6ta carta hallada

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 Hoy te escribo desde tu cuarto; si, el tuyo. ¿Porque?; aquello es algo que siquiera yo sé.

 Me encuentro en silencio, no encendí aquel viejo reproductor que siempre prendías para acompañar el ambiente, estoy en la oscuridad, no me animo a encender alguna luz, escribo en tu escritorio, aquel que se encuentre tenuemente iluminado por la luz de la Luna... Tu madre no está, dijo que debía salir a hacer algo, pero supongo que decidió dejarme un momento a solas. Tu guitarra no está, no la traje, si lo hacía creo que terminaría por dejarla aquí, y dudo que sea algo que tu madre desee; ella me la dio, dijo que no podía soportarlo, y supongo que tiene razón, soy yo quién debe cargar con aquel peso, con el peso de tu falta. 

 Si, nunca pensé que una ausencia fuese a ser tan pesada y sofocante, pero está bien. Porque eres tú.    

 Hoy te escribo en silencio.

 Hoy te escribo con tu falta. 

 Hoy te escribo pequeñas y tal vez nada coherentes palabras, dicen que el amor no es algo que se comprenda, entonces te escribo palabras de amor... Si, creo que es de eso, porque yo te amo, porque tu dijiste que me amabas. Pero aquí en la soledad de tu habitación creo que las palabras como "te quiero" y "te extraño" tienen mucho sentido. Es aquí donde te escribo, sentado en una silla, en tu silla, sentado con tu soledad, sentado en mi soledad. 

 Hoy te escribo, no sé si triste... Sé que al igual que tú, me encuentro un poco ausente. La verdad, tú sabías cambiar aquello, con tus ausencias me sentía triste, incluso pesado, pero con pequeñas palabras lograbas hacerme sentir mejor. 

 No quiero que siga siendo así, porque simplemente no puede ser así. Pero a pesar de que lo intente una pequeña parte de mi ya no sabe como sentirse... Tal vez nunca supe como sentir, tal vez tu eras quién me permitía sentir. A pasado poco tiempo de esto, bueno, poco tiempo desde que comencé a salir de casa y a poder mantenerme físicamente de píe; si, emocionalmente aún no lo logró...

 Me percaté de que inconscientemente reviso mi teléfono, esperando alguna de tus llamadas, esperando alguno de tus mensajes. Esperando a que regreses. Parece que mi vida dependiera de ti, ¿y sabes qué?, lo más probable es que sea así, que yo dependa de ti, que mi vida dependa de ti, que mi existencia dependa de ti... Y no te diste cuenta, ¿no te diste cuenta?; bueno, no estoy aquí para juzgarte, me gustaría decir que estoy aquí inclusive para llorarte, pero no puedo...

Porque a pesar de que el amor es dolor, no puedo, las lágrimas no salen; las siento allí a punto de desbordarse, pero se estancan, tal como mi ser. 

Atte: Mafuyu Sato.

Cartas de (des)amor de Mafuyu SatoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora