5. Aketzalli

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La celebración de la noche anterior había sido muy alegre, pero… el sueño frustro parte de esa felicidad, para mi buena suerte no tuve mucho tiempo de pensar en ello los 5 meses siguientes, en especial desde el día siguiente de la iniciación.   
Max partió en la mañana del día siguiente hacia la ciudad… Si bien la despedida me dolió un poco… no me preocupe por que sabía que nos veríamos de nuevo en un tiempo… Fuimos a la entrada del pueblo en el arco de piedra a esperar el camión que lo llevaría, todos los habitantes del pueblo nos acompañaron ese día… Todos lo despidieron con abrazos y regalos, algunos de estos regalos eran collares tradicionales, comida y su favorito… Mezcal Tonahuac, a pesar de su retraída personalidad dejo un pequeño impacto con las personas y estas lo recordarían con cariño, y no hablar de la mayoría de las muchachas, casi todas se le fueron encima dándole besos, abrazos y demás, así como unos últimos coqueteos… Acto penúltimo Tleyotl se le acercó y le dio la mano:   
-Querido muchacho que nuestro Totahzin te acompañe y te proteja a donde quiera que vayas, siempre tendrás un lugar en este tu pueblo, gracias por las risas, las ocurrencias y los buenos momentos, eres un buen chico y no te olvidaremos, aquí siempre tendrás a tu familia – Dejo Tleyotl con la voz un poco quebrada, acto seguido se dieron un abrazo muy fuerte…   
Entonces a Max se le salió una lagrima, y si llegue a conocerlo lo suficiente… Realmente le dolió irse, pero era necesario que se fuera, no toda la vida iba poder aguantar ese tipo de ambiente, lamentablemente estaba más acostumbrado al barrio, las drogas y las andadas nocturnas, debo decir que aunque él no lo admitió nunca, en el pueblo realmente se sintió más en familia de lo que alguna vez en la vida llego a sentir con su propia familia…   
Al final yo fui el último en despedirse… Me miro y sonrió diciendo:   
-Por favor no te pongas sentimental morro – Dijo en tono de broma – Nos veremos en unos meses ¿Lo sabes verdad?   
-Si lo se… Cuídate mucho menso, y no hagas cosas raras hasta que vuelva ¿Esta bien? – Dije yo.   
Al final solo nos abrazamos muy fuerte y durante el abrazo se me salió una lágrima y solo pude decirle:   
-Hasta luego niño. – Con la voz cortada.   
Finalmente llego el camión y se subió en el, no sin antes darle una última vista al pueblo, entonces los Tonahuac alzaron sus manos al suelo con los puños cerrados y gritaron ¡Yolo-ihni!, entonces Max sonrió y sacudió la mano en señal de despedida, la puerta se cerró y el camión partió… Los niños siguieron el camión corriendo y gritando las palabras anej y payoj mientras sacudían sus manos… Vi como el camión se alejaba poco a poco mientras se perdía la vista a lo lejos… Todos nos regresamos al pueblo a hacer nuestras actividades cotidianas… El resto del día fue un poco nostálgico para mí… Pero no deje que eso me distrajera de mis actividades… El día siguió su curso y cayo la tarde, como era costumbre fui a dar un paseo con Aketzalli, esa tarde fuimos a un viejo puente de piedra en el rio del pueblo, aunque un poco deteriorado estaba en perfectas condiciones y tenía un bello estilo colonial, debo decir que aquella vista era sublime, el cielo estaba rojo como el fuego, era un resplandor muy bonito, llegando al puente yo iba con las manos unidas en la parte baja de la espalda mientras pensaba, yo venía serio ese día y Aketzalli se dio cuenta… Debo decir que para ese entonces su español ya había mejorado mucho pero aún se le dificultaba:   
-¿En qué piensas? – Pregunto ella.   
-¿Eh? Oh, en nada solo estoy distraído, es todo – Y así era.   
-Mmm… ¿Estas así por tu amigo? – Me pregunto ella.   
-Sí y no, es solo que… No sé, aún faltan 5 meses, y ambos sabemos que cuando eso ocurra… Yo me tendré que ir, y pensar en esa idea… Me molesta, me siento bien aquí. – Conteste    .   
-¿Y por qué no te quedas? – Pregunto ella.   
