capitulo 7

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—Mañana tenemos que ir a él observatorio y analizar mejor algunas cosas. Ah y la tarjeta no tenía huellas —Lau se apoya en el marco de mi puerta y yo lo miro atenta— ¿Estás bien?

—Si, de diez.

Frunce el ceño y se agacha para mirarme a la cara, cuando le devuelvo la mirada el sonríe.

—¿Segura de que quieres que se quede aquí contigo? —me pregunta por Mateo.

Después de la pelea, Mateo se quedó dormido por el alcohol y lo tuvimos que traer al hotel. No sabemos ni su dirección y llamar a su viejo no es opción ni de pedo.

Lo miro tirado en mi cama, con las luces cálidas en su cara. Parece tan tierno y lindo, lastima que me rompa el corazón en mil cada vez que lo veo.

—Si, todo bien —me giro a Laureano— no quiero dejarlo solo.

Asiente y traga, mientras que yo de un impulso lo termino abrazando.

—Gracias por todo —susurré sincera.

Laureano, además de ser mi compañero, es mi amigo y me acompañó en muchas cosas a lo largo de mi vida. Es inevitable pensar en el todos los días porque gracias a él estoy donde estoy, me dió las fuerzas para todo y eso es hermoso y muy puro.

—A ti —me dió un beso en la frente y nos separamos— suerte con Liss.

—Suerte vos, está en tu pieza.

Le cerré la puerta con una sonrisa nerviosa para evitar que se queje, y volví a Mateo.

Me bañé y me cambié para dormir comida y libre, a pesar de que tenga que dormir en la misma cama que Mateo. No me molesta, es lo mas normal del mundo, pero después de lo que pasó con Mateo y la charla la verdad que las ganas de tenerlo cerca eran pocas, por el dolor grande que trae los recuerdos de como el se quejo de mi.

El me ve como la mala de todo, me ve como la forra que le cago todo y yo lo veo como la persona que me cambió la vida, mi salvación. Eso es lo que más duele.

Lo acomodo en un lado de la cama y dejo un beso en su frente, como el dejaba besos en mi cara antes de dormir juntos o cuando terminamos de comer y nos separaban y ese era un método de despedida.

Acaricio su cara con suavidad, disfrutando de su piel y de su calidez que tanto extrañaba. Paso mis manos por sus labios y humedezco los míos, pero al final suspiro y me acomodo en la cama para dormir.

Apenas cierro los párpados, siento una mano en mi cintura, provocando que en el cuerpo pase una corriente de electricidad.

—Te amo —habla Mateo, con voz ronca y dormida.

—Dormí.

—No estoy en pedo, te amo y perdón, tenés razón y yo decidí ver las cosas malas e ignorar las buenas —empieza hablar moduladamente—. Venus, me hiciste el pibe más feliz del mundo wacha, pero cuando te fuiste me hiciste mierda.

Me gire para verlo a la cara, sus párpados estaban casados y su expresión se mantenía sería. Me apreta para acercarme a él y empiezo a sentir su respiración en mi cara, además de sus ojos en mis labios.

Puse mi mano en su cachete y lo pellizco dedicándole una sonrisa leve.

—Perdón, no quería que te seas visto como el pibe que encubre a la pibita mafiosa que secuestra a su hermano. Me tenía que ir.

—No te vayas más —pide— porque sos la pibita mafiosa que me tiene loco.

No aguante más, atrapé su boca con la mía y el responde a eso con su brazo alrededor de mi cintura. Rápidamente ese beso se vuelve uno rápido y feroz, cargado de enojo y tristeza mezclados con ese dolor que tanto nos provocó estar separados.

El muerde mi labio y sonríe, haciendo que mi corazón se aceleré a millones.

Se sube arriba mío y se separa para mirarme a la cara, con los ojos negros de pasión.

—Sos hermosa wacha, sos la piba más linda que conozco.

Me reí y agarré su cuello con mis brazos para volver a ese beso que me trae loca.

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⏰ Última actualización: Oct 19, 2020 ⏰

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