Capitulo 1

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20 de septiembre de 2006

—¡Vamos, solo será un momento! — Ashton insiste.

—Ashton en serio. No quiero hacerlo. —repliqué una vez más.

Las luces del lugar alumbraban todo, a pesar de ser un viernes por la tarde estaba comenzando a obscurecer. La feria había llegado a Amwest y era una tradición ir los últimos días, había menos gente y todo era más barato. El olor a palomitas, algodón de azúcar predominaban él lugar, así como y en algunas partes el olor a vomito causando nauseas al instante.

Ashton quería ir al laberinto cerrado, un lugar enorme y -como el nombre lo decía- te encerraban ahí hasta que encontraras la salida. Todos los años cambiaban la temática, pero era popular por la obscuridad que había en él.

—Te acompañaré y tendrás la oportunidad de superar tu miedo a la oscuridad.

—No quiero superar mi miedo, no voy a entrar ahí —demandó enojada y freno sin importar las personas que caminaban detrás de nosotros.

Ashton ignora mis palabras y me arrastra a la fila del juego, puedo irme, sin embargo, no lo hago. Permanezco a su lado como un perro fiel esperando a ser atacado. En poco tiempo llegamos a la entrada de la atracción.

—Yo te cubro la espalda —hace una pausa—. Camina delante de mí.

Ashton me pone frente a él, avanzamos juntos y antes de entrar el señor de la taquilla nos desea suerte. Seco mis manos sudadas sobre mi regazo, trago saliva y procuro pensar en algo positivo. Ashton sonríe cuando lo miro insegura. La puerta se cierra detrás de nosotros. Todo el primer pasillo está iluminado de una luz blanca casi deslumbrante. Las paredes grises manchadas de sangre falsa y un piso blanco y reluciente, parecido a porcelana, tan limpio que casi puedes reflejarte en él.

Los murmullos y las pisadas de varias parejas llaman mí atención. La oscuridad puede ser perfecto para que entre adolescentes logren rebuscársela y obtener placer sin que nadie lo noté.

—Estarás bien —Ashton susurra en mí oído.

Una corriente electrizante corre por mí cuerpo al sentirlo tan cerca de mí. Me aferro a su sudadera y él toma mi mano y la aleja. Comienzo a caminar y por cada paso pienso muy bien lo que haré después. A pesar de todo estar iluminado, siento una gran prisa por querer acabar con esto y salir de aquí, pero para eso son estos juegos ¿no?

Se apagan las luces y la obscuridad inunda el resto del lugar. Silencio, es todo lo qué hay.

Lanzó un pequeño chillido por la repentina oscuridad, mi corazón late con mucha fuerza que siento puede escucharse si estas a poca distancia de mí.

—Ash... —susurro y espero. Él no responde. —Oye, no es divertido. Dame tus manos, Ash.

Los segundos que pasaron se sintieron eternos y aun así no oí su voz. Sigo avanzando hasta que debo elegir qué camino tomar.

—Ashton ayúdame —aseveré, él no responde. Me acostumbro a la poca luz y observo de una manera sutil lo que está pasando detrás de mí. No hay nadie, Ashton me ha dejado sola en la obscuridad.

Escucho diferentes ruidos cerca de mí, siento que hay alguien detrás de mí, pero no quiero voltear. Es mejor seguir por cualquier camino, eso es lo correcto. Pero no lo hago.

—Por favor que sea él, por favor que sea él —susurro y cierro los ojos. Temblorosa, volteó mi cuerpo para ver lo que está a mis espaldas. Abro los ojos y no veo a nadie, ni una silueta. — ¡Apúrate niña, sigue avanzando! —gritan desde el otro extremo del pasillo. Reconozco esa voz, es la misma del señor de la entrada.

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