capitulo 6

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Mateo;

Venus puede ser exagerada. Hasta el punto de llegar a encerrarte en tu casa con un montón de policías vigilando todo y hasta tener un bloqueo en la ventana porque, según palabras de Venus, "soy medio mogolico y puedo olvidarme de que me quieren matar, y terminar abriendo la ventana" siempre tan considerada.

Apartir de que la estoy pasando como el orto encerrado solo, tengo que joderla a Venus para que me deje salir mañana en la noche por Afri, y se que eso va a tomar tiempo.

—¿Si?

Llamé a Venus porque me aburría demasiado, a veces hago cosas impulsivas.

—Venus porfa —empiezo— necesito que me dejes salir mañana en la noche.

—¿Sos joda mogolico? Ni loca, ahora mando a Laureano que te lleve comida y ahí te quedas.

—¿Por qué lo mandas a él? Podés venir vos.

—No, tengo cosas que hacer. Pero no te preocupes por Laureano, después te voy a mandar a otro porque tenemos que hacer cosas.

—¿Que cosas? —que metido de mierda que sonó eso amigo.

—Cosas de trabajo.

—Dale Venus, es solo en la noche, no quiero perderme la vida que tengo afuera de esto y voy a estar con gente, no me van a hacer nada.

—No, respuesta final, anda a dormir y déjate de joder.

Me corta antes de que puedo hablar y yo suspiro frustrado.

Esto es muy complicado ¿Por qué tiene que aparecer Venus justo cuando estoy listo para intentar algo con Africa? No somos pibes como antes, lo tengo claro, pero verla acá y ver cómo creció y sigue teniendo esa cosita que la hace ser ella, de verdad me complica todo wacho. Después de que se fue me pase los días en mi cama, saque temas tristes, era uno con la cama y casi ni comía, solo pensaba en si hice las cosas mal y si eso podía cambiar.

Hasta que al salir me encontré con África, ese día se choco con el cordón de la vereda y se la re dió, yo le invite un helado y hablamos de muchísimas cosas que por ese momento me hizo separar mi vida con la de Venus.

(...)
Estaba viendo una serie hasta que tocan el timbre, después de bardear porque me tenía que levantar, abrí la puerta y me encontré con un pibe rubio y alto, con cara de nada.

—¿Que quere'? —le pregunte al verlo.

—Yo soy Laureano, el compañero de Venus, te vine a traer comida.

Lo miro completo, sin que ninguna de sus facciones se me pase.

—Piola, pasa —lo invité— vamos piola boludo ¿que te voy a hacer? Estoy como sardina enlatada en esta casa.

El mira mi casa y suspira antes de entrar. Cierro la puerta y lo invito a sentarse en la mesada de la cocina.

—El famoso Laureano —le digo mientras saco de tomar de la heladera.

—El famoso Mateo —responde con acento español.

—¿Ah si?

—Claro, llevo mucho tiempo con Venus y entre amigos... se dice y pasa de todo —apreto la mandíbula involuntariamente al escuchar eso. 

—¿Querés? —le señalo un fernet con coca y el asiente ligero— ¿Que se dice de mi?

—Y bueno, creo que son cosas que quedan entre amigos.

Empiezo a preparar el Fernet para "Laureano" o "Lau" como le dice mi querida amiga y ex novia.

—¿Y que pasa entre ustedes? —le suelto de la nada.

—Nada, hay cosas que impiden grandes proyectos.

—¿Garchartela es un proyecto?

Uy wacho, me fui al carajo.

Le extiendo el Fernet y lo miro atentamente, esperando respuesta.

—Tio... hay obstáculos para eso —levanto la seca y suelto una risa baja con bronca— no es de mi interés contarte mi vida sexual, pero para ser francos, a mí me gusta Venus para otras cosas además de follar.

—¿Ah si? Decime cuáles.

—Una relación seria, darle lo que se merece.

El aire es tan tenso, que hasta siento las piñas que nos dan nuestras palabras.

—¿Ah si? Decime cuáles podés lograr, porque mientras esté yo medio difícil, español.

Se ríe una poco antes de dar un sorbo al Fernet y mira su celular.

—Te ha quedado bueno, pero los de Venus son mejores, pero bueno si vamos a contar las cosas bien digamos que todo lo de Venus es rico y bueno —me dice con una mini sonrisa—. Me tengo que ir, me llama Venus.

—¡No choques en el camino ojo! —camino a la puerta para abrirla, porque me estoy aguantando las ganas de meterle una— no te mates.

—El que está en peligro de muerte por un puto loco eres tú, Mateo, vamos que la necesitas tu —palmea mi hombro— nos vemos, sudaca.

Se va por el pasillo y yo miro al guardia que tengo afuera con el ceño fruncido.

—Ese no pasa más a mi casa, le pegas una piña y si es posible que termine en su país, pero ese flaco no entra más —le hablo al guardia con bronca y entro.

Tengo que ver a África, tengo que escapar y ver a África mañana.

una segunda rolita [Trueno]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora