Maldito el día en que te encontré
La hora en que te miré
Entraste a mi vida y ya no hay salida
Me equivoqué
¡Ostia puta, por fin! ¡Por fin había vuelto a comisaría después de estar haciendo el gilipollas en su piso por tanto rato!
Efectivamente, el famoso comisario Viktor Volkov había vuelto al trabajo pero como siempre nada podía ser de color rosa por mucho rato. Conway le había permitido volver a trabajar sin embargo esto le dejó algo bien en claro.
-Sobre mi puto cadáver te dejo volver a terreno-
-¿Que? Pero... ¡Pero vamos a ver Conway!- decía Volkov entre risas sin entender -¿Usted debe estar de coña cierto?-
-Y una mierda estoy de coña, por más que ahora mismo estes más funcional que meses atrás no puedo dejarte ir a terreno-
-Pero si puedo moverme perfectamente Conway ¿Que mierda es esta?-
-Esta mierda se llama seguridad y si no te gusta puedes coger e irte a tomar por culo a su casa, o lo toma... o lo deja Volkov-
-¡Pero- Incluso me esta tuteando! ¿Que cojones...?-
-Te tuteo porque quiero que te quede puto claro que no estoy para mierdas ni nada, esta puta basura va más allá del puto trabajo ¿Lo entiendes?-
Y así tuvo que callar y acatar las ordenes de su superior. Por más molesto que le fuese que le estuvieran protegiendo de tal manera no podía hacer como si no comprendiera de que trataba todo eso, conociendo al súper intendente seguramente le habrían dado varios infartos en lo que estaban intentando atrapar a la mafia y por ello también por lo que le pasó tendrían que hacerle nuevamente pruebas para revisar si sería seguro para él llevar un arma.
Era algo que le tocaba los huevos como nunca pero que no podía ignorar, aún así al menos era optimista en que vería a sus compañeros de trabajo nuevamente. Se comería un montón de papeleo de denuncias y demás pero peor era quedarse en su casa pintando otros 10 mándalas de ese cuadernillo que el hijo del súper intendente le había dado.
Así que ahí estaba, plantado en una oficina escribiendo y leyendo papeles una y otra vez. Lo más entretenido que podía hacer en ese lugar era masticar una parte de la barra de goma de mascar que se había comprado. ¿Goma de mascar? efectivamente, había empezado a tener sus horarios de comida desordenados y comer cuando se le daba la gana por lo que para evitar aquello había empezado a consumir goma de mascara para engañar a su cabeza de que estaba comiendo cuando solamente estaba haciendo un truco hasta que llegara la hora exacta para comer.
En lo que veía más y más denuncias alguien entró a su despacho suavemente hasta que la puerta estaba completamente abierta, al ver de quien se trataba una sonrisa entre ambos se posó en sus cara. Así Volkov se levantó de su asiento para ir hacia aquel hombre fortachón que tenía de compañero.
-¡Volkov, está de vuelta!- dijo Greco con una gran sonrisa abrazando con fuerza al comisario el cual por la fuerza del contrario había sido levantado ligeramente del suelo.
-Si si, estoy de vuelta Greco- dijo el ruso ya separándose de aquel abrazo tan amistoso y cálido de bienvenida -Es bueno verle de nuevo, la verdad-
-Pensé que solamente eran rumores que usted había vuelto, si lo hubieran sido vaya que me la estaban colando muy bien- rio un poco para irse a sentar en una de las sillas.
-Si hubieran sido rumores créame que se hubieran desvanecido de una con la palabra del super intendente--Tiene usted razón-
Ambos rieron y el ruso se quedó revisando el montón de papeleo que tenía a mano, Greco observando todo lo que tenía que hacer no pudo evitar querer ayudarle, de paso... podría echarle un poco de conversa. No le había visto por un largo rato por no decir que hasta pudo haber sido un año así que era normal que quisiera colocarse al tanto o al menos eso pensaba.
