CAP 37: El Secuestro

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Betty

Un dolor punzante llega a mi cabeza, empiezo abrir los ojos lentamente, la cabeza duele, mi cuerpo igual.

¿Donde estoy?

Lo primero que veo es madera, muevo mi cabeza para un lado encontrándome con paredes llenas de agujeros y madera en un estado bastante mal.

Me remuevo pero... no puedo, alzo mi cabeza y otro dolor punzante llega a mi nuca.

Muevo mis manos y ahí me doy cuenta, estoy encadenada, mi corazón empieza acelerarse, el miedo me invade; mi otra mano también está atada y estoy recostada en una cama. El colchón está completamente sucio.

Al parece me encuentro en una habitación de... ¿Donde rayos estoy? Es como si estuviera en una cabaña vieja.

El techo tiene agujeros que dejan entrar un poco de luz solar, pero el viento entrando por ellos no ayuda a que llevo puesto unos shorts y una blusa, el invierno está muy cerca y es más de seguro que pronto nevera.

Y en eso el suelo empieza a rechinar, pasos se acercan y mi respiración es agitada.

Desde la entrada veo como una figura grande entrar y se me queda mirando.

-Despertaste- Su voz ronca resuena en todo el lugar, un escalofrío me recorre en todo el cuerpo, hago fuerza para soltarme de las cadenas aunque es inútil.

Se apoya en el marco de la puerta y lo único que sale de mi boca es -Tu...

Horas antes

Después de que Stevan se haya marchado sin dejarme alguna respuesta me he ido a preparar algo para comer.

La noche es fría pero la calefacción de la casa ayuda a que pueda andar en pantaloncillos cortos y una blusa de tiras.

Mi mente anda como loco tratando de descifrar las palabras de Stevan, sobre la propuesta para que sea su novia y que no le queda tiempo.

Agarro mi taza de té y un emparedado de queso, con el plato en la mano y mi té en la otra subo a mi habitación a llenar el estómago y revisar mensajes.

Empiezo a comer mientras veo una serie y en eso llega un mensaje.

Desconocido:

¿Estás cómoda?

Yo:

¿Quien eres?

Una sensación rara invade mi cuerpo, mi respiración agitada y un frío me recorre la espalda.

El sonido de una silla moviéndose hace que de un salto en mi lugar, dejo mi computadora a un lado alerta a escribir cualquier mensaje en modo de ayuda.

Pasos se escuchan a lo lejos, me levanto lentamente de la cama para evitar hacer cualquier ruido, debo cerrar la puerta para tener tiempo de hacer algo.

Y ahí me detengo, los pasos no se escuchan y mi cuerpo no reacciona, al final del pasillo se encuentra él, el encapuchado.

Ninguno de los dos se mueve, no puedo ver su rostro ya que la oscuridad no lo permite.

Y mi subconsciente reacciona y me obliga a hacer algo al respecto.

Corro directo a la puerta pero demasiado tarde. El encapuchado corre contra mi pobre ser impregnado con todas sus fuerzas.

La puerta me golpea haciendo que por un momento pierda el equilibrio pero me incorporo, coloco mi espalda en la madera haciendo fuerza, pero obvio es imposible.

Acosando a mi Acosador - TERMINADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora