Una larga espera

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Año 2123

No me arrepiento de mi decisión. Todo mi esfuerzo para poder financiarme la hibernación ha merecido la pena. La tecnología ha avanzado de una forma increíble. No te enteras del paso de los años mientras duermes con el metabolismo ralentizado. Los primeros días del despertar se pasan un poco mal, pero compensa. Respecto a la compañía, con todas las opciones que hay en esta época, ¿quién necesita familia o amigos? Estoy conociendo a decenas de personas sin salir de casa.

Año 2201

Volví a optar por dormir de nuevo. No me convenció la época anterior. La verdad es que yo no la elegí. El problema fue que no me llegó el dinero para comprar más años de lecho gélido. Así es como llamo a la máquina de hibernación. Ahora es más asequible este servicio y me ha permitido dormir hasta el año que anhelaba. El entretenimiento en esta época es espectacular. Ni siquiera necesito contactar con gente ni salir de casa. Me dedico a documentar hechos del siglo XXI para ganar algo de dinero. Sin embargo, siento que me falta algo. No importa, tengo mucho tiempo por delante.

Año 2337

Un mes ha pasado desde mi tercer despertar. Cada vez se me hace más complicado encontrar algo que me llene, que me apasione. No dejo de pensar en lo que dejé atrás. Todas esas vivencias que no podré recordar con quienes las viví. Tal fue mi desesperación que fui a visitar sus tumbas. Ni siquiera estaban allí, sus cuerpos inertes retirados hace décadas. A veces pienso en la similitud de sus lechos de muerte con mi lecho gélido en la clínica de hibernación. Parece que comienzo a comprender. Lo importante no es encontrar tu época, si no saber vivir en la que te toca. 

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⏰ Última actualización: Oct 03, 2020 ⏰

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