▷𝘠𝘦𝘰𝘯𝘩𝘺𝘶𝘯 | "Desde muy pequeños, YeonJun siempre había sido más alto que su dongsaeng hasta que, luego de un tiempo, la diferencia de estatura parece haberse vuelto nula, al igual que el miedo del mayor por declararse a TaeHyun."
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❝ ...한 뼘만큼마 너에게. ❞
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─Junnie, cielito, hay alguien que quiere verte. ─el, ahora, peli rosa, ni siquiera se movió de la cama, estaba totalmente arropado con su edredón de pies a cabeza.
Desde que tuvo que mudarse nuevamente a su ciudad natal, Seongnam, para estudiar danza en un instituto universitario especializado en artes, no salía de la casa de su padre ─que tenía por sus múltiples viajes tras estar la sede de la empresa en donde trabajaba─, solo a la universidad.
Ya estaba acostumbrado a la gran ciudad de Seúl, y el tener a su lado a su bonito novio, haciendo aún más triste el tener que pasar los primeros dos trimestres.
Lo extrañaba mucho, todas las noches realizaban videollamadas contando como iban sus días, y eran ésos los pocos momentos en donde se sentía realmente feliz. Por lo demás, no le gustaba estar en esa ciudad.
Movió levemente el edredón solo para sacar su cabeza de él, últimamente estaba muy cansado por los estudios, y como era sábado, no le agradaba la idea de salir de su cama.
─Sí es la molesta de Lia, dile que no estoy. ─volvió a cubrir su cabeza con el edredón.
─No mi amor, no es JiSoo, es alguien a quien siempre quisiste ver. ─dijo JenNie, sonriéndole.
─¿El idol Park JiMin? Si no es así, adiós. ─dijo, refunfuñando.
─¿Entonces prefiere ver a JiMin antes que a mí, hyung? ─dijo, el actualmente rubio, saliendo detrás de su madre. No tuvo que esconderse en realidad, bastó con apoyarse detrás de la pared.
─¿T-taeH-hyun? ─YeonJun se sentó rápidamente en la cama al escuchar la voz del menor, mientras tallaba sus ojos con sus manos, no podía ser él, debía estar soñando.
─Soy yo, Jjonggie. ─eso fue suficiente para salir corriendo de su cama, sin importarle sí estaba sin camisa o que su cabello estaba totalmente despeinado. No dudó en abrazarlo con todas sus fuerzas, habían sido siete meses muy duros sin su compañía y, ahora que lo tenía junto a él, lo abrazaría y besaría todo lo que pudiese.
