Capítulo Tres

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El público hace silencio al ver las luces apagarse de a poco, dejando el lugar en una oscuridad misteriosa que llenaba de ansias a todos en el lugar; para cuando se volvieron a encender, estas ya eran de un color azul suave y delicado, iluminando el escenario, resaltando a los dos bailarines en el Table Dance.

Una preciosa mujer, de cabello suelto y unas curvas envidiables, de escaso ropajes pero cubriendo lo esencial; y un hombre, cuyo cuerpo esbelto era mostrado al público. Ambos sentados en unas respectivas sillas, deleitando a todos en el lugar con sus cuerpos, siendo los centros de atención.

La suave y embriagante melodía se escuchó por los parlantes del establecimiento, llenando todo el lugar y ambientando a la perfección el momento.

Greco Rodríguez mantuvo su mirada baja, dejando que aquel mechón rebelde de su cabello castaño cayera por su frente. Se sentía perdido y algo ido, pero su cuerpo se movía por si solo al ritmo de la música, dejándose llevar mientras sus pensamientos fluían sin prejuicios ni reten.

Cuando aquella voz se escuchó cantar, levantó su cabeza suavemente, dejando a la vista sus preciosos ojos marrones, brillantes y maravilloso, al igual que su labios ligeramente rojizos debido al estarlos mordiendo con nervios con anterioridad, ligeramente entreabiertos y tentando a todos en el lugar. Llevó sus manos hacia sus rodillas, de esa forma abrió lentamente sus piernas, cerrándolas con rapidez al ritmo de la música, siendo un llamado al dicho "ver, pero no tocar"

Dejó escapar una sonrisa traviesa, colocándose de pie y dando una vuelta por la silla hasta quedar detrás de está, tomando el borde y dándole vuelta de forma brusca, al mismo ritmo de la música y compás. Lentamente se sentó nuevamente, esta vez de piernas abiertas y con su frente al espaldar, pudiendo apoyar sus brazos allí y su cabeza igual, dejando una perfecta visión de su espalda para los de atrás, mujeres y hombres queriendo utilizar sus manos para arañar y marcar aquella piel con cicatrices y tatuajes.

Su mirada vago por el público, en busca de alguien tal vez, teniendo la débil esperanza de poder verlo otra vez allí, tomando un trago sin despegar su mirada de su cuerpo ni un milímetro, pero no se encontró con nadie conocido, él no estaba allí, ¿Por qué lo estaría? Jamás sintió nada por él, sólo quería una noche para disfrutar de su cuerpo. Para cuando se levantó y dio vuelta, se encontró con una mirada café bastante conocida.

Allí se encontraba Volkov, en la barra donde estuvo en aquella misión de infiltración, portando un traje gris, bastante elegante, pareciendo disfrutar del espectáculo que acababa de comenzar junto a una botella de alcohol, posiblemente de su vodka preferido.

So call out my name

Su mano se dirigió al tubo y ya estando afirmado, con rapidez giró, siendo potente y terminando delicado, con su mirada fija en el suelo, alzándola ligeramente mientras a sus recuerdos llegaba aquella noche, donde Conway le miraba desde el mismo lugar.

"Tus ojos siempre deben estar con los míos, ¿Lo entiendes?" Aquel recuerdo se reprodujo en su cabeza, atormentándolo, recordandole que todas esas palabras fueron falsas, que todo lo que dijo y había hecho el Superintendente fue un engaño en el que él cayó de forma ciega.

Pasó sus manos por su cuerpo, recordando el tacto caliente de sus manos, recordando ese agarre firme y fuerte en su cintura mientras le embestía. Lanzó una maldición al aire, no siendo escuchada por la música; tan solo deseaba deshacerse de esos recuerdos, quería acabar con cada uno en donde Conway apareciera.

"Si vas a bailar, que sea sólo para mi"

Hizo un movimiento circular con su cabeza, dejando al descubierto y haciendo relucir su cuello, cuyas marcas de mordidas y chupones no eran visibles gracias al maquillaje, haciendo que su piel  aparentara estar totalmente pura, cuando realmente estaba manchada.

Table Dance | GreKov [SpainRP]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora