¿Quién lo diría? El gran Minato Namikaze, el relámpago amarillo de Konoha, ¡Era temido por las cinco grandes naciones! Pero a pesar de eso se había enamorado... Pero no de cualquier persona, si no de un renegado.. y lucharia por obtener el amor de u...
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Empezó a abrir los ojos, se sentía cansado, no sabía que había pasado... Entonces los recuerdos de aquella persona vinieron a él.
«—No te preocupes.... Estarás bien»
Era una voz muy masculina a decir verdad.... Espera ¿Que?
Abrió los ojos de golpe y se sentó en la cama... Espera, ¿Cama?
Miró a su alrededor, esa no era su habitación.
A su izquierda había una ventana grande, a su derecha había una mesita de noche, en la pared de enfrente un closet y en la pared derecha había una puerta... Una salida.
Se iba a levantar cuando cayó en cuenta que no tenía la parte superior de su ropa y como sustituto tenía en su abdomen vendas.
—Veo que ya despertaste — levantó la mirada, viendo cómo un azabache entraba al cuarto, el cual traía una bandeja con comida.
Minato frunció el ceño y se puso a la defensiva.
—Mm.. — se puso sobre sus tobillos, aún arriba de la cama.
—Tranquilízate, no te voy a hacer nada — dejó la bandeja en la mesita de noche. Se dirigió a Minato, el cual estaba en una esquina, entre la pared, la ventana y arriba de la cama —. Si hubiera querido hacerte daño ya lo hubiera hecho, ¿No?
—... — Minato hizo una mueca. Suspiró y se volvió a sentar, pero no bajó la guardia.
—Te traje comida, tu ropa está en el closet, junto con tus herramientas — apuntó la comida, luego el closet y luego miró al rubio.
Minato se quedó mirando al closet cuando le cayó el veinte.
—¡El pergamino! — miró con desesperación al azabache, del cuál aún no sabía el nombre —. ¡¿Dónde está ese pergamino?!
Se iba a levantar cuando el azabache lo agarró de los hombros y lo mantuvo sentado en la cama.
—El pergamino fue entregado — hablaba con total tranquilidad.
Minato se quedó en blanco.. ¿El pergamino ya se había entregado?
—¿C-c... Cómo? — miró estupefacto al azabache.
—Fue fácil con un jutsu de transformación — tercio otra voz, ambos miraron a la puerta, dónde un azabache con corte de cola de cuervo, se encontraba recargado en el marco de la puerta, de brazos cruzados, mirándolo totalmente indiferente.
—Él es Sasuke, es mi hermano menor... El llevó el pergamino al país del rayo y a cambio dieron esto.. — abrió el cajón de la mesita de noche, en dónde había un pergamino. Sacó el pergamino y se lo pasó a Minato.
Minato agarró el pergamino y lo desenrolló, empezando a leer lo que decía.
—..... Me tengo que ir — se iba a levantar cuando sintió una punzada en el abdomen —. ¡Agt!
