//Quédate Conmigo Para Siempre//one-shots hiccstrid

cap.15:"buscando el amor"

categoria: millonarios

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Caminaba apresuradamente por los pasillos que conducían a la sala de juntas, tenía que,llegar a tiempo a una junta importante con el jefe de otra empresa que está interesado en unir mi empresa con la suya y es que esto era importante era dueño de una de las empresas más prestigiosas conocidas internacionalmente y hace días me habia contactado para darme una propuesta que simplemente sería una locura no aceptarla.

Al estar frente a las grandes puertas de vidrio, di un suspiro para calmar mis nervios y entró...

Ahí estaba el, un joven de solo unos cuantos años más que grande que ella, alto, delgado, castaño y con ojos tan penetrantes como un verde bosque, no solo era uno de los más poderosos hombres si no también, a mi parecer, uno de los más apuestos.

-srta. Hofferson buenos dias-saludo con una sonrisa

-buenos días sr. Haddock-hable intentando mantener todos los documentos que traía en su lugar, ya que como eran tantos algunos se resbalaban cayendo al suelo, algunos eran simple papeleo que había traído de casa y no había tenido tiempo de dejarlos en mi oficina.

-permitame ayudarle srta. Hofferson-dijo tomando los papeles de una mucho mejor de la que yo los sostenía, los colocó con cuidado sobre la mesa de vidrio, yo aún si creer lo que pasaba me acerqué a la mesa y para mi sorpresa el sr. Haddock espero a que me sentara para después el también tomar asiento, ya tengo tres cosas que memorizar de el:es poderoso, apuesto y caballeroso, ¿ahí algo que este hombre no sea?

Conversamos varios minutos sobre cómo funcionarían ahora las empresas unidad como la posibilidad de diversificación de mercado, el aumento de los ingresos, la reducción de costos, la disminución de los riesgos de mercado y Mejores condiciones de actuación, al final pudimos llega aún buen acuerdo y firmamos el tan esperado contrato donde quedaba legalmente que nuestras empresas serían una sola.

Al acabar con dicha reunión cada quien se volvió a sus actividades cotidianas.
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Habían pasado varias semanas desde aquella junta, y aunque hemos tenido varios beneficios, también tenemos trabajo extra, además de tener más juntas con algunos accionistas y más empresarios.

En ese momento me encontraba en mi escritorio guardando unos importantes archivos cuando tocaron la puerta.

-pasa, ¿qué sucede Heather?-dije alver entrar a mi secretaria, pero lo único que hizo fue abrir la puerta y hacerse aún lado para ver entrar a la persona que menos esperaba ver hoy-señor Haddock.

Me levante para darle un apretón de manos, el agradeció a Heather y ella antes de cruzar la puerta me miró sorprendida y movió sus labios, ambas sabemos leer los labios, por lo que ella dijo: "o Dios mío"

A lo que yo solo le lanze una mirada para que se callara, algo que por supuesto no paso desapercibido por el señor Haddock, que miro a Heather extrañado y esta para disimular se dio la vuelta e hizo como si estuviera leyendo algo importante en su carpeta, pero la verdad lo único que estaba leyendo era su lista del supermercado.

Cuando estuvimos ambos a solas, tomé primero la palabra.

-bueno, ¿se le ofrece algo señor?-dije mientras me acercaba a él y le ofrecía asiento en el sofá, el acepto y se sentó en un extremo y yo en el otro.

-¿mucho trabajo?-pregunto señalando mi escritorio lleno de papeles.

-es lo normal en mi, me adelanto toda la semana, para tener un el fin de semana libre-explique con una sonrisa.

-entiendo yo también lo hacía-dijo un poco nostálgico lo que se me hizo un poco raro-bueno,pienso en que no has desayunado.

-emm.. si tienes razón-

-¿quisieras ir a desayunar?-me pregunto y yo que de algo anonada, solo llegué a asentirle, mientras mi mente aún procesaba lo que pasaba, el solo enbozo una sonrisa.

-esta bien-me esforcé por que las palabras salieran en algo entendible.

-muy bien, entonces...- se levantó y me extendió su mano, a lo que yo la acepte con gusto.

Salimos del edificio aún tomados de la mano y fuimos a una cafetería no muy lejos de ahí, la comida marinera deliciosa, pasaba por esa cafetería todos los días y nunca me atreví a entrar en ella, que ridícula.

-hoy por la noche mis padres darán una gala importante, así que srta. Hofferson, me gustaría, no, me encantaría que fueras mi acompañante-invito de repente y yo simplemente quedé sorprendida, lo pensé por unos momentos antes de dar mi decisión final.

-esta bien-mencione una sonrisa se asomó de sus labios-¿en donde será?, quisiera decirle a Trevor si podría llevarme-dije refiriéndome a mi chófer personal.

-no, no será necesario, yo pasaré por ti, ¿dónde vives?-

Estaba apunto de deccir algo cuando, me entro una llamada,  era un asunto importante , cuando la llamada terminó dije:

-lo siento me tengo que ir--

-no importa, lo entiendo-dijo el con una sonrisa.

saque un billete de mi bolso,pero por mas que le insisti, no lo tomo.

Me fui a resolver lo que era importante, claro le agradecí primero al señor Haddock y cuando al fin estuve libre fui a mi casa a resolver lo que me podría, nunca fui tan extravagante en lo material, siempre me gustaron las cosas sencilla, así que escogí un vestido azul celeste, formal, el cabello suelto y unas zapatillas negras.

Apenas había acabado cuando se escuchó como tocaron la puerta, al abrirla, me encontré con el que estaba vestido con un traje color negro nunca, ambos caminamos hacia el auto en silencio, el camino también fue cómodo, se le podía notar lo nervioso que estaba.

Al llegar al lugar, eso sí que fue otra historia, su familia era fabulosa aunque lo que más me gustó, además de la comida fue las anécdotas del señor Haddock sobre cuando era joven y eso yo tampoco me quedé atrás, desde el primer instante amé a esa familia.

En el camino de regreso fue más relajado y ahora debo agregar más cosas a la lista:poderoso, guapo, caballeros y divertido.

-bueno me la pase muy bien esta noche, gracias por invitarme-le agradecí,  pero lo único que recibí y que me sorprendió  fue que el me besó.

¡ME BESO!

el beso se intensificó tanto que ambos entramos aún en el departamento aún basándonos.

Quien nos viera la verdad.