1. Nuestro.

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A veces incierto, a veces traicionero, pero al final solo nuestro.

Heche un último vistazo a mi habitación, un cuarto beige con flores lilas por todas partes y diversos dibujos amontonados en un rincon, era raro verlo vacío aún que esta la cama y los muebles ya no permanecía la esencia de ser mío, me iba y todo esto se iba conmigo, la angustia subía y bajaba por mi garganta en un reflujo amargo, tenía miedo y a la vez una emoción tan fuerte que me hacía nudo el estómago dejándome muda.

Miraba una y otra vez cada esquina de la habitación buscando algo que haya olvidado no queriéndome ir porque al final se que ya todo lo he empacado y no olvidó nada.

- Ah -alargo un fuerte suspiro- Si he de olvidar algo siempre podré volver por el.

Cerré la puerta detrás de mí y baje las escaleras tratando de grabar cada cosa de este muro, viendo los retratos familiares colgados con momentos especiales, mi madre hacia que me sintiera en la escena de una película cada que subía o bajaba, cuando por fin baje mire la puerta abierta y a mis padres ayudando a Oliver a terminar de meter mis últimas cajas en la parte trasera de la camioneta.

- Deberían llevar la lona de una vez por si llueve, no quiero que sus cosas se arruinen.

Mi padre era un hombre de mediana edad robusto y alto que siempre estaba pensando en mi, cuidando todo por mi, dios dime qué haré sin el y sin está mujer pequeña y delgada al igual que yo, siendo maravillosa en todo momento, creo que voy a desmoronarme sino subo de una vez.

- Ay papá, no pasará nada, todo va bien asegurado y no lloverá, ustedes por favor cuídense mucho, no dejes que mamá cargue cosas pesadas y mamá no dejes que papá haga cosas peligrosas, hablenme en cualquier momento y vendre ¿Okay?

Solo vi esta mirada tierna en la cara de ambos, pense que ellos estaban más preocupados que yo pero no, realmente soy yo la que no los puede soltar y es que no es fácil.  

- Estaremos bien, tendrán que irse ya si quieren llegar antes que la mudanza.

- Siguen recogiendo muebles en mi casa.

Mi madre vio a Oliver y solo hizo algún tipo de gesto en aprobación con la cabeza, tomo mi cara entre sus manos y me dio un beso en la frente y la unió con la suya. 

- Siempre estaremos aquí para ti... 

- Siempre seras nuestra bebé. 

Oí a mi papá decirme esto con voz ronca y sabía que ya estaba llorando, con la mano lo invite al abrazo y el hizo lo mismo con Oliver, pasaron algunos minutos cuando por fin todos recuperamos la compostura. 

Asentí hacia Oliver y tras un llanto que no pude evitar me despedí de mis padres y subí a la camioneta, me quedé mirando por la ventana un par de minutos en lo que salíamos a carretera y lograba calmarme para hablar sin querer llorar.

- Fue algo muy muuuy difícil.

- Una despedida siempre será difícil, pero podemos volver cada que tú quieras venir, no es para siempre amor.

- Lo se, lo entiendo pero aún así es algo difícil, hablemos de algo más o volveré a llorar... Oh con todo esto olvide decirte que me hablaron ayer en la tarde para agendar una entrevista en la universidad...

...

Entre temas al azar fue que llegamos sin darme cuenta todo el tiempo que había pasado, el camino fue realmente largo pero a la vez corto como esta sensación de ir con alguien que hace ameno el camino, cuando deje de prestar atención a la plática me di cuenta que ya no había más árboles frondosos que mirar, en su lugar habían edificios grandes y mucha gente yendo y viniendo. Ya no estaba en casa.

OBSESIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora