Shipptober DazAtsu 2020 - BSD (Sin terminar)

Día 2 - No lo hagas.

- Dazai-san, debemos entrar a ese lugar - señaló una bodega con un portón que lucía bastante pesado.

- Buena idea Atsushi, ¿qué dices Rampo?.

Se giro por un momento hacía atrás para mirar al susodicho.

- Tiene una buena puerta, ventanas en lo más alto y parece ser que las únicas entradas son esta - señaló la puerta - Y la ventana del techo - señaló hacía arriba.

- Increíble, ¿cómo viste eso Rampo-san? - preguntó el de vestimenta campesina mirando hacía arriba con gran entusiasmo por saber la respuesta.

- Con mi super deducción por supuesto.

- O solo recuerdas lo que viste la última vez que estuvimos aquí - intervino un muy calmado rubio que veía su libreta acomodando sus lentes.

El pequeño de rubio seguía admirando la bodega y se acercó a la puerta.

- Entonces entremos - con la mano estaba dispuesto a derrumbar la puerta.

- ¡No! - gritaron todos los presentes.

- No es necesario Kenji-kun, yo abriré la puerta.

- Podemos darnos prisa y evitar gritar, aunque estemos lejos, pueden oírse los ruidos - comentó tan nerviosamente revisando a su alrededor.

- Tranquilo Atsushi-kun, aquí no viene nadie.

- No Dazai, el mocoso tiene razón - había dejado de garabatear en la libreta y saco una llave - Es mejor apresurarnos y no hacer ruido.

Introdujo la llave en la puerta y en ella se escuchó el clic que indicaba que estaba abierta. Abriendo lentamente, el rubio de lentes se asomó por la misma para verificar que todo estuviera bien.
La bodega estaba llena de grandes cajas que servían para transportar a través del mar y era todo.

- Despejado - al decir esto, abrió totalmente la puerta y dejo que los demás entrarán, quedando al último para asegurar la puerta.

- ¿Qué pasa si nos da hambre? - preguntó el de ojos bicolor.

- Tendremos que aguantarnos - contestó mirando con detenimiento el lugar - Sigue igual como recordaba, que tranquilizador.

- Kunikida, deja de ser quisquilloso incluso en esta situación. Es más que suficiente con lo que tenemos que lidiar y tú con tus problemas triviales.

- No lo digo por mi idiota - se acercó a una de las grandes cajas - En alguna de estas cajas debería haber una caja de emergencia.

- ¿Emergencia? ¿A quién piensas pedir ayuda en este mundo que ya es un caos? - el castaño seguía molestando de alguna manera al de lentes, le gustaba hacerlo - Como todos nos dimos cuenta, no hay nadie a quien pedir ayuda.

- Sin decir que parte de nuestro equipo tuvo que ver en este problema.

Recalcó el de ojos verdes, sacando una paleta de su bolsillo.

- Kunikida-san - el peligris llamo al rubio al encontrar una puerta de madera, la había abierto y lo que se encontraba ahí era un botiquín de primeros auxilios y una maleta - ¿Esto es lo que buscaba?.

El rubio se acercó para mirar lo que el pequeño había encontrado, al observar, tomo ambas cosas y las saco de ahí. Llevándose consigo esas dos, todos fueron tras el para saber lo que contenía, incluso Atsushi quién dejo aquella puerta abierta.

Kunikida abrió el maletín y efectivamente estaba lo que quería. Dos libretas y cinco botellas de agua.
Todos perdieron el interés y no dijeron absolutamente nada, debido a su temor de no recibir una botella por quejarse.