2- Los cazadores de ratas

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Partí junto al grupo de cazadores al amanecer,en un grupo de 10 goblins, el líder del grupo me entrenó desde joven con la daga (para nosotros los goblins que medimos no mas de 150 cm es el equivalente a una espada para cualquier otra raza) por lo que me desenvuelvo un poco en cuanto al combate, aunque no me gusta destacarme, siempre pense que no es heroico morir por un zarpazo de una rata, ya que si no mueres por la herida, puedes morir por la secuela debido a que sus garras son ponzoñosas y he visto a varios goblins morir a causa de su veneno y no es nada divertido, los que han sobrevivido suelen decir que es como si te quemara la zona de la herida y poco a poco ese ardor se desplaza por todo tu cuerpo, por lógica todos aquellos que aun cuentan sus anécdotas fue porque fueron heridos en algún miembro y su compañero logró amputarlo antes de que el veneno se expandiera, por ello solo me limito a combatir de ser necesario. Luego de unas horas de viaje llegamos a unos túneles de ratas(o de topos menos peligrosos que las ratas) que se conectaban con los nuestros.
- Alto y quiero silencio total - exclamó el líder del grupo.
- Escucho movimiento por ese tunel a nuestra derecha. Quiero que 2 exploren esa zona y en caso de encontrar alguna rata la traigan hacia aqui. El resto preparaos para emboscar a la presa ya saben como se hace lanzas al frente y dagas atras para rematar a la bestia.
Me coloque junto con otros dos goblins ya que soliamos ser 5 con dagas y 5 con lanzas, por lo general los que portaban lanza eran veteranos o jovenes que les gustaba esa arma, nuestro lider portaba ambas armas, el suele decir que uno nunca sabe lo que puede pasar durante la cacería y siempre se ubicaba al frente (lider al fin tiene que dar el ejemplo pero como ya explique a mi no me gusta y no es por hacerles parecer cobarde es que simplemente me agrada estar vivo y saludable) usabamos una estrategia que consistia en hacer una falange para frenar a la bestia y ya cuando esta cayera, nosotros corriamos hacia ella y la rematabamos rebanandole la cabeza o en algún punto débil.
Al cabo de unos minutos se escuchó el chillido de una rata y observamos a nuestros compañeros corriendo hacia nosotros, la bestia se veia grande y furiosa soltando espuma por la boca y sus ojos eran rojos como la sangre, tenia un pelaje negro azabache y sus garras parecian cuchillas, luego de pasar por el lado nuestro, los exploradores desenvainaron sus dagas y se unieron al grupo y segundos luego comenzó el combate, los lanceros comenzaron a atacar a la bestia que parecia ser astuta ya que evadio el primer asalto de la falange con éxito permitiendo acomodarse para contraatacar, el líder comenzo a dar ordenes con el objetivo de rodearla y nos ordenó a los dagueros a estar listos para acercarnos y atacar, la rata se lanzó sobre un compañero y el resto se lanzó a su defensa hiriéndola antes de que lograse clavar sus zarpas en el, en ese instante los dagueros avanzamos a toda velocidad desplazandonos entre nuestros compañeros y comenzamos a atacar a nuestra herida presa llegando a matarla gracias a un tajo en el cuello que ayudó a que se desangrara rápidamente.
- Fue sencillo - dije.
- Al menos esta vez, parece que ser era una rata joven aunque un poco astuta si hubiese llegado a ser una mas experimentada o una alfa la hubiesemos pasado mal pero corrimos con suerte - respondió  nuestro líder - Comiencen a preparar todo para transportar a la bestia, hoy podremos comer carne.
En lo que todos se ponian en función yo me aleje un poco para explorar el lugar y observe una luz, me acerque y note que era una salida, quizas la cavo esa rata o alguien mas, sali por ahi y me encontraba en el bosque Rasthil, era un bosque frondoso pero hermoso, no entendia como un lugar tan bello podia guardar tantos peligros.
- Elgooooooooort donde carajos estaaas tenemos que irnos deja de holgazanear -gritó el líder.
Entré de nuevo por el mismo agujero del que salí y corrí hacia el grupo, por consiguiente me llevé una bronca y como castigo me tocó cargar con el carro en el que llevabamos la carne, pero no me importó porque mi mente se encontraba en ese claro del bosque, quizás lo visite otro día me dije, pero mientras, solo nos toca lidiar con los orcos en el campamento, que casualmente retornaban de una incursión de la que esperabamos que fuera un éxito (como siempre).

Es difícil ser un goblinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora