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Las horas pasaron hasta que culminó la madrugada y la mañana se hizo presente, el sol resplandecía por toda la gran habitación ya que tenía una gran ventana en vez de una pared mirando hacia la calle donde al lado se posicionaba la cama matrimonial donde ambos chicos aun se encontraban abrazados  durmiendo y los rayos del sol se colocaban justamente en sus rostros aún así se veían sin ganas de despertar.

Apenas el despertador cambio su hora a las 7:30 sonó repetidas veces, unas cuatro veces más fueron suficientes para que el chófer despertara y de un golpe hiciera callar el despertador que se encontraba al lado de su cama, la verdadera sorpresa fue cuando se dio la vuelta y se encontró con el chico que lo observaba fijamente ambos con la misma mirada de confusión, no podían creer que lo que había pasado anoche realmente había pasado, ninguno se atrevía a hablar ni moverse de su lugar así durante un par de segundos, el primero en hablar y enfrentar las cosas fue el chófer.

— ¿Realmente lo hicimos? — se acomodo sentándose sobre la cama sin necesidad de cubrir su cuerpo puesto a que tenía su ropa interior.

— Sí. — Respondió el pelinegro cambiando su expresión confundida por una sonrisa sin dejar de observar a su contrario fijamente, no tenía palabras para expresar lo feliz que se sentía, se sentía libre, enamorado y esperaba ser correspondido y que lo de anoche no fuera solo una simple aventura.

— ¿Te hice el amor? Van a despedirme, no volveré a verte.. maldición. — el chófer se estaba desesperando, pensar que perdería su empleo y no volvería a ver al chico era algo que no podría tolerar, no era capaz de sonreir de la misma forma que lo hacía su contrario la angustia lo estaba desesperando.

SeongHwa noto la desesperación del chófer y rápidamente se sentó sobre la cama; el sí cubría su cuerpo con las sábanas ya que si se encontraba desnudo. Abrazo durante unos segundos a su contrario y hizo que esté le mirara, dejo un rápido beso sobre una de sus mejillas y hablo.

— Cariño, relájate, si me hiciste el amor, por más de tres horas. Yo hablaré con el y enfrentare las cosas, le mentiré y así quizás no te despida, si te despide no dejaré de amarte y hacer todo lo posible por estar contigo. — SeongHwa se encontraba bastante relajado a diferencia de hongjoong que parecía morir de angustia.

— Te lo agradezco mucho. — gracias al pelinegro había logrado relajarse bastante y dejar sus pensamientos negativos respecto a lo que pasaría cuando regresaran.

Hongjoong miro la hora en el reloj y su única reacción fue salir rápido de la cama y comenzar a vestirse apresurado. Una vez que estaba listo muy mal arreglado pero vestido miro al pelinegro que aún se encontraba acostado sobre la cama sin dejar de observarlo.

— ¿Tienes idea de la hora que es? Ya tenemos que irnos.

— Lo se, lo que no se es donde está mi ropa. — el pelinegro soltó una leve risa y sin vergüenza quitó la sábana que cubría su cuerpo, estaba consiente que tenía un cuerpo hermoso y no tenía ningún tipo de inseguridad respecto a eso, se levantó de la cama y comenzó a buscar sus prendas por toda la habitación colocándose todo lo que iba encontrando y algunas otras prendas se las entregaba el chófer hasta estar listo, igual desarreglado porque tenían prisa.

Salieron del departamento y el edificio en pocos minutos igual se subieron al auto con rapidez rogando llegar rápido, aunque era prácticamente imposible llegar en menos de media hora, el departamento del chófer se ubicaba en la ciudad y la mansión de los kang en una urbanización costosa bastante alejada de la ciudad.

Ambos estaban muy nerviosos como para hablar o hacer alguna otra cosa, sólo querían llegar y ver qué pasaría después, no esperaban que pasara algo bueno. SeongHwa tomo la mano del chófer y la entrelazó con la suya, quizás de esa forma lograra relajarse.

𝑨 𝑴 𝑨 𝑵 𝑻 𝑬 𝑺 : 𝑯𝒐𝒏𝒈𝑯𝒘𝒂┆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora