Cuando el extraño rumor sobre la timidez de su Gege llegó a sus oídos, no pudo sacarlo de su mente.
||Pareja principal: Xiao Zhan y Wang Yibo.||
||Esta historia es ficción.||
||Si el contenido no es de tu agrado, por favor no leas.||
− ¡Lo que te digo es verdad, Yibo! – dijo Zhuo Cheng en un intento desesperado.
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− Zhuo... En serio ¿Por qué debería confiar en ti? – enarcando una ceja, Yibo mordió de nuevo su sándwich de Subway.
− ¡¿Cómo dices?! ¡Claro está, porque soy tu amigo!
− La última vez que lo hice – tragó el bocado que tenía en su boca −, estuve a punto de reprobar con ese maldito de Li Bo Wen. – entrecerrando los ojos lo miró de manera acusatoria. Zhuo no pudo hacer nada más que tragar saliva.
− Correcto, no puedo hacer nada contra ésa lógica, pero realmente mis fuentes son muy confiables esta vez. – antes de que pudiera continuar, fue interrumpido de nuevo por Yibo.
− Pero nada, de no haber sido por Ji Yang, te lo aseguro ni si quiera estaría aquí sentado saboreando éste delicioso sándwich – agitándolo frente a su rostro, se relamió por décima vez los labios. – Ve a otro lado a tratar de convencer a alguien más sobre la regla de tres simple de Xiao Zhan, o lo que sea.
Dándose por vencido, su compañero exhaló una bocanada de aire y se siguió resbalando sobre la silla, resignado.
− Es regla de los tres segundos, no de tres simple... Yibo tonto... − logró murmurar elevando la parte superior de su labio, haciendo un gesto de molestia.
− Sí, lo que digas.
A punto de seguir tratando de defenderse de aquel molesto ser que hacía llamar su amigo, alguien más se incorporó a la plática juvenil.
− ¡Chicos! – habló Ji Yang, un ser de luz frente a la atmósfera lúgubre que cubría a Zhuo Cheng. Chocó los puños de ambos a manera de saludo y tomó asiento mientras sacaba un tupper lleno de diversa fruta.
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