-No es tan simple, no es una decisión que pueda tomar así como así, necesito pensarlo determinadamente – Dije yo.   
-¿No crees que debes pesar menos? Piensas mucho y eso te atormenta, creo que es hora de que aprendas a relajarte – Contesto ella.   
-Creo que tienes razón… - Dijo llegando al puente mientras volteaba a ver el cielo – Mira el atardecer ¿no es bonito?   
-Si lo es… ¿Sabes que el más bonito? La luna y tú eres como la luna, pero más bella…   
-Tlazohcamati – Dijo sonrojadamente. – Y tú brillas mucho, brillas igual que el sol.   
-¿Yo brilló? – Pregunte yo.   
- Si, tu alma brilla y es muy hermosa… - Dijo ella.   
- Entonces somos como la luna y el sol ¿Has escuchado ese cuento? –Pregunte yo.   
-Si pero no me gusta. – Dijo de forma más seria.   
- ¿Y eso por qué? – Pregunte sorprendido por su respuesta y actitud.   
- No me gusta el final del cuento, si mal no recuerdo la historia va más o menos así: En el principio de todo el sol y la luna eran seres mortales que se enamoraron y se juraron amor eterno… Pero había oscuridad en la tierra, así que nuestro Totahzin a cada uno le concedió un gran brillo y este brillo les dio vida eterna, así que al sol le fue dada la tarea de brillar en el día y la luna a brillar en la noche, pero eso provoco que tuvieran que separarse, y ese es el lugar y la tarea que nuestro Totahzin les dio para siempre, deben estar separados el uno del otro para poder cumplir con su tarea. – Dijo ella.   
-Oh parece que no conoces la historia completa… Dije yo.   
-¿No? ¿Entonces cómo termina? – Pregunto ella con los ojos brillantes y la mirada curiosa.   
-El sol sabía que la luna no iba poder soportar estar tanto tiempo sola, así que le pidió a Dios para que le diera compañía, así que Dios lleno el cielo de estrellas durante la noche para que la luna no estuviera sola, según el cuento ese también fue el nacimiento de las estrellas, la luna estaba muy agradecida, ya no estaba sola, pero aún le faltaba el amor del sol… Pasó el tiempo y el sol también extrañaba a la luna, así que el sol volvió con Dios y le pidió con lágrimas y suplica que los dejara verse de vez en cuanto, Dios en un acto de amor les concedió este deseo, y cada cierto tiempo se podían volver a encontrar, dando como resultado el eclipse, así que desde entonces el sol y la luna cuentan los días, las noches y las horas para el siguiente eclipse, así se encuentran una vez más y consuman su amor por unos instantes. El eclipse, cuando la luna y el sol se encuentra una vez más…   
-Es muy bonita la historia, no sabía ese final, es muy bonito. – Dijo alegre con una sonrisa dibujada y una lagrima cayendo en su mejilla derecha – Entonces… ¿Tu y yo somos un eclipse?   
La mire sonrojado:   
-Eh… Bueno… Supongo… Que si…   
Acto seguido nos miramos profundamente a los ojos y no apartamos la mirada por unos minutos, en ese momento me puse muy nervioso y empecé a temblar, pero debo decir que no era miedo, sino felicidad… Entonces puso su mano en mi mejilla derecha y dijo: Tranquilo todo está bien, ven Xinechpipitzo… Entonces comenzamos a besarnos por primera vez, ella enredo sus brazos en mi cuello mientras yo puse mis manos en su cintura… Los besos continuaron mientras la bella luz del ocaso nos bañaba en medio del puente, esa sensación… Era la primera vez que la sentí, sus delgados y suaves labios y la textura de su lengua, nunca probé cosa más deliciosa en mi vida, el corazón me latió a mil, y no podía creerlo, me costaba trabajo, pensaba ¿Estoy soñando?, Pero sin duda no era un sueño… Eso era real, después de eso… Pegamos nuestras frentes y sonreímos… A partir de ese día nos declaramos como novios, y por un tiempo lo ocultamos… Era la hija del cacique, y él me tenía en alta estima, sin duda se lo revelaría y hablaría con él, pero hasta que fuera el momento ideal, ya que no era la única cosa que teníamos que hablar él y yo…   
Esa misma noche llegue a la casa y observe lo que fue la cama de Max, era muy extraño no verlo desparramado boca abajo y roncando, esa noche me sentí solo y lo extrañe mucho, incluso extrañe sus molestos ronquidos pero… Así debían de ser las cosas, y a mí no me quedaba de otra que continuar.
Los 5 meses siguientes volaron y para sorpresa de todos comenzó a nevar en el cerro y sus alrededores, era algo nunca antes visto, en especial por la época del año en la que estábamos, otoño, es una época fría, pero no a ese grado, al final era una agradable sorpresa, nunca había visto la nieve, era muy blanca y suave, hasta cierto punto me pareció lógico ya que era una zona alta, durante esos 5 meses fui el hombre más feliz de la tierra, tenía como novia a una mujer de verdad, claro que las cosas no fueron muy agradables cuando recordé que no faltaba mucho para irme…   
Unos días antes de irme medite las cosas con extremo cuidado, tenía que decidir: Irme y seguir con la profesión por la que tanto había luchado o abandonarla y quedarme con mi gente y mí amada novia. Despues de horas de pensar finalmente tome una decisión: Me iría unos días del pueblo para entregar completo el trabajo de investigación que vine a realizar y renunciar a la asociación, y así podria volver y vivir aquí… En mi pueblo, mis raíces…   
Esa noche lleve a Aketzalli a la casa para hablar con ella.   
-¿Entonces te iras? – Pregunto ella un poco molesta.   
-Solo unos días amor, quiero terminar este trabajo formalmente y renunciar… Así podre vivir aquí y estar contigo. – Dije yo para calmarla.   
-Está bien, pero… Mi tajtli ¿Qué dirá? – Pregunto con preocupación.   
-Tranquila… Hablare con él. No quiero ocultarme más, ni mentirle, no se merece que le mintamos, en cuanto hable con él las cosas serán distintas, tu y yo podremos ser libres para estar juntos. – Dije en un tono pacifico.   
-En cuanto hablemos con él. – Dijo mientras tomaba mi mano.   
Acto seguido sonreímos y nos miramos unos instantes entonces… comenzamos a besarnos sin escrúpulos en la tenue luz de las velas, los besos y las caricias se dejaron venir en ese momento… No podíamos parar, entonces nos dirigimos hacia la cama y nos tiramos en ella, con sus manos ella fue retirando mi camisa lentamente, mientras yo le quitaba lentamente su habitual blusa… Entonces quedamos parcialmente descubiertos ambos, nos detuvimos por un instante y como pudo deshizo su trenza para dejar su largo y hermoso cabello totalmente suelto, eso le otorgó una exquisita sensualidad a su figura que brillaba con la luz de las velas, acto seguido los besos continuaron y comente a besar su cuello, los gemidos comenzaron y así su piel comenzó a erizarse, así que acaricie su piel erizada, pase mi lengua sobre la piel de su cuello y su bien formado y sensual abdomen, después me fui a sus redondos y morenos senos, y comencé a besarlos y a lamer sus oscuros pezones por unos minutos mientras ella gemía y después ella comenzó a besar mi cuerpo, acto seguido yo deje que mi piel se erizara para ella, cuando llego el momento de mayor excitación nos desnudamos por completo y la acosté solo para comenzar a meter mi miembro dentro de ella… Sus gritos comenzaron a sonar, y yo no podía dejar de hacerlo con fuerza mientras yo jadeaba, en esos momentos sus hermosos pechos se movían ondulantes y temblorosos, así permanecimos por un buen rato y después descansamos un poco acostándonos, entre besos y caricias ella dejaba pasar sus uñas en mi espalda sin lastimarme mientras yo estaba encima de ella y susurraba a mi oído: Nimitztlazohtla, eso me hacía sentir especial y amado, creo nunca me sentí tan seguro y a salvo en mi vida, seguía sin poder creerlo, después su permanecí acostado mientras ella se posó encima de mí, y mi miembro quedo dentro de ella de nuevo, se movía de arriba abajo con sensualidad, gritaba, gemía y jadeaba mientras yo la agarraba de sus caderas y las dirigía a apretar sus lindos pechos mientras ellas puso sus manos en mi pecho, no tardamos mucho en encendernos más como el fuego, y ponernos un poco más agresivos… Lo hicimos contra la pared varias veces, gritos y jadeos no dejaban de sonar en la cama, aún recuerdo como mi lengua saboreo su rosada y dulce vagina, y como mi pene se movía entre sus redondos senos hasta eyacular, las ligeras mordidas el cuello me prendía y me hacían querer hacerlo con mucha más fuerza… yo no pude dejar de regresarle las mordidas también en el cuello el abdomen y sus pechos, así como en sus labios, hicimos muchas cosas aquella noche, nunca había sentido esa sensación tan caliente en mi cuerpo y en el corazón, creo nunca había sudado tanto en mi vida, ni siquiera cuando había llegado a hacer ejercicio, permanecimos activos durante la noche, con toda la fuerza, el fuego y la pasión que nunca se ha podido ver en otra pareja, seguimos y seguimos hasta no poder más y finalmente… Nos quedamos dormidos.   
