『rendez-vous』

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Shinso llegó a casa, dejó la mochila en su cama y fue a la cocina para prepararse algo de cenar

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Shinso llegó a casa, dejó la mochila en su cama y fue a la cocina para prepararse algo de cenar.

Al haber terminado de cocinar, fue al comedor a degustarla.

"Llegaste" Aizawa le brindó una sonrisa mientras se sentaba en la silla enfrente de él.

Shinso asintió y siguió con lo suyo, estaba sumido en sus pensamientos. Quizás contarle algo a Aizawa le ayudaría a despejar su sentimiento en el pecho.

"Uh, ¿papá? ¿Puedo hablar contigo sobre algo?"

El nombrado alzó la vista de su taza de café y asintió.

"Bueno, sabrás del chico que te conté la otra vez" Movió las manos con nerviosismo. "Puede que...Puede que me guste. Bueno, en realidad no. Él me gusta"

Escuchó un golpe seco en la mesa y vio a Aizawa quejarse por el golpe que se dio en la rodilla, él le preguntó que si estaba bien y él asintió.

"¿Y no lo has invitado a salir?" Cruzó sus brazos y los recargó en la mesa, inclinándose un poco.

"Él me acaba de invitar, pero no sé si cuente como cita" Frunció el ceño y Aizawa se dejó caer en el respaldo.

"¿No te dio una pista para creer que sí?"

"Me dijo beau y después me guiñó el ojo. ¿Eso cuenta?"

"¡Claro que sí!" Yamada salió de la habitación que compartía con su esposo. Alzó sus brazos con emoción, fue con él y le dio un abrazo de lado. "Mi hijo tiene una cita, más te vale ir bien arreglado" Le dio un beso en la coronilla, le revolvió el cabello y fue por su taza para lavarla.

Shinso soltó una risa, que fue acompañada por una ligera sonrisa de Aizawa.

El pelimorado se encontraba yendo a donde Kaminari le mandó la ubicación. Era una cafetería cerca del departamento de donde el chico vivía, y la verdad, era uno de los lugares más concurridos. Si querías llegar ahí, de una forma u otra tenías que pasar cerca de la Torre Eiffel. Supuso que Kaminari vivía en unos bonitos departamentos de por la zona.

Cuando llegó al sitio, Shinso pudo divisar a Kaminari sentado cerca de una ventana donde se veían las hojas caer de los árboles otoñales. Cuando Denki miró a la entrada, alzó su mano derecha y la empezó a mover de un lado a otro, incluso parándose un poco, como si no fuera suficiente su estatura.

Shinso fue, le dio una sonrisa que fue bien recibida. Se sentó enfrente de él.

"¿Y bueno? ¿Qué quieres pedir?" Denki tamborileó sus dedos en la mesa con una actitud feliz.

"Una café descafeinado está bien" Eran las cinco treinta y cuatro, quizás no una buena elección, pero sentía frío y no quería enfermarse.

Denki asintió no tan convencido, le dijo que iría a pedirlo y fue al mostrador.

Colores | ShinKamiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora