Capítulo 3

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El irritante sonido del microondas anunciando que la comida ya está caliente.

Camino a el y saco el plato que contenía comida de ayer. Aun estaba fría, pero no iba a volver a meterla y esperar que calentara un poco más.

Camino al pequeño sillón que tenemos y me siento en el, prendo la televisión e intento encontrar algún canal en la tele abierta. Mis padres tuvieron que cortar la tele de paga ya que era más dinero, y no nos podíamos dar ese lujo. Era la televisión o la luz.

Me quedo en el canal de anuncios y comienzo a dar pequeños mordiscos al pan que tengo en el plato. Un día más desayunando la comida de ayer, y así hasta que se gaste y ya no haya más sobras.


Muevo perezosamente mí mano, llevo el pan a mí boca y doy un mordisco mientras que veo una repetitiva serie policial algo pasada de moda. Ojeo mí celular con la esperanza de alguna llamada de Ash, no me ha llamado.


Tengo el leve presentimiento de que el aún está furioso conmigo por lo de la chica nueva y tardará en dejarlo pasar. En fin, se le pasara en algún momento.


Levanto mí trasero y me arreglo para no pasar un absurdo sábado en casa y llevarme a distraerme.


En cuanto estoy lista planeo dejarle una nota a mí madre por si no me encuentra en casa, pero ellos no regresarán hasta muy tarde y para ese entonces yo ya estaré aquí.


Dejé de todo en orden y salí de la casa. Voltee a los dos lados de la calle y caminé sin rumbo alguno, en algún momento me encontraría algo y en eso pondría toda mi atención.


Intento salir rápido de la zona en donde vivo, no es muy seguro. La primera vez que Ashton estuvo aquí me pregunto que tan seguido robaban o asaltaban, desde ese entonces nunca se ha vuelto a presentar aquí. El solo me lleva a su casa y cuando debe de traerme, me manda con su chofer. No lo culpo, teniendo tantos lujos, tampoco me gustaría estar en un lugar donde el olor a basura predomina.


Al llegar a la pequeña glorieta di vuelta a la izquierda y encontré una tienda de ropa. Entre y las personas me observaron y luego regresaron a lo que hacían.


— ¿Ava?


Una conocida voz sonó a mis espaldas, al voltear vi a Leonor con un gran conjunto de vestidos y zapatos.

— ¡Leonor, que gusto verte! —me acerque a ella y le di un cálido abrazo. Pasar tanto tiempo en su casa la ha hecho muy cercana a mi.

— ¿Qué te trae por aquí? —pregunta gustosa y me examina.

—He venido a perder el tiempo en tiendas y ropa. ¿Llevará todo eso? —preguntó curiosa e intentando crear una conversación agradable.

—Oh no, esta tienda barata tiene ropa muy fea para mi. Esto es de mi muchacha —hace una pequeña mueca de disgusto y yo sonrío incomoda. Esta tienda es donde compro la mayoría de mi ropa.— ¿Tú comprarás algo?

—Oh no —miento con prepotencia—, demasiado feo para mi.

—Pensé que ya estarías en casa con Ashton, con eso de que hoy tendrá una reunión en casa.

The ShadeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora