─Mi amor, despierta, ya es tarde, y tienes mucho que hacer. ─dijo en un susurro su madre, JenNie, de manera suave, sabía que su hijo estaba sensible, incluso triste. Entendía porque ella también estuvo en su lugar, pasar de la preparatoria hacia una universidad es complicado. Su hijo estaba más que agotado física y mentalmente. Pero no podía estar más orgullosa de él, sabía que su esfuerzo valdría la pena, y estaba emocionada por el futuro brillante que le depararía a su único hijo.
─Mamá, déjeme dormir cinco minutos más. ─el ahora peliamarillo estaba exhausto aún, se acostó muy tarde terminando su trabajo final de química, que debió de hacerlo hace días pero lo dejo para última hora, como siempre hace.
─Choi YeonJun, ya levántate, son las nueve de la mañana y creo que acordaste reunirte con TaeHyunnie a más tardar a las diez y media. ─su madre tomó una de las almohadas que él no estaba usando y empezó a golpearlo suavemente para despertarlo, haciendo que se quejara en voz alta.
─Esta bien, ya me voy a bañar. ─su madre sonrió victoriosa, dejó la almohada en la cama y besó la frente del peliamarillo, el cual arrugó su nariz y rió como niño pequeño. Su progenitora salió de su habitación y procedió a tomar su toalla para luego entrar al baño. Para su suerte, esa mañana si había agua caliente.
Después de asearse procedió a vestirse con una camisa negra, sin estampado alguno, unos bluejeans y sus deportivos blancos con detalles negros, luego se maquilló un poco aquellas ojeras que tenía esa mañana y acomodó su cabello de manera despeinada, tomó su teléfono celular ─el cual se encontraba cargándose en la mesita de noche que tenía─ al igual que su billetera y empezó a bajar las escaleras rápidamente, sin preocuparse por las posibilidades de tropezarse y caer. Una vez ya en el piso inferior se dirigió al comedor, en donde sus progenitores ya se encontraban compartiendo una taza de café con leche mientras conversaban trivialidades, se sentó en su respectiva silla, no sin antes hacer una reverencia y decir un típico buenos días.
Comía su desayuno de manera lenta, a la vez que degustaba un vaso de leche de almendras; desde que SooBin le dio de probar aquel tipo de leche no había día en que no tomase por lo menos una taza al día. Cuando terminó, le dió un beso en la mejilla a su madre y uno a su padre, acomodó su camisa al igual que su cabello mientras de la mesa tomaba su copia de las llaves de la casa para salir.
─Hijo, buena suerte en tu confesión. ─su madre le guiñó un ojo y su padre comenzó a mover sus cejas picaramente, haciendo que su hijo empezara a chillar mientras que sus mejillas enrojecían.
─¡Papá! ¡Mamá! ¡Ya, me avergüenzan!─. dijo YeonJun mientras abría la puerta para salir de su hogar, era increíble que aún fuera de la casa escuchaba la risa de su padre.
Finalmente, después de años reprimiendo sus sentimientos hacia su dongsaeng, había decidido que ya era tiempo de declararse a TaeHyun.
Desde aquel catorce de febrero de ese mismo año en donde un chico del penúltimo año, de nombre Choi BeomGyu, se le había declarado a su pequeño ─que para su suerte el menor no pudo corresponder los sentimientos del chico, sin embargo ahora son grandes amigos─, le había generado una inseguridad, o mejor dicho, el temor de las posibilidades de que su TaeTae tuviese un novio, el cual le ponía los nervios a flor de piel.
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♡ ⌗ 우린 20cm 차이 ❜
Короткий рассказ▷𝘠𝘦𝘰𝘯𝘩𝘺𝘶𝘯 | "Desde muy pequeños, YeonJun siempre había sido más alto que su dongsaeng hasta que, luego de un tiempo, la diferencia de estatura parece haberse vuelto nula, al igual que el miedo del mayor por declararse a TaeHyun." ㅤㅤㅤㅤ...