Me observo una vez más al espejo, chasqueo los labios y sonrío. Mi dentadura blanca y perfecta, un cabello rojo como el fuego ardiendo. Las otras chicas pasan detrás de mí, toman su distancia al usar el lavabo que está junto al mío y en cuanto terminan salen del baño cabizbajas. Agarro mis cosas y salgo del baño entrando a todo el tumulto de gente que se crea para llegar a las aulas. Y una vez más, todos crean cierta distancia, otros solo observan y unos siguen caminando, sin embargo, mi presencia es bien sabida.
Mis pisadas firmes y decididas caminan a la clase de biología con el alcohólico y recién divorciado señor Pharrell. No me sorprende ver la silla vacía de Ashton junto a mí, él siempre llega tarde. Siento miradas sobre mí y no dudo en encararlas.
Algunas chicas se me quedan viendo unos segundos y bajan la mirada al instante.
—¿Qué mierda me ven? —pregunte irritada por todas las miradas. Creí que no me responderían, pero una de ellas se atrevió a hacerlo.
— Tienes bonito cabello, eres realmente hermosa —comenta amable y sonríe bondadosa.
— Poseo algo que tú nunca tendrás, querida —guiño el ojo y veo como sus ojos se cristalizan⸺. Oh, ¿te herí? No me respondas porque no me interesa.
Saco la libreta de la mochila y junto a ella pongo algunas plumas. Nuestro lugar siempre ha sido junto a la ventada ya que un día Ash consiguió un número por estar sentado junto a esta y desde entonces le gusta estar ahí, para que todos puedan admirar la clase de chico que es, para que todos aspiren a ser cómo él.
La clase inicia y yo solo espero a que llegue Ashton sin ninguna preocupación, entrando como si fuera el primero en el lugar.
El señor Pharrell explica el cómo es importante para el ser humano la convivencia con personas, el tener que estar en un entorno social ya que es parte de la naturaleza del hombre. Todos lo observan, pero nadie lo escucha. ¿Cuánto habrá costado el divorcio? Mi madre dice que son caros, solo la gente de alta sociedad tiene el lujo de no aguantar las estupideces de otros, y al ver al señor Pharrell con aquel sobrepeso y la cabeza calva, supongo que su mujer tenía que estar bastante harta para estar dispuesta a pagar esa cantidad de dinero.
Tocan la puerta y ahí esta Ashton, el mismo estilo de siempre. Parece que es el favorito de los dioses por qué siempre que entra a alguna habitación, el sol alumbra su silueta con una gran luz haciéndolo brillar.
Entra como si nada y se sienta a lado mío, voltea a la ventana y examina todas las clases que están dando en el campo, chicas sudadas mientras corrían, chicos corriendo hasta vomitar solo por evitar una suspensión.
—¿Me he perdido de algo? —suelta con una voz baja, pero no inaudible.
—Si a algo te refieres a ver al maestro Pharrell hablar de algo mientras intenta no llorar por la ruptura —me quedo callada un momento y el voltea a verme — Entonces no te has perdido de nada.
Ashton se ríe cuando termino de hablar y volteo a verlo, no importa la clase o que nos puedan llamar la atención, mientras Ash esté junto a mi nada malo pasará.
—Mi padre dijo que su divorcio había sido fácil, la pobre mujer estaba cansada del hombre y aceptó dejarle todo con tal de separarlos en ese momento.
El señor McKlein, padre de Ashton, es un abogado reconocido por el lugar, famoso por ganar la mayoría de los casos y por siempre salirse con la suya.
—¿Traes la pulsera? —examina mi muñeca derecha y al no encontrarla agarra el otro brazo y la encuentra, casi impregnada a la piel— ¿Te la has quitado? —niego y él sonríe.

ESTÁS LEYENDO
The Shade
Mysterie / ThrillerUn pueblo consumido en niebla, oscuridad y dolor. Aquello que nunca sucedia estaba pasando sin explicaciones, El pequeño pueblo de Amwest debía de saberlo, debían de entender el significado de cada palabra, cada sentimiento y más cuando las personas...