5- Revelaciones

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Desperté, pero no estaba en mi cama dentro de la casa de Tyrok, me levanté de suelo me sacudí el polvo y solté un bostezo somnoliento; acaso me raptaron o esto es un sueño pensé, observé mis alrededores y era de noche dentro de un bosque, observaba muchas estrellas en el cielo pero de repente vi una luz adelante, me tape la cara debido al resplandor y decidí investigar, curiosamente portaba mi daga en su funda.
-¿Acaso la tuve siempre ahí o apareció por arte de magia?-. Pensé al mismo tiempo que la palpaba, para asegurarme que no estaba soñando me hice un corte en la mano y vi la sangre salir y al momento busque unas hojas de los árboles para detener el sangrado, luego avance hacia la luz con mucho cuidado ya que al parecer esto no es un sueño.
Luego de avanzar unos metros observé que la luz provenía de un templo o lo que quedaba de el, era una especie de templo construido hace muchos años, siglos si pudiera decir a simple vista, parecer ser hecho por los humanos o los elfos aunque nunca he visto un edificio construido por ellos. De repente las inmensas puertas de madera semiabiertas se abrieron por completo dejándome casi ciego del resplandor, cuando cesó la luz agarré con más fuerza motriz daga y decidí entrar.
Entré pero para mi sorpresa todo estaba oscuro, no me explicaba como podía haber tanta oscuridad si momentos antes reinaba una luz tan fuerte como si el sol residiera en ese cuarto, salté de un susto al sentir las puertas cerrarse de un tirón y escuche  una voz que me llamaba.
- Elgort acércate no temas aquí no estás en peligro.
De pronto sentí una calma inmensa al escuchar esa voz, envainé la daga y camine adelante y a medida que avanzaba para mi sorpresa el lugar recobraba su forma, las paredes se arreglaban hasta el último bloque, el techo cubría por completo el lugar cortando la hermosa vista nocturna que contemplaba desde mi llegada por instantes olvidaba mi pregunta.¿Qué hago aquí? Pero para mi satisfacción pronto mi duda sería disipada.
- Bienvenido Elgort hijo de Ralgort, Campeón de Amatir y primer goblin en lograr tan honroso título.- exclamó un humano con una edad avanzada pero se veía fuerte y orgulloso vestido con una toga dorada con un sol bordado en el pecho.
-¿Qué yo qué?- respondí atontado.
- Por favor joven campeón entre sin demora por esta puerta ya que no disponemos de mucho tiempo por cierto soy Robert, Robert Larson archimago de fuego y representante de la Diosa del Sol Amatir pero por favor ve no queremos que nuestra diosa espere más, dentro tendrás la información que necesitas. Entré sin demora pero antes me di cuenta que el templo no era de piedra como en el momento que entré, era de oro todo el lugar pero me centré en mi principal razón y para mi sorpresa era la mismísima diosa del Sol venerada por todas las razas.
- Adelante hijo mío y toma asiento será una charla un poco larga.- me dijo la diosa con un tono maternal.
Para mi sorpresa mi diosa tenía un aspecto élfico pero emanaba un aura como si tuviera un sol dentro de ella.
- No te preocupes puedo tomar el aspecto que desee, puedo tomar el aspecto de goblin si eso te hace sentir más cómodo.
- Para nada, por favor explique...
- Sin demora responderé tus preguntas.- respondió Amatir sin dejarme terminar la frase.
- Elgort, no es casualidad que hoy estés aquí y no te preocupes aquí solo está tu alma, tu cuerpo descansa en casa de Tyrok.- dijo al tiempo que realizaba con la mano un hechizo en el que me reflejaba durmiendo en mi cama, por lo que respiré aliviado al saber que no era un sueño, no me habían raptado ni estaba muerto.
- Bien el asunto importante es que eres 1 de los dos campeones del Sol, mi astro y fuente de poder, tu deber es participar en la batalla del eclipse disputado con el o los campeones de mi hermano el dios Ritama, Dios de la Luna.
- O sea que tengo otro compañero.
- Eso será en dependencia de tu relación con él, ya que pueden ser amigos o enemigos.- al escuchar esto último tragué en seco ya que tener un aliado me viene bien pero tenía que saber primero que tipo de aliado era, no querría despertar un día con la garganta cortada por una vil traición.
- ¿Y quién es el otro campeón?
- Lo sabrás en su debido tiempo.
- Por cierto hace un rato mencionaste a Ritama el dios de la luna, ¿Por qué no había escuchado de él antes?
- Porque tu raza no ha luchado contra las razas nocturnas.
- ¿Razas nocturnas?
- Si, para algunos son leyendas mientras otros luchan constantemente contra ellos pero no te preocupes puede que demores en conocerlos. O al menos eso espero.- murmuró la diosa sin mostrar su preocupación.
- ¿Volveré a verla?- pregunté
- Por supuesto esto es solo el comienzo  con el tiempo te indicaré lugares donde podrás encontrar objetos que te ayuden en tu proeza. Antes de marcharte deberás escoger 1 de estos obsequios.- alzó la mano y delante de mí tomaron forma una capa, unas botas y una daga que levitaban emanando un aura mágica.
- Puedo conocer que poder guardan antes de escoger.- le mencioné al tiempo que examinaba los objetos sin arriesgarme a tocarlos por miedo de escoger accidentalmente.
- Por supuesto. La capa de las sombras te ayudará a pasar desapercibido otorgándote invisibilidad pero cuidado serás escuchado y olfateado, además los seres nocturnos podrán detectarte fácilmente, después de todo es una reliquia de los nocturnos.
- Pensé que solo me darías objetos tuyos.- respondí atónito.
- Mi hermano y yo tenemos derecho de tomar 2 objetos para nuestros campeones antes de decidir quienes son, después de todo la batalla del eclipse se realizan durante cada generación.
- ¿Y por qué disputan semejante batalla?
- Porque cada batalla ganada le garantiza al bando ganador beneficios para sus razas. Por ejemplo si ganas las zonas desérticas podrían volver a ver la flora y la fauna y nuevos bosques se formarían.
- Y en caso de que ganarán ellos.- pregunté temeroso de la respuesta.
- Ocurrirán sucesos que les benefiaran, es todo lo que puedo decir. Esta guerra astral comenzó el día de Rimata decidió que sus creaciones debían tener más derecho a gobernar que las mías y así fue como nacieron los primeros campeones y bajo un pacto astral al que no me quedo otra alternativa con tal de evitar una guerra masiva que acabara con toda la vida en el planeta y así mantener un equilibrio, un ciclo que no acabará nunca.- dijo la diosa con tristeza.- Pero es nuestro deber proteger a las razas diurnas así que Elgort necesito que des lo mejor de ti para vencer.
- ¿Quién fue el último vencedor?- pregunté con la sospecha de que no fueron los diurnos.
- Fueron los nocturnos.
- ¿Y que pasa con los campeones que son derrotados?
- Todo queda en dependencia del ganador, si el derrotado se rinde este queda a merced de la desición de su rival y lo mismo pasa con los seguidores del mismo luego de acabar la batalla son teleportados a los templos.
- ¿Templos?
- Si, la Batalla del Eclipse no se disputa en este mundo, se lleva a cabo en un plano astral creado por nosotros para que exista una igualdad de condiciones entre ambos ejércitos.
- De acuerdo por favor termine de explicarme los otros objetos, no tenemos tiempo que perder.- le dije a la diosa con urgencia y seriedad sabía que no me quedaba mucho tiempo y luego de todo lo que escuche esa noche me dió un motivo por el que luchar y superarme.
- Bien, las botas relámpago confieren una velocidad superior al que la porte y por último la desgarradora, una daga capaz de cortar cualquier armadura común, solo las armaduras mágicas y sagradas la tratarán como una daga común.
- ¿Podré conseguir el resto de estos objetos en otro momento?
- Si, esto es solo un adelanto como tú primer regalo, el resto deberás conseguirlos mediante tus propias hazañas.
- Bien, escojo la capa me hará falta para futuros eventos y me garantizara protección temporal.
- Bien aquí tienes tu obsequio.- Y la capa avanzó hacia mí y en un abrir y cerrar de ojos ya la tenía puesta.
- Vaya me queda genial.- la diosa sonrió y luego me dijo que debía marcharme. Me despedí con un reverencia y salí por la puerta que tenía detrás de mi.
Desperté tranquilamente, me estiré y luego me restregué los ojos.
- Vaya sueño más raro, es una lástima si fuera realidad podría llevar a cabo una tarea que enorgulleciera a Tyrok y que me motivaría a superarme, a demostrar que puedo ser alguien importante.- pensé con tristeza.
Me levanté y salí al comedor, donde estaban Tyrok y su mujer desayunando.
- Buenos días parece que alguien tuvo una mala noche.- mencionó Fevva con su cariño maternal que siempre me mostraba, Tyrok solo desayunaba en silencio.
Saludé y me senté a desayunar un guiso de carne de rata y pan, al terminar Fevva recogió los platos mientras Tyrok y yo nos disponíamos a prepararnos para el viaje. De repente Tyrok se acerca a mí con algo entre las manos.
- ¿Vaya no recuerdo que hoy fuese mi cumpleaños?- Bromié y para mi sorpresa Tyrok sonrió.
- No, esto lo encontré en la mañana en la entrada de la casa y al verlo decidí que te vendría bien.- A medida que lo abría aumentaba mi sorpresa y me di cuenta que el sueño no era falso
- Te gusta.- me dijo Tyrok mientras yo recuperaba el habla.
- Es perfecto como si estuviera a mi medida.

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⏰ Última actualización: Nov 10, 2020 ⏰

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