Bae Joohyun regresa a Corea luego de haber estado viviendo por 3 años en Europa. La muerte de su marido Suho fue la causa para que se alejara de todo y de todos, incluyendo a su hija Yeri de 5 años quien ha estado bajo el cuidado de Seulgi, hermana...
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Mansión Bae...
— Fue la maestra Wendy. ¡Ella fue!— dijo Irene molesta. Se fue acercando a Yeri para mostrarle la cucaracha.— Esa... desquiciada... te dio la cucaracha.
— Debo corregirte, la joven Wendy es educadora, no una desquiciada.— la defendió Ok Sook.
— ¡Eso es lo que menos importa ahora!
— Al menos relájate unnie y dale oportunidad de hablar a tu hija.— pidió Seulgi.
Irene se sobó la sien.— Lo que me faltaba. Tienes cómplices en la casa y tienes cómplices fuera de la casa. — se quejó.
Yeri se bajó de la cama.— Mamá, yo no sabía que "Misook" se iba a caer de pompis con las patas arriba.
Seulgi y Ok Sook comenzaron a reírse, Irene tuvo que taparse la boca para que no se le escapara una risa. Debía de admitir que estuvo gracioso, pero tenía que mantener la compostura de mujer autoritaria.
— Es una... falta de respeto que...— Irene suspiró derrotada y se puso de cuclillas.— Escucha Yeri, Misook no tiene patas, tiene piernas.— la corrigió.— Pero mañana iré al jardín de niños, voy a averiguar quien de las maestras le dio la cucaracha.— comentó para después retirarse de la habitación.
Yeri miró a sus dos mayores y no dudaron en echarse a reír. A pesar del problema en el que se metió la pequeña, al menos había logrado sacarle a su mamá, a su tía y a la nana una sonrisa después de todo.
Al día siguiente...
— A ti te lo cuento porque sé que no irás con el chisme a ninguna parte.— le dijo Yeri a Seulgi quien le estaba cepillando su cabello.
— Entonces... la cucaracha de juguete...— preguntó Seulgi con el ceño fruncido.
— Me lo prestó la maestra Lisa.
— Te lo prestó para jugar, ¿no?
— No tía osa, me lo prestó para soltarlo en las piernas de esos tipos.
— ¿Y qué interés tenía ella en estropearle la noche a personas que ni conoce?
— El interés lo tenía yo.— sonrió.— Ahora estoy segura que esos demonios no volverán a la casa nunca más.— Seulgi sonrió con ternura, era muy obvio que no podía estar enojada con ella.
*Toc Toc*
La puerta se abrió y entró Ok Sook.
— Yeri ya está lista.— le avisó Seulgi.
— Precisamente vine para avisar la información de último minuto, Irene se acaba de ir al jardín de niños para hablar con la directora y me pidió que les dijera que por el día de hoy la niña Yeri no irá a clases.
