Es difícil ser un goblin

4- Los elegidos de Amatir

Pasaron dos semanas después de la reunión con Karstog, aún no teniamos noticias sobre el asalto al fuerte de Rasthil; estaba entrenando en el túnel de adiestramiento con Tyrok debido al peligro que presentaba la misión a la que nos enfretaríamos, decidió realizar sesiones de 4 horas de entrenamiento para perfeccionar la técnica con la daga y la simulación del combate cuerpo a cuerpo, llevabamos 2 horas entrenando y de repente Tyrok decide detener el entrenamiento.
- Tomemos un pequeño descanso.
- Que raro no sueles hacer eso.
- Es porque quiero hablar un poco contigo.
- Ah vale.- dije guardando mi daga en su funda.
- ¿Sabes por qué me esmero en enseñarte todo lo que sé y prepararte?.- pregunto al tiempo que se sentaba sobre una piedra.
- Para honrar la memoria de mi padre, que fue un amigo tuyo.
- No es solo eso Elgort, no es menos cierto que Ralgort fue como un hermano para mi y que lamento su perdida cada día, pero la 2da cuestión y sinceramente la mas importante es el potencial que veo en ti.
- No entiendo si apenas soy un cazador y todos me categorizan de vago y que solo vivo bajo tu sombra.
- Eso no importa, al fin y al cabo las acciones valen más que las palabras y se que un día le demotraras a todos aquellos que te dijeron vago e inútil que tienes un talento extraordinario.
- Pero talento en que si lo único que hago es matar ratas y topos y cargar con su carne.
- ¿Por qué eres tan duro contigo mismo? En lugar de observar tus defectos comienza a buscar tus virtudes.
- Por ejemplo.
- Eres rápido aprendiendo, usas la daga casi a mi nivel por lo que tambien posees una gran destreza y agilidad sin contar con la chispa que guardas y el fuego en tus ojos cuando nos aventuramos a túneles que no habias visitado. Si el viaje al fuerte de Rasthil no fuera un asalto, disfrutarias el viaje.- me dijo y me sonrio al terminar de hablarme, era la primera vez que lo veia sonreir y le devolvi la sonrisa después de todo es como un padre para mi.
- Bueno se acabó el descanso, espero que reflexiones lo que he hablado contigo y que en el futuro me sorprendas.
- Desde luego.
Nos levantamos y desenfundamos las dagas y continuamos entrenando.
En ese instante Karstog se encontraba reunido con sus oficiales preparando las estrategias para atacar el fuerte.
- Yo digo que no hace falta usar a esos pequeñajos al fin y al cabo son solo unos canijos que solo saben cazar ratad y topos cuando comience la carnicería huirán por un hueco.- dijo un orco que tenia una cicatriz en el pecho
- Es cierto después de todo hacemos lo que queremos con ellos porque nos temen y porque saben que sin nosotros no pueden sobrevivir.- se burló otro.
- Saben, luego de hablar con ellos he pensado que si pueden sernos útiles.- comentó Karstog con mucha seriedad, todos en el salón callaron y escucharon a su caudillo.
- Os explico, porque después de todo solo pensáis de forma directa como solia hacer mi padre y eso le costo la vida, y hay que aprender como aprovecharlo todo y pensar antes de actuar. En primer lugar debido a la pequeñez del goblin puede pasar desapercibido por muchos lugares e inclusive sin ser escuchado, segundo factor es que son hábiles zapadores por lo que pueden hacer túneles e infiltrarse dentro del fuerte sin problemas, cosa que la Confederación no suele esperar ya que estan adaptados a nuestros encuentros directos y con respecto al tema del combate es solo adaptación y se adaptaran ya sea por ellos o por el miedo después de todo por cada goblin que huya ejecutaremos 25 goblins ya sean varones, hembras, niños o ancianos me da igual. El punto al que quiero llegar mis fieles súbditos es que si luego de esta incursión los goblins hacen bien su papel llevaré a cabo planes más grandes que nos permitirá una mayor expansión y comenzaremos subyugando al resto de los clanes orcos.
- Pero señor luego de que Bruk el conquistador decidiera darle una parte de su territorio a cada general para que formaran su clan dudo que estos vuelvan a formar parte del clan Garra Sangrienta.- explicó el orco con la cicatriz en el pecho.