-¿Y que ha hecho en todo este tiempo...? Ya sabe, con su vida después de que estuviera...-
-¿De que estuviera en coma? No mucho la verdad, en rehabilitación recuperando los sentidos y de paso rascándome los huevos en casa- comentó haciendo reír al contrario -No tenía nada que hacer porque tenía que descansar así que... realmente no hice una puta mierda, ya le digo yo a usted que en mi puta vida vuelvo a coger unos lápices de colores y un libro de coloreado-
Greco no pudo evitar soltar una carcajada ante eso último, no esperaba realmente que el ruso estuviera de ánimos de hablar pero parecía ser que si así que le seguiría dando caña. En general lo notaba más ligero y relajado, quería pensar que solamente andaba así porque no había tenido compañía de hace un rato pero... en el fondo quería creer que algo dentro de Volkov había cambiado. Quizá solo eran imaginaciones suyas y nada más.
-¿Así que estuvo coloreando dibujitos como un niño pequeño?- intentó disimular su sonrisa.
-Su puta madre un niño pequeño, se me ha tatuado en la cabeza los jodidos mándalas-
-Vaya y tan amable como siempre- alzó una ceja.
-Disculpe, me ha salido más brusco que de costumbre-
Greco bufó negando con la cabeza con una sonrisa, se le hacía casi alucinante que Volkov tuviera sus murallas abajo. Pero no se quejaba, la verdad es que no se quejaba para nada.
-No se preocupe- dijo entregándole una sonrisa ayudándole con el papeleo -¿Así que solamente ha sido eso?-
-¿Pues que le digo? He aprendido de todo en este tiempo, había que hacer algo para pasar el rato y hasta he aprendido a bordar así que... si, fue un tiempo extrañamente productivo-
-¿Pero todo en orden cierto? ¿Se sintió muy solo? Bah, perdón si hago muchas preguntas-
-No se preocupe, pues... si todo en orden. Conway y Evans se encargaban de ir a verme además de que...-
Volkov se quedó pensando, había recordado aquella noche que había pasado junto a Horacio en donde vieron las estrellas juntos y dejó de masticar el chicle que tenía en la boca teniendo una expresión pensativa además de ligeramente desanimada.
"No lo he hecho porque estuviera preocupado por usted Volkov"
Esas palabras resonaron una vez más en su cabeza y en su trance Greco curvó sus cejas con preocupación, quería atreverse a preguntarle si estaba bien pero antes de que pudiera hacerlo el ruso le quitó la palabra.
-Dejemos eso, ¿Entonces es cierto que Horacio le ayudó a organizar denuncias y más papeleo?-
Greco abrió sus ojos ante la pregunta tan repentina llegando a alzar una de sus cejas en confusión sin embargo en un pequeño pánico Volkov desvió la mirada con un rubor en sus mejillas masticando más esa goma de mascar así que entendió que seguramente el otro comisario prefería no dar explicaciones acerca de donde venía esa pregunta.
-Si, es increíble como el chico tiene tanta energía y ánimos de ayudar. Fue muy grato tenerle a mi lado-
-Ja... como siempre- Volkov se quedó en silencio masticando más -Es bueno escuchar eso-
-Aunque no le niego que me tomó por sorpresa, pero bueno supongo que Conway habrá tenido sus razones para colocarlo allí conmigo. Ha sido un buen aprendiz y... tampoco lo negaré, extrañaré un poco su compañía.
El ruso asintió levemente pasando por otras denuncias aún en su mundo masticando más ansioso el chicle, se sentía un poco molesto aunque no entendía muy bien la razón. Los recuerdos de esa noche con Horacio le estaban empezando a atormentar tanto que su pierna temblaba bajo la mesa y tanteaba estas con sus dedos con el seño fruncido.
La visión de Horacio no le dejaba en paz y quien era en el pasado también le perseguía, había algo en su pecho que le decía que quizá de nuevo le estaba subestimando y encasillando en un rol que al de cresta no le correspondía. Algo se estrujó dentro de si mismo, pensó que a lo mejor era la culpa... No podía evitar seguir buscando un poco de infantilidad en él y es que en el fondo sabía que hacía mal por ello porque cada vez que buscaba un poco de respuestas e incluso analizaba lo ocurrido esa noche algo le decía como un golpe de realidad que efectivamente todo había cambiado.
Y le daba miedo, le daba miedo pensar que Horacio ya no le tenía aprecio. Ni siquiera era que el muchacho le hiciera caso asintiendo con la cabeza, se trataba de que probablemente ya no fuera importante para él y por lo tanto ya no le quiera. Por más obvio que fuera tampoco es como si Volkov pudiera aclararse con ello, esa goma de mascar al final que se estaba pegando a alguien estaba siendo él y le enfermaba porque no lo entendía ¡Y tampoco tenía sentido! ¿¡Porque coño se estaba haciendo tanto la cabeza!? Bah... seguro eran todos los sentimientos que debía procesar desde el accidente pero vamos que lo detestaba y le ponía fatal. Otro día arruinado y eso que no había hecho nada, solamente pensando se lo había jodido.
-No se lo había preguntado pero... ¿Qué está masticando Volkov?- preguntó Greco con curiosidad.
Volkov pestañeo un par de veces atónito y se aclaró la garganta sacando de sus bolsillos la barra de goma de mascar que llevaba a mano enseñándosela al comisario.
-¿Goma de mascar? No pensé que fuera de dulces-
-Y no lo soy, solamente estoy masticando algo por la ansiedad. Intento distraerme con la goma en lo que espero la hora exacta para comer- dijo para sacarse la goma que había estado masticando de hacer rato para botarla al bote del basurero y darle una mordida a la barra empezando a masticar nuevamente hasta que la estiró hacia Greco -¿Le apetece un poco?-
Greco soltó una carcajada de lo generoso que andaba el ruso, con gusto sacó un poco de la barra y se la echó a la boca empezando a masticar junto a él con una grata sonrisa.
-Pero bueno, ahora en vez de ser el comisario frío y serio es el comisario que trafica goma de mascar. No me esperaba esto- comentó riendo un poco más -Y además de menta-
-Hombre al menos tendré buen aliento- soltó Volkov sin más sorprendiendo a su compañero.
-¿Tendrá buen aliento? ¿Y porque le preocupa eso Volkov?-
El ruso al escuchar esa pregunta se dio cuenta de lo que había dicho anteriormente por lo que este se atragantó con el chicle empezando a toser, al final el verdadero payaso de comisaría terminaría siendo él como continuara estando tan despistado.
-¡Volkov! ¿Se encuentra bien?-
Volkov asintió son sus ojos llorosos tosiendo un poco más solo para luego dejarse caer sobre el mesón y tener unas palmadas en la cabeza dadas por el contrario al cual observó de manera lastimera.
Aquellos comentarios que se le escapaban se le hacían tan raros, ni siquiera comprendía porque se había colocado de esa manera de hecho lo tenía muy perdido además de confundido. Primero había sentido ilusión en el hospital ante la visita de Horacio, esa misma ilusión le pasó cuando había ido a verle a su departamento y luego esa pizca de felicidad e inocencia cuando vieron las estrellas, a la par también estaba el hecho de que le hubiera dolido tanto que no hubiera pensado en él cuando hizo su papeleo. Era tanto información que no sabía que hacer con ella y solo le daba vueltas la cabeza y no podía trabajar de es manera, era frustrante... era molesto y lo detestaba pero tampoco lo odiaba.
El de cabellos plateados observó a quien tenía en frente con unos ojos un poco vacíos, se sentía en conflicto consigo mismo y no sabía como dejarlo salir. Sabía que quizá lo mejor que podía hacer era hablar con Conway pero no podía pedirle consejos de ningún tipo a alguien que estaba pasando por algo similar a él, no podía pedirle ayuda a alguien que estaba igual de perdido y roto. Y esto Greco lo había entendido claramente, no habían tenido nunca una relación muy cercana y de hecho prefería mantenerse al margen con él sin embargo los ojos tan tristes del ruso hizo que cayera en cuenta que no podía pasarlo por alto.
-¿Volkov... le gustaría hablar?- preguntó con un tono de voz más gentil captando así su atención.
Estaba dudoso de responder sin embargo sabía que sería lo mejor si dejaba salir lo que tenía en su cabeza, aunque no estuviera para nada organizado y solo soltara ideas aleatorias de lo que sentía.
-Yo... me vendría bien-
-Cuénteme, yo le escucho-
Volkov sacó la goma de mascara y la dejó a un lado tomando un poco de aire para poder hablar, necesitaba mentalizarse antes de soltarse más.
-Vale... yo... no sé como empezar-
-Lo que se le venga a la cabeza, no hay prisa. Tengo tiempo Volkov-
Tragó un poco de saliva dejando que su cuerpo se sintiera más liviano, debía admitir que tenía miedo pero si Greco se estaba ofreciendo a escucharle no le daba el alma para negárselo.
-Desde que desperté... estuve pensando en muchas cosas, entre esas cosas que debía cambiar- rasco el puente de su nariz para ponerse a caminar por la oficina -He sido alguien con una reputación que se ha basado en ser alguien de hielo, un hombre frío y serio que se ha hecho respetar en comisaría y he de decir que durante años eso me había salido de maravilla ¡Me había venido de puta madre! pero desde que quedé en coma me di cuenta que la verdad, siéndole sincero, estaba solamente ahogándome cada vez más en la soledad y alejándome de las personas. Siempre he sido fiel a esta comisaria, por consecuente he sido fiel a nuestro super intendente y todo los días he trabajado duro para demostrar quien soy además de ser digno del puesto en el que estoy pero cuando quedé en coma y desperté meses después... empecé a evaluar tantas cosas que llegué a esa conclusión que le he contado. Sin darme cuenta estaba arruinándome pero eso ya era algo que veía venir, lo que no había pensado era que mi actitud estaba afectando a otros porque pensé que no sería tan importante hasta que di con la incongruencia de mi dando ese discurso de compañerismo cuando personalmente estaba siendo distante con mis compañeros y a quien dañé más por eso... fue a Horacio-
Greco escuchaba atentamente al comisario apretando sus labios y entrelazando sus manos pensando al respecto, no pensaba que el ruso pudiera tener ese tipo de preocupaciones pero vamos... él no era un robot, por supuesto que podría tener ese dilema e incluso otros más.
-¿Y que ha hecho con eso? ¿Porqué cree que a quien ha dañado más fue a Horacio?-
-Él... Él desde el primer momento fue amable, gentil e incluso optimista a mi alrededor. Siempre fue tan generoso de brindarme un poco de su energía y de hacerme reír, de darme su apoyo, su calidez mientras que yo solo le empujé hasta que nos terminamos por alejar. Y a pesar de que ya me disculpé con él por eso al final he sentido que yo... yo ya no le importo como antes y debo admitirlo, porque si he tenido los huevos de estar abriéndome ahora a usted debo ser honesto conmigo y decir que me ha dolido darme cuenta que quizá yo ya no soy tan importante para él. Pensé ingenuamente que después de mi coma todo seguiría mínimamente igual, Conway y Evans parecían estar igual solo que más nerviosos pero eso es normal digo estamos pasando por momentos tensos intentando regresar a un tipo de balance pero con Horacio fue tan distinto porque lo sentí distante. Me abrí más a él, le mostré algo más de mi y de un momento a otro sentí que lo había perdido, desde que desperté he tenido miedo de perder mi reputación y a la vez he tenido miedo de que si cambio eso pueda hacer que la gente que me rodea ya no quiera estar conmigo porque ya no sería el Volkov de antes. Siento la presión de que debo ser como antes pero ya no puedo verme de esa manera, pensé que estaría bien cambiar y no cometer más esos errores ya que solamente se trataría de cambiarme a mi mismo pero ahora me he dado cuenta que no soy el único que ha cambiado si no que también los demás han cambiado y tengo miedo de no ser capaz de poder seguir su ritmo y... y no quiero quedarme solo de nuevo... porque les quiero...-
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|-"𝐓𝐚𝐥 𝐜𝐨𝐦𝐨 𝐞𝐫𝐞𝐬"-| Fanfic | Spain/Infames RP | Volkacio AU |
FanficVolkov un comisario de Los Santos de tan solo 33 años había despertado de un coma tras un fatídico accidente que había tenido en una operación intentando capturar una mafia, luego de meses sin dar respuesta este finalmente despertó pasando días refl...