Fue la mejor noche de mi vida y la última buena noche que tuve, esa noche fuimos uno… Unimos nuestras almas, a la luz de las velas, éramos el sol y la luna… Y esa noche formamos un eclipse…   
El único que formamos en la vida, estos años lo único que he anhelado es la muerte, así tal vez así nos encontremos en el más allá, en el paraiso aunque para mi… realmente dudo que llegue a tan hermoso destino si es que encuentro la misericordiosa muerte, mis actos solo han propiciado que me gane el infierno, a veces le suplico a Dios que me deje encontrarla de nuevo en la otra vida… Si es que hay otra vida, y de haberla… sé que no me la he ganado.
Finalmente llego la mañana siguiente, ella amaneció encima de mí con su cabeza reposando en mi pecho y nuestras manos entrelazadas. Los rayos del sol salieron y entraron por los huecos de las cortinas de la ventana y nos despertamos, al abrir los ojos los pequeños besos y las ligeras caricias no cesaron por un buen rato, solo queríamos estar juntos y no separarnos, pero en algún momento tendríamos que levantarnos así que comenzamos a conversar…   
-¿Aun piensas irte mi tonatiuh? – Pregunto ella.   
-Sí, pero solo iré a terminar mi trabajo, renunciare y después volveré para que nos casemos… Hoy mismo hablare con tu padre, le contare sobre nosotros, no importa lo que llegue a pensar, pediré tu mano y me iré mañana temprano. No tienes que preocuparte mi hermosa meztli – Dije yo.   
-Hablaremos con él, no creo que se oponga, ya eres uno de nosotros, así que no te preocupes… - Dijo muy decididamente – Te estaré esperando mi vida, Nimitztlazohtla – Dijo mientras comenzamos a besarnos de nuevo.   
- Yo también te amo… - Dije yo.   
Al fin de un rato nos levantamos y nos cambiamos para salir a tomar un desayuno, ese fue el último café de olla y tamal de mole que pude disfrutar en mi vida, así como últimos momentos con mi amada Aketzalli… El ultimo día que vi al pueblo en todo su esplendor, colorido y lleno de vida… Si hubiera sabido que ese sería el último día en mi vida que podría considerarse normal lo hubiera disfrutado más… Como era costumbre di paseos en el pueblo y disfrute de la compañía de la gente y todo en él, más tarde en las últimas horas de sol aproveche para hacer mi maleta para el viaje del día siguiente, terminando de eso… Solamente respire y me prepare para ir a hablar con el viejo Tleyotl esa noche, y la verdad como me arrepiento de haberlo hecho, la conversación que tendríamos sería buena en cuanto al tema de Aketzalli, pero también sería la que me orillaría a buscar las respuestas a mis preguntas, aquellas que tuve durante mi niñez y las demás incógnitas que me había generado a lo largo de mi estancia en el pueblo, de no haber querido saber todas esas respuestas… Las cosas hubieran sido diferentes y no habría pasado nada malo o al menos eso creo yo, no sé si en algún momento a futuro “ellos” habrían venido por mí y hubieran hecho mi horrible y detestable en mi lugar… Como dicen, él hubiera no existe…

Sea como sea… Esa fue la noche en que todo cambio para mí por siempre… La noche en que me desvanecí por primera vez, la noche que cometí mi horrible obra, la noche en que inocentes pagaron el precio… Esa noche mi terrible destino llego a mi vida finalmente y desde entonces todo ha sido dolor y miseria…   
Esa fue la noche sangrienta…

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⏰ Última actualización: Oct 01, 2020 ⏰

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