- No hay problema, simplemente crearemos simpatía con ese clan y de repente zas, muere su caudillo y su heredero.- explicó Korstag con una sonrisa maquiavélica.
- Pero señor no podemos matar a nuestra propia especie. - dijo el orco de la cicatriz confuso.
- Nosotros no, pero los goblins si.
- ¡Estas loco como osas ultrajar la memoria de su tío no permitiré que se lleve a cabo esta infamia!- respondió alterado el orco de la cicatriz desevainando su hoja al mismo instante.
Korstag alzo su hacha y ambos se abalanzaron al tiempo que el resto de orcos presentes se apartaban para ver como combatían ambos guerreros destrozando todo a su alrededor.
El espadachin realizaba estocadas con mucha fuerza a diestra y siniestra que eran evadidas o bloqueadas con mucha facilidad por parte del caudillo hasta que este ripostó dejando al descubierto al espadachin y tras un ágil movimiento le asestó un mortal hachazo en el brazo amputandole su miembro y haciendole caer su espada al suelo. El espadachin comenzo a gritar de dolor y se cubría la herida para intentar en vano detener la hemorragia, el suelo comenzó a inundarse de sangre orca. El caudillo se posicionó como un verdugo para luego cortarle la cabeza a su rival.
- Alguien mas que desee probar el filo de mi hacha. - dijo el caudillo con fuego en su mirada y alzando su arma.
- Bien ya veo que han aprendido la lección y espero no tener otro episodio como este al fin y al cabo serán ustedes los que están aquí reunidos conmigo los que se convertirán en los caudillos de los otros clanes.
Todos se miraron con asombro y luego gritaron de satisfacción mientras Karstog reía a carcajadas, después de todo su diosa le sonreía dotándolo de inteligencia y fuerza razón que lo convertía en un ser sumamente peligroso ya que los orcos no suelen ser muy diestros a la hora de pensar, solo Bruk demostro ese ingenio logrando conquistar un basto territorio ganandose asi su apodo y al parecer su relevo planeaba continuar la expansión pero de una forma más malvada y traicionera.
Terminamos el entrenamiento y marchabamos de nuevo hacia el barrio goblin cuando nos avisaron que Karstog deseaba hablar con nosotros con para analizar la estrategia del ataque.
- Tu ve y descansa en cuanto acabe regreso, seguro es algo breve.
- De acuerdo.
Yo fui caminando hasta la casa en lo que observaba a Tyrok subiendo la rampa.
- Señor aqui está el goblin. -informaba el guardia.
- Dejalo pasar.- contestó Korstag.
- Con su permiso señor.- dijo Tyrok.
- Bien ya que estas aquí expliqueme con mas detenimiento como pretende asaltar el fuerte.
- Sencillo mi señor, como bien sabe los goblins somos ágiles zapadores y podemos excavar un túnel para infiltrarnos y poder abrirles la puerta para que su ejército pueda atacar sin necesidad de bajas.
- Y como se que no fallareis y huiran de su tarea por miedo a ser asesinados por la guardia.
- Señor ya se que somos infravalorados por nuestro aspecto pero somos diestros en cuanto al uso de nuestras armas y entrenamos a diario, podemos defendernos sin problemas.
- Mas les vale, el fracaso no es tolerable y tiene un alto precio.- dijo con una mirada severa el caudillo.
Tyrok trago en seco sabia a lo que podía referirse el caudillo.
- Bien eso es todo en tres días marchamos hacia el fuerte.
- Entonces señor mañana al alba partiremos para crear las condiciones para el dia del asalto.
- Si no tienes nada mas que hablar puedes retirarte, una ultima cosa pasa por la forja y dile al herrero que te de tu encargo si mal no recuerdo seran 10 goblins para la incursion contandote.
- Si, asi es.
- Bien le he pedido que les hiciera unas dagas ya que imagino que las suyas esten detetioradas por su constante uso, considerelo como una muestra de confianza.
- Gracias señor.- dijo e hizo una reverencia y luego se marchó.
Al llegar a la casa me comentó todo y comenzamos a hacer los preparativos para esperar al alba, esa noche no pude descansar, estaba nervioso pero para calmarme recordaba el claro del bosque donde estuve dos semanas atras.