, no tenía nada de que sentirse culpable y ante todo si Volkov quería volver a acercarse a él como si nada le haría saber que simplemente ya no podría ser así. El comisario debería trabajar el doble si lo que quería siquiera era su amistad.

Después de todo ya lo tenía claro y sería su lema hacia él para siempre.

Él no le había entregado su amor, se lo había prestado y ahora se lo tenía que devolver. 

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⏰ Última actualización: Oct 04, 2020 ⏰

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|-"𝐓𝐚𝐥 𝐜𝐨𝐦𝐨 𝐞𝐫𝐞𝐬"-| Fanfic | Spain/Infames RP | Volkacio AU